martes, 21 de mayo de 2019

353. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:16 “Si alguien ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, pedirá y Dios dará vida a los que cometen pecado que no es de muerte. Hay pecado que lleva a la muerte, yo no digo que se deba pedir por ese pecado”

Estando bajo el régimen del nuevo pacto, el pecado que lleva a la muerte es el rechazo a la eficacia de la vida y del sacrificio de Jesús, para unir al hombre al Padre y al Hijo, es decir a la vida y al amor. Entonces, el pecado contra el Espíritu Santo de Mateo 12 es el pecado que lleva a la muerte, por el cual, el apóstol dice que no se debe orar.

1 de Juan 5:17 “Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte”

Hay cuatro definiciones de pecado en el nuevo pacto, 1, todo lo que no es de fe es pecado, 2, peca, todo el que sabe hacer el bien y no lo hace,3, peca el que rompe la ley. 4, toda injusticia es pecado. Pero, el pecado que lleva a la muerte es el rechazo a la capacidad de la vida y la muerte de Jesús, para cesar con el alejamiento del hombre de Dios.

1 de Juan 5:18 “Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, porque el que fue nacido de Dios le guarda y el maligno no le toca”

El nacimiento de lo alto ocurre cuando el Padre pone la palabra de la cruz en la mente de una persona, esta palabra, igual que una semilla germina en la tierra, se desarrolla en la mente, y uno de sus efectos es que el creyente ya no peca el pecado de muerte, es decir ya no rechaza, que, gracias al sacrificio de Jesús, termino su separación de Dios.

1 de Juan 5:19 “Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo está bajo el maligno.

Adán fue creado para gobernar el mundo, pero al caer cedió su autoridad a satanás, y desde entonces el mundo es gobernado por el. Por otro lado, Dios puso la promesa del Mesías en Abraham, y le ayudo a aceptarla. Eso se llama fe, o nacimiento de lo alto. Muchísimos han sido objeto de esa acción, y al morir Jesús compro a esas personas, y las ha hecho suyas.

1 de Juan 5:20 “También sabemos que el Hijo de Dios ha venido a este mundo, y nos ha dado entendimiento, a fin de que conozcamos al que es Verdadero. Además, nosotros estamos en aquel que es Verdadero, en Su Hijo Jesús, el Mesías. Este es el Verdadero Dios y la vida eterna”

Jesús no solo vino para limpiarnos de nuestros pecados, y para matarnos a la ley, a fin de librarnos del poder del pecado, sino, en primer lugar, para darnos entendimiento para poder conocer al Padre, y también, para saber, que los de la fe son parte del cuerpo de Jesús, quien es Cabeza de ellos.

1 de Juan 5:21 “Guárdense de los ídolos”

Los ídolos son los que reemplazan a Dios en la vida de un creyente. Los ídolos pueden ser de muchas clases, todos son resultado del ingenio del maligno, pero el Espíritu Divino guarda al creyente, mediante la historia de Jesús, para mantenerlo unido a Dios. Esta es la manera como uno de fe es guardado de los ídolos.

1 Timoteo 1:1 “Pablo, apóstol de Jesús, el Mesías por orden de Dios, nuestro Salvador y del Señor Jesús, el Mesías nuestra esperanza”

Pablo había pedido a su joven discípulo Timoteo que sirva en la congregación de Éfeso, y la autoridad que tuvo para hacerle este pedido era porque él fue apóstol de Jesús. La palabra griega apóstol, significa delegado, embajador, es decir Pablo era delegado de Jesús, para administrar la buena nueva, por orden de Dios el Padre

martes, 14 de mayo de 2019

352. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:9 “Si recibimos el testimonio de los hombres, cuanto mayor es el testimonio de Dios, porque es el testimonio que Dios ha dado de Su Hijo”

Aceptamos el testimonio de los que estuvieron con Jesús registrado en los escritos del nuevo testamento, pero más valioso es el testimonio, que, desde el cielo, el Padre dio de Jesús, en Su bautismo, en la transfiguración, y pocos días antes de morir, cuando Jesús le pidió al Padre que le glorifique, Y Él le hablo desde del cielo, y la multitud Le escucho.

1 de Juan 5:10 “El que tiene fe en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en si mismo, el que no tiene fe en el Hijo de Dios, le ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha tenido fe en el testimonio que Dios ha dado de Su Hijo”

Tener fe en Jesús es aceptar la historia de Su vida, especialmente de Su sacrificio, para terminar con la carga y el poder del pecado; entonces, el Padre testifica al intelecto del creyente, que, por Su amor a él, envió a su Hijo al mundo; de este modo el creyente tiene el testimonio del Padre en sí mismo.

1 de Juan 5:11 “También es el testimonio de Dios que nos ha dado vida eterna, y que esta vida en Su Hijo esta”

Jesús vivió para servir; además, recibía, usaba lo que necesitaba y compartía lo que le sobraba, en otras palabras, la vida de Jesús era muy diferente a nuestra vida, porque nuestra vida busca la complacencia propia, la de Jesús el servicio abnegado. Y el Padre testifica que Jesús vino para revelar la vida eterna para los creyentes.

1 de Juan 5:12 “El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”

El punto principal de este versículo es “tener”, el que tiene al Hijo tiene la vida. Por fe se tiene al Hijo como Cabeza, cuando se acepta la revelación de Rom. 7:4 “Que fuimos muertos a la ley en el cuerpo de Jesús, a fin de seamos unidos a Él”, como miembros de Su cuerpo, siendo El, nuestra Cabeza, entonces tenemos Su vida.

1 de Juan 5:13 “Esto les he escrito a ustedes, a los que tienen fe en el nombre del Hijo de Dios, a fin de que sepan que tienen vida eterna”

Esta carta, escribió el apóstol Juan a los que han valorado la historia de Jesús, en especial su sacrificio, es decir a los que tienen fe, para que observen que las palabras que relatan la historia de Jesús son vivas, es decir son como semillas, que al sembrarlas en el terreno de la mente dan el fruto de la vida del Hijo de Dios.

1 de Juan 5:14 “Y esta es la certeza que tenemos delante de Él, que, si algo le pedimos en armonía con Su voluntad, Él nos oye”

El Espíritu Santo, primero, afirma en una persona el valor de historia de Jesús, principalmente la de Su muerte, para hacerle parte al creyente de la Unidad del Padre y al Hijo, luego le da certeza de que todo lo que pida en armonía con la Voluntad del Padre, es decir, para bien del de la fe, le concede.

1 de Juan 5:14 “Y si sabemos que oye nuestras peticiones, sabemos que tenemos lo que le hemos pedido a Él.

Cuando una persona responde a la historia de Jesús para su salvación, es decir a la fe que el Padre le ha dado, entonces el Padre le reconoce siendo fiel al creyente, dándole certeza de que oye sus peticiones, y a la seguridad de que oye sus peticiones, a la vez sigue, que le da la confianza que recibirá lo que le ha pedido.   

miércoles, 8 de mayo de 2019

351. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:2 “En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos”

El apóstol nos indica, que para amar a las personas que son parte de nuestro circulo debemos amar a Dios, y guardar sus mandamientos. Por otro lado, para amar a Dios es preciso que entendamos y recibamos el amor misericordioso que Dios vertió por medio del sacrificio de Jesús, entonces acatamos los mandamientos de la fe y del amor.

1 de Juan 5:3 “Sin duda, este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son difíciles”

Dios es amor, y quiere compartir Su identidad con los que ha puesto Su semilla, o sea con los que les ha dado comprensión del sacrificio de Su Hijo, haciendo que guarden sus mandamientos, es decir haciendo que vivan de fe en fe para amar a los que les rodean.

1 de Juan 5:4 “Todo el que es nacido de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe”

El que es nacido de Dios es a quien Él ha puesto Su palabra, es decir, su semilla en la mente, así le imparte su amor, y al mismo tiempo le participa de la fe. Ahora, Su amor y la fe les da juntos a los que les hace nacer de lo alto, mediante la venza al mundo.

1 de Juan 5:5 “¿Y quién es el que vence al mundo? El que tiene fe que Jesús es el Hijo de Dios.

El mundo son las influencias que rodean a la persona de fe, y se caracteriza por personas que viven para complacerse, para el orgullo y el egoísmo. Pero el que tiene fe que Jesús es Hijo de Dios, está bajo la influencia del Padre, que por su amor abnegado dio a Su Hijo, quien fue un canal de misericordia paciencia y compasión al hombre caído, para que a su vez fluya este amor por medio de los de fe.

1 de Juan 5:6: Este es el que vino por medio de agua y sangre, Jesús, el Mesías, no solo en agua, sino en agua y sangre. Y el Espíritu es el que testifica, porque el Espíritu es la verdad”

El agua y la sangre son una ratificación de que Jesús, es el Mesías, que vino como un humano, porque cuando murió en la cruz, al ser traspasado por una espada, broto de su tórax agua y sangre. Adicionalmente, el Padre le confirmo a Juan el bautista que el personaje que el bautizo era el Mesías; también Su sacrificio testifica que Él es el Salvador del mundo.

1 de Juan 5:7 “Y tres son lo que testifican en el cielo: El Padre, la Palabra, y el Espíritu Santo. Y los tres son Uno”

Tres personas, que son UNO, las más importantes del universo, testifican que Jesús es el Mesías: el Padre, testifico desde el cielo cuando Jesús fue bautizado, también cuando se transfiguro, así mismo cuando Su Hijo, anuncio Su crucifixión; la Palabra testifico, ante la samaritana, también a los judíos, y ante el sumo sacerdote, al ser juzgado; igualmente el Espíritu testifico que Jesús es el Mesías en innumerables ocasiones.

1 Juan 5:8 “Tres son los que testifican en la tierra: el Espíritu, y el agua, y la sangre, y los tres son en Uno”

El Espíritu, el agua y la sangre testifican que Jesús empezó su misión como Mesías cuando fue bautizado por Juan, y la completo cuando fue sacrificado. En otras palabras, Jesús vivió inmaculado, aunque tentado en todo, hasta el Getsemaní, en que se hizo pecado al recibir los pecados de la humanidad, para ser condenado a muerte, por la ley, para matar a los creyentes a ley, y unirlos a Él, la cabeza de ellos.

miércoles, 1 de mayo de 2019

350. El Evangelio del Amor


1 de Juan 4:16 “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos tenido fe en el amor que Dios tiene en nosotros. Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios permanece en el”

Los que prestan atención al sacrificio de Jesús, reconocen que el amor a los creyentes motivo a Dios a enviar a su Hijo, para que lleve los pecados de la humanidad, es decir se haga pecado, caiga en la condenación de la ley al pecador, y muera, de esta manera le hizo inocente al pecador, le rescato del poder del pecado, y de la ley.

1 de Juan 4:17 “En esto se completa el amor en nosotros, en que tengamos confianza en el día del juicio; porque como Él es, también nosotros somos en este mundo”

El amor de Dios a los de la fe se inicia cuando ellos reciben la misericordia del Padre, derramada desde el sacrificio de Jesús, y se completara en el día del juicio, cuando el Padre les aumente Su misericordia, para que tengan confianza de que están cubiertos, como con un manto, de la conducta de Jesús en este mundo.

1 de Juan 4:18 “En el amor no hay temor, porque el amor completo expulsa al temor, ya que el temor lleva castigo, y el que tiene miedo no tiene completo el amor”

El amor que nace de la misericordia de Dios es completo, y brota del sacrificio de Jesús; por eso todo rastro de la ira divina sobre el pecador ha sido extinguido, en otras palabras, no hay miedo en el que vive del sacrificio de Jesús, ya que el castigo divino al pecador fue consumado en el cuerpo del Hijo de Dios.

1 de Juan 4:19 “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero”

La fuente inagotable del amor es Dios, porque Dios es amor. Entonces, nosotros le amamos por que El puso su amor en nosotros, cuando nos detuvimos a meditar en Su amor misericordioso, derramado en el sacrificio de Su Hijo. Por esto tenemos amor para amar al Altísimo.

1 de Juan 4:20 “Si alguien dice: “Yo amo a Dios”, pero aborrece a su hermano es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”

El que aborrece a su hermano en la fe, no ha llegado a recibir el amor divino que fluye de Jesús sacrificado, es decir, su amor no nace de Dios, sino de sus sentidos, y está sujeto a lo que ve, sin la misericordia de Dios, por eso reacciona a la simpatía o antipatía que despierte su hermano, y no puede relacionarse con Dios, ya que no le ve.

1 de Juan 4:21” Y este es el mandamiento que tenemos de El: que el que ama a Dios, también ame a su hermano”

El objeto de la salvación que Dios alcanzo en Jesús es que la naturaleza de Dios, esto es Su amor, fluya entre todos los que han valorado la vida, y especialmente el sacrificio de Jesús, y de este modo los redimidos estén en armonía con el universo; porque a excepción de este mundo, toda la creación habla de que Dios es amor.

1 de Juan 5:1 “Todo el que tiene fe que Jesús es el Mesías es nacido de Dios, y todo el que ama al que lo Procreo, también ama al que ha nacido de El”

Todo el acepta, que, gracias a la historia de Jesús, fue limpiado de sus transgresiones, y que termino el poder del pecado en él, es nacido de Dios, es decir el Padre ha puesto en su mente esta revelación, por esto el creyente ama al Padre, y también a los que han sido objeto de esta obra sobrenatural de Él.

lunes, 22 de abril de 2019

349. El Evangelio del Amor.


1 de Juan 4:9 “En esto Dios mostro Su amor en nosotros: Que Dios ha enviado a Su Único Hijo al mundo, para que vivamos por medio de El”

Dios Se hace evidente en los que prestan atención a la historia del sacrificio de Jesús, al compartirles Su vida. Vida que perdió la humanidad cuando Adán cayo. La vida de Dios que Jesús la comparte con los de la fe, es diferente a nuestra vida mortal, que es para complacerse, porque la vida de Dios es para el servicio abnegado.

1 de Juan 4:10 “En esto esta el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amo a nosotros y envió a su Hijo, la propiciación sobre nuestros pecados”

El hombre no busca, ni ama a Dios, sino el Padre busca al pecador para hacerle receptor de su amor misericordioso; El pidió a Su Hijo que se haga pecado, es decir que reciba en Su cuerpo todos los pecados de la humanidad, y quito del hombre lo que le hace rechazar y alejarse de Dios, para que sea canal de Su misericordia.

1 de Juan 4:11 “Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros”

La relación de Dios con el hombre descansa en Su amor misericordioso, paciente, bondadoso tolerante, también en ese amor se asienta la fe, es decir la historia de Jesús, particularmente la de Su sacrificio, por estas razones el creyente está en la obligación de amar a su familia, a los que lo rodeen con el amor divino.

1 de Juan 4:12 “Nadie ha visto a Dios, jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros”

Dios es un Espíritu, por eso nadie ha visto a Dios, por otro lado, Dios es amor activo, practico, de obras; es la fuente del amor en el universo, así que cuando un creyente ama con obras, y no con palabras es porque Dios está en él; entonces el amor esta completo, porque se inicio en Dios y termino en una persona necesitada, por medio de un creyente.

1 de Juan 4:13 “En esto sabemos que permanecemos en El, y El en nosotros: en que nos ha dado de Su Espíritu”

El Padre envió a Su Hijo para que se haga hombre, bajo la ley, esto es sujeto a toda tentación, pero sin pecado, para que cargue los pecados del hombre, es decir se haga pecado y sufra la sentencia de la ley, como cabeza de la humanidad, y al mismo tiempo mate a los creyentes a la ley, les de Su Espíritu, y les una a Si mismo, así termine su separación de Dios.

1 de Juan 4:14 “Y nosotros hemos mirado de cerca, y damos testimonio que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo”

Juan y los otros apóstoles fueron escogidos para ver con detalle la vida y las enseñanzas de Jesús el Hijo de Dios, con el fin de testificar de que Él es un personaje histórico enviado por el Padre, Cabeza de la divinidad, al mundo para liberarlo del dominio del maligno, esto es de la potestad de sus apatitos, y del mal.

1 de Juan 4:15 “Todo el que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en el y el en Dios”

Reconocer o confesar que Jesús es el Hijo de Dios es el resultado de inquirir respecto a Jesús, y encontrar que es Hijo de Dios, nacido por obra del Espíritu que cobijo a María; Él fue enviado a este mundo para librar, a todo el que Le preste atención, de la separación de Dios, y del poder de los apetitos, y del mal

lunes, 15 de abril de 2019

348. El Evangelio del Amor.


1 de Juan 4:2 “En esto conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que reconoce que Jesús el Mesías ha venido en carne, es de Dios”

Confesar que Jesús, el Mesías ha venido en carne, es confirmar que Dios la Palabra se hizo como uno de nosotros, es decir que nació como los humanos nacemos, así mismo, nació bajo el poder de la ley, o sea sujeto a toda tentación, pero nunca fue vencido por el mal, al contrario, con Su amor misericordioso venció al maligno.

1 de Juan 4:3 “Y todo espíritu que no reconoce que Jesús, el Mesías no vino en carne, no es de Dios, y este es el anticristo, del cual ustedes han oído que viene, y ahora ya está en el mundo”

En Adán la humanidad fue puesta bajo el poder del mal, por Dios, por esto en Jesús, hombre, los pecados de la humanidad fueron remitidos por Dios, es decir, los que aceptan la historia de Jesús, son inocentes ante Dios, y tienen la vida eterna, pero el maligno intenta ocultar la justicia misericordiosa de Dios, y niega la unión de Dios con la humanidad, en Jesús.

1 de Juan 4:4 “Y ustedes son hijos de Dios, y les han vencido, porque mayor es Aquel que esta en ustedes, que el que está en el mundo”

Los que aceptan la misericordia de Jesús, especialmente la de Su Sacrificio, son hijos de Dios, y han vencido los ataques del maligno, que quiere negar que el Verbo se hizo humano como nosotros, gracias al Espíritu de Dios que está en ellos. En otras palabras, los de la fe no luchan solos en el mundo, sino que el Espíritu, en ellos, los dirige y sostiene.

1 de Juan 4:5 “Ellos son del mundo, por eso hablan lo del mundo, y el mundo los oye”

Los que ensenan que Jesús no es verdaderamente hombre, es decir que él no venció al pecado, ni llevo los pecados de la humanidad, en su cuerpo a la cruz, hablan de lo que es del mundo, es decir, promueven la piedad y virtud personal para llegar a Dios, estos son acogidos por mundo, porque la religiosidad es parte de este.

1 de Juan 4:6 “Nosotros somos de Dios, el que conoce a Dios nos escucha, el que no es de Dios, no nos oye. De esto conocemos el Espíritu de verdad, y el espíritu del error”

Los que escuchan las palabras que relatan la historia de Jesús, especialmente en la cruz, están bajo la influencia del Espíritu santo, por lo tanto, ha terminado Su separación de Dios, que empezó con la caída de Adán. Por otro lado, los que no prestan atención a la historia de Jesús, no están bajo la influencia del Espíritu Divino.

1 de Juan 4:7 “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es procedente de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios, y tiene comunión con Dios”

Desde que cayo Adán, el hombre quedo separado de Dios, es decir lejos de la fuente eterna del amor, pero el que ha sido unido a Dios, al recibir la historia del sacrificio de Jesús, es un canal a través del cual Dios derrama Su misericordia a los que le rodean. En otras palabras, tiene comunión con Dios

1 de Juan 4:8 “El que no ama no tiene comunión con Dios, porque Dios es amor”

El amor no es una emoción, no es un sentimiento, el amor es un Ser, el amor es Dios. Todas Sus obras y acciones son nacidas de Su amor. La creación es la expresión de Su amor, por ejemplo, la lluvia es un ciclo de servicio, así, se junta el agua de la tierra en los mares, se evapora, se forman las nubes y cae la lluvia, que baña la tierra para que fructifique.

lunes, 8 de abril de 2019

347. El Evangelio del Amor


1 de Juan 3:19 “Y en esto sabemos que somos de la verdad, y nuestros pensamientos están en su presencia”

Solo cuando el que ha entendido y aceptado el sacrificio de Jesús, es unido a la divinidad por medio de Espíritu de Dios, puede amar con acciones a los que le rodean, porque, ha acabado su separación de Dios, es salvo, así mismo, sus pensamientos y actividad mental están en la presencia del Altísimo.

1 de Juan 3:20 “Pero en caso de que nuestros pensamientos nos condenen, Dios es mayor que nuestros pensamientos, y Él sabe todo”

El maligno puede impresionar con pensamientos que condenen, a los de la fe, aun después de amar con acciones a los que los rodeen, pero Dios es mayor que esas impresiones de condenación, porque El salvo con la vida, muerte y resurrección de Su Hijo a los que prestan atención a la historia de Él, y les hizo canales de Su misericordia.

1 de Juan 3:21 “Amados, si nuestros pensamientos no nos condenan, seguridad tenemos ante Dios”

Si nos damos cuenta de que los actos y enseñanzas de Jesús, especialmente, su sacrificio, nacen del amor misericordiosos del Padre, y aceptamos que somos amados por El; entonces, nuestros pensamientos no nos condenan, porque, nuestra fe nace de Su amor, y confiamos en El, por eso, nuestras peticiones las hacemos con franqueza.

1 de Juan 3:22 “Y lo que le pedimos recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos lo que es agradable delante de Él.

La condición para recibir del Padre nuestras peticiones, es que guardemos sus mandamientos, pero el apóstol no se refiere a los diez mandamientos, sino a los mandamientos de la fe y del amor. Estos dos mandamientos es posible guardarlos, si   aceptamos que somos amados por el Padre al retener la historia de Jesús crucificado.

1 de Juan 3:23 “Y este es el mandamiento: Que tengamos fe en el Nombre de Su Hijo Jesús, el Mesías, y que nos amemos unos a otros, como Él nos dio mandamiento”

La estructura de la ley de Dios es la siguiente: El amor a Dios y el amor al prójimo son el origen de todo mandamiento, después están los mandamientos de la justicia, la misericordia y la fe, a continuación, los mandamientos llamados las bienaventuranzas, y finalmente los 10 mandamientos, que tienen el objeto hacernos vivir nuestro fracaso espiritual.

1 de Juan 3:24: Y el que guarda los mandamientos en El permanece, y Dios en él. En esto conocemos que El permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado”

La aceptación de la historia de Jesús, particularmente la de Su sacrificio hace que resalte el amor misericordioso del Padre al pecador, dando como fruto que este sea unido a Dios por la fe, además es convertido en canal del amor de Dios a los que lo rodean, siendo el Espíritu en el creyente, el que hace realidad esta comunión con El

1 de Juan 4:1 “Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben a los espíritus, para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”

El apóstol exhorta a los creyentes de las congregaciones del primer siglo, a no prestar atención a los predicadores itinerantes, que venían a ensenar falsedades respecto a Jesús, a su naturaleza, al significado de sus enseñanzas, y al alcance de su obra, enseñanzas que contradecían el testimonio de los que estuvieron con El.

lunes, 1 de abril de 2019

346. El Evangelio del Amor


1 Juan 3:12 “No como Caín que era del maligno y asesino a su hermano. ¿Porque lo mato? Porque las obras de el eran malas y las de su hermano justas”

Adán, cabeza de la humanidad se separó de Dios, y toda la humanidad quedo separada de Él. También Caín, es decir, no era Dios el que dirigía sus pensamientos y acciones, sino el maligno, por eso no acepto que fue separado de Dios, por la caída de su padre., y se acercó a Él, y le ofreció lo mejor de lo que produjo la tierra. En cambio, Abel se acercó a Dios con un animal muerto, símbolo de su separación de Él.

1 de Juan 3:13 “No se admiren hermanos, si el mundo los odia”

El antecedente para esta conclusión del apóstol es que Caín odio a su hermano Abel, porque este acato la decisión divina, de poner a la humanidad esclava del mal, por esto ofreció un animal en sacrificio, símbolo del Cordero de Dios. Entonces, Caín prefigura al mundo, y Abel a los que han aceptado le historia de Jesús en la cruz, para terminar su separación de Dios.

1 de Juan 3:14 “Nosotros hemos sabido que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama a los hermanos permanece en la muerte”

Adán y la humanidad quedaron separados de Dios, apartados de la fuente del amor y de la vida, cuando el cayo. Esta separación significa no poder amar a los seres cercanos a uno, ni a los de la fe. Pero los que aceptan la historia de Jesús en la cruz, son canales del amor divino a los demás, especialmente a los de la fe.

1 de Juan 3:15 “Pero todo el que aborrece a su hermano es un asesino. Y ustedes saben que todo asesino no tiene la vida eterna residiendo en el”

La vida eterna no es lo mismo que la vida mortal de los humanos; la vida eterna es la vida que se caracteriza por el amor divino fluyendo por medio de uno que ha aceptado el relato de la historia de Jesús, especialmente en la cruz. Es decir, el amor misericordioso fluye de estos, a los que no merecen se amados, a los que es difícil amar.

1 de Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor: Que El puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”

Jesús nos amó cargando nuestros pecados en su cuerpo, así mismo nos mató a la ley, con estos propósitos puso Su vida, y murió crucificado. Ahora, al aceptar la historia de Su amor, el de la fe contrae la obligación de amar, también poniendo su vida para servir a sus hermanos de fe, así como a los que le rodean.

1 de Juan 3:17 “El que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad, pero le cierra su corazón, ¿Cómo puede morar el amor de Dios en el?”

El creyente que tiene lo suficiente para la vida en este mundo, pero ve a alguien de la fe que pasa necesidad, y detiene en él, o frena el flujo de la misericordia de Dios para que comparta con el que no tiene, rechaza el amor de Dios, y se aleja, o separa de Dios, es decir vuelve al pecado.

1 de Juan 3:18 “Hijos míos, no amemos de palabras, ni de lengua, sino con obras y en verdad”

 Adán se separó de Dios, y perdió el manantial eterno de amor, por esto la humanidad nació separada de Dios, es decir, sin la fuente del amor inteligente de Dios. Pero todo el que valora y retiene la historia de Jesús en la cruz tiene acceso al manantial eterno del amor divino, y puede amar con hechos, como Dios ama a la humanidad.

domingo, 31 de marzo de 2019

345 El Evangelio del Amor


1 de Juan 3:5 “Y saben que el Mesías se manifestó para quitar los pecados, y en El no hay pecado”

El Padre cargo las violaciones de la ley, pasadas, presentes y futuras de toda la humanidad, en Jesús, y El las llevo en su cuerpo a la cruz. Jesús fue capaz de hacer esto, porque en Él no había pecado. En otras palabras, toda la humanidad accede a la remisión de sus pecados, por la fe en la historia de Jesús.

1 de Juan 3:6 “Todo el que permanece en El no peca, todo el que peca, no Lo ha visto, ni lo ha conocido”

La comunión con Jesús resucitado es el resultado, primero, de ser un canal del amor misericordioso, de la bondad y tolerancia del Padre, y segundo, de retener en la mente Su historia, especialmente en la cruz. Ahora, este amor hace que la fe de un creyente sea viva, por eso el mal heredado de Adán no fructifica en él, o sea no peca.

1 de Juan 3:7 “Hijos míos, que nadie los engañe, el que practica la justicia es justo, como Él es justo”

Hay que diferenciar la justicia del antiguo pacto, que es la observancia de la ley, de la justicia del nuevo pacto, que es la vida y la muerte de Jesús, que muestra que el Padre es Justo. Por otro lado, solo el que ha sido justificado, al aceptar la historia de Jesús, puede ser justo, es decir, permanecer en El, al ser un canal del amor de Dios, y vivir de la fe.

1 de Juan 3:8 “El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”

El maligno rivalizo con Dios desde hace mucho, en el cielo, y se separó de Él, es decir, peco; y en la tierra, desde que Adán cayo, la humanidad fue bajo el poder de satanás, separada de Dios, es decir en pecado. Ahora, la ley hizo evidente que el hombre no puede unirse a Dios. Para esto vino el Hijo de Dios para unir, por la fe, al hombre al Padre.

1 de Juan 3:9 “Todo el que ha sido engendrado de Dios no practica el pecado, porque la semilla de Él, en el permanece, y no puede pecar, porque es nacido de Dios”

La semilla de Dios es puesta en la mente de una persona que acepta que Jesús fue sacrificado, por el amor del Padre. Con esta semilla se inicia el camino estrecho que es el camino de la fe. Entonces, la semilla de Dios es Su Palabra, por ejemplo “Tanto amor Dios tiene al hombre que dio a Su único Hijo, y todo el que tenga fe, tenga vida eterna”

1 de Juan 3:10 “En esto son aparentes los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo el que no practica la justicia, no es de Dios, tampoco aquel que no ama a su hermano”

Algunos piensan que practicar la justica es guardar los diez mandamientos, pero esa era la justicia del antiguo pacto, en el pacto nuevo, practicar la justicia es vivir dependiendo de la conducta de Jesús, cuando estuvo en esta tierra, es decir, tener presente que Él es la Cabeza del creyente, seguida del amor misericordioso a los de la fe”

1 de Juan 3:11 “Porque este es el mensaje que hemos escuchado desde el principio: Que nos amemos unos a otros”

La misión que el Padre encargo a Su Hijo en esta tierra, debía pasar por Su sacrificio, y tenía como propósito unir, a los que den valor al relato de esta misión, con el Padre y el Hijo, con el fin de que, mediante el Espíritu, puedan ser canales de la misericordia, compasión, y tolerancia de Dios a los que comparten esta fe.

lunes, 18 de marzo de 2019

344 El Evangelio del Amor


1 de Juan 2:27 “Y la Unción que ustedes recibieron de El permanece en ustedes, entonces, ningún beneficio tiene de que alguien les ensene, porque Su Unción les enseno la verdad acerca de todo, y no la mentira, por lo tanto, como les ha ensenado, permanezcan en El”

La Unción es el símbolo para referirse a la presencia del Espíritu de Dios en la persona, que ha prestado atención a la historia de Jesús en la cruz, para ensenarle la verdad acerca de todo, con el objeto de que permanezca unida a Jesús, mediante la fe en El, y al dejar fluir el amor misericordioso a los que les rodeen.

1 de Juan 2:28 “Y ahora hijos, permanezcan en El, para que cuando se manifieste tengamos confianza, y no seamos avergonzados, siendo separados en Su venida” 

La palabra griega parousia, traducida venida, sígnica visita, es decir venir para visitar y regresarse, así será la visita de Jesús de 1 Tes 4:15,16, El vendrá en las nubes, y recibirá a los que han permanecido en El, por la fe en el significado de su muerte, y por haber sido canales de Su misericordia, y los llevara con El, para las bodas del Cordero.

1 de Juan 2:29 “Si han visto que es Justo, conocen que todo el que hace justicia es nacido de El”

Cuando Adán cayo, la humanidad fue condenada por un pecado que no cometió, pero los que han considerado que Dios mostro su justicia cuando Jesús fue crucificado, porque llevo los pecados de toda la humanidad, además los mato a la ley, para que el pecado pierda su poder en ellos, son canales del amor de Dios, porque son nacidos de lo alto”

1 de Juan 3:1 “Valoren el gran amor que nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios, por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El”

Dios es amor, y a fin de que los que reconocen que la historia de Jesús nace de Su amor, sean Sus descendientes espirituales, les compartió Su amor, es decir les hizo capaces de ser misericordiosos, compasivos, tolerantes, bondadosos, y por esto sean llamados hijos de Dios, pero no por el mundo, sino por seres celestiales.

1 de Juan 3:2 “Amados, ahora somos hijos de Dios, pero aun no ha sido manifestado lo que seremos, sin embargo, sabemos que cuando sea manifestado seremos semejantes a Él, porque lo veremos como Él es”

Los que admiten que la historia de Jesús nace del amor del Padre, ahora son Sus descendientes espirituales, porque les hizo canales de Su misericordia, bondad, compasión, tolerancia, pero todavía no se sabe cómo será la nueva naturaleza de ellos, lo que se sabe es que tendrán una apariencia como la de Jesús resucitado.

1 de Juan 3:3 “Y todo el que tiene esta esperanza en El, se purifica a sí mismo como Él es puro”

Si la historia de Jesús se extiende al futuro, nace la esperanza de la gloria en Su visita, es decir nace la expectativa de ser físicamente trasformados, y tener una naturaleza gloriosa, inmortal, y anima a entender el significado de Jesús, en la cruz, o sea, a considerarnos limpios de todo pecado, y la mente libre del poder mal, al matarnos a la ley, en su muerte.

1 de Juan 3:4 “Todo el que hace el pecado, también viola la ley. Si, el pecado es la violación de la ley”

El pecado es la separación de Dios, y de todos, o sea, es la separación de la fuente del amor, porque Dios es amor, así mismo, se pierde la vida, porque Dios es la vida; Adán cayo en este pecado, y la humanidad lo heredo. Y el fruto de este pecado es quebrantar la ley que Dios dio a Israel, por medio de Moisés.

 

domingo, 10 de marzo de 2019

343. El Evangelio del Amor


1 de Juan 2:20 “Pero ustedes son ungidos del Santo, y todos ustedes lo saben”

El Espíritu Santo que es derramado en las personas que aceptan la historia de la vida de Jesús, centrándose en Su sacrificio. En estos creyentes la salvación es una realidad, porque en la caída de Adán la humanidad quedo separada de Dios, es decir de la vida y el amor, pero por la muerte de Jesús los creyentes son unidos a Dios mediante el Espíritu divino.

1 de Juan 2:21 “No les he escrito porque no conocen la verdad, sino porque la conocen, y saben que ninguna mentira procede de la verdad”

La verdad es Jesús, sus actos y enseñanzas, y Juan les escribe a los que han aceptado la verdad, es decir, la historia de Jesús, y han entendido por que murió, resucito y ascendió, y saben que de El no procede la mentira, sino solo la verdad, porque la verdad es de Dios, y que, el padre de la mentira es satanás.

1 de Juan 2:22 “Quien es el mentiroso? Sino el que niega que Jesús es el Mesías. Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”

El que rechaza que Jesús es el que Padre ungió, quien siendo parte de la divinidad se hizo hombre, para cumplir la misión que Él le encargo, y que fue la de unir con Dios a todo el que acepte, entendiendo, la historia de Su vida, y al mismo tiempo, muestre cuan justo es Dios, y lo exhiba en la cruz, ese es el anticristo.

1 de Juan 2:23 “Todo el que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre, y el que reconoce al Hijo, también tiene al Padre”

Jesús no vino a unir al hombre a Dios por decisión propia, sino que Dios, el Padre le envió con esa misión, por Su amor misericordioso al hombre, por esto el que rehúsa a Jesús, se aparta de Dios Padre, o sea persiste en el pecado, porque, el pecado es separación de Dios. Pero, el que recibe la historia de Jesús, está unido al Padre.

1 de Juan 2:24 “Respecto a ustedes, permanezca en ustedes lo que oyeron desde el principio. Si en ustedes permanece lo que oyeron desde el principio, ustedes permanecen en el Hijo y en el Padre”

El nacimiento de lo alto es cuando Dios pone en la mente de una persona palabras de la muerte de Jesús, esas palabras que son pensamientos, si se reflexiona en ellas hasta entenderlas, quedan en la mente, y esa persona empieza el camino unido al Hijo y al Padre, y ha vencido al pecado, que es separación de Dios, porque esta con El.

1 de Juan 2:25 “Y esta es la promesa que El nos prometió: La vida eterna”

Desde que Adán se separó de Dios, toda la humanidad quedo separada de Dios, dando por resultado que toda persona viva para complacerse, esto es para buscar la satisfacción de todo deseo. Pero vino Jesús, y vivió sirviendo y murió negando todo deseo, y resucito para dar a los que acepten Su historia, Su vida de servicio abnegado.

1 de Juan 2:26 “Esto les he escrito a ustedes, sobre los que están intentado engañarlos”

El aposto les escribió a los que vivían prestando atención a la historia de Jesús, especialmente de Su muerte, para armarles del conocimiento necesario, para oponerse a los que intentaban ensenar, a sustituir la obediencia perfecta de Jesús a la misión que el Padre le confió, al venir a esta tierra, por su obediencia a la ley.   

martes, 5 de marzo de 2019

342. El Evangelio del Amor


1 de Juan 2:13 “Les escribo a ustedes padres porque han conocido a Aquel que es desde el principio, les escribo a ustedes jóvenes porque han vencido al maligno, les escribo a ustedes niños, porque han conocido al Padre”

El Padre envió a Su Hijo para acabar con la ignorancia respecto a Él, por esto, Jesús aclaro que lo que hacía o decía era solo lo que el Padre le hablo, u ordeno hacer. El apóstol escribió esta carta a los padres, jóvenes y niños que tenían claro que Jesús vino a cumplir la misión que el Padre le encargo, para que los creyentes le conozcan.

1 de Juan 2:14 “Les escribí a ustedes padres, porque han conocido al que es desde el principio, les escribí a ustedes jóvenes, porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al maligno”

La comprensión de que la obra y las enseñanzas de Jesús son el fruto del amor del Padre al hombre caído hace que se Le conozca. Y empieza la vida espiritual en una persona, porque la Palabra de Dios tiene espacio en su mente, y la fortalece al afirmarse la historia de Jesús, entonces, el perdón de sus pecados y la muerte a la ley son una realidad.

1 de Juan 2:15 “No amen el mundo, ni lo del mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en el”

El mundo, para Jesús, era el medio ambiente que le rodeo, es decir, el judaísmo de la ley y su vida social, por esto le pidió al Padre (Juan 17) que les proteja del mundo a sus seguidores, así mismo, le informo que el mundo les aborreció, porque ya no son del mundo al darles las Palabras de la gracia. Por eso les ordeno que no amen el mundo.

1 de Juan 2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, la codicia de la carne, la codicia de los ojos, y la arrogancia de la vida no proviene del Padre, sino del mundo”

Para Pablo, igual que para Jesús y Juan el mundo es el espacio de la ley, o sea donde reina la codicia (Romanos 7:7) Porque la ley da vida y poder a los deseos, de modo que ya no es posible controlarlos (Rom 7:8, 1 Cor 15:56) Pero toda concupiscencia perdió poder, cuando, en su cuerpo, Jesús mato a la ley a los creyentes (Rom 7:4)

1 de Juan 2:17 “El mundo y sus deseos sin control pasa, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”

El mundo y sus concupiscencias es el ámbito de la ley, porque la escritura encerró a todos, por medio de la ley, bajo pecado (Gal 3:22-23) para que necesiten de la salvación que Dios alcanzo en Jesús, en la cruz. El que hace la voluntad de Dios es el que se apropia de la victoria de Jesús con una fe viva, es decir con la fe que nace de Su misericordia.

1 de Juan 2:18 “Hijitos esta es la hora final, y como oyeron que el anticristo viene, ya han surgido muchos anticristos, por esto sabemos que es la hora final”

Juan tuvo las revelaciones del apocalipsis, y entendió, que una de las señales más prominentes, que indicaran que el regreso de Jesús para gobernar la tierra es inminente, es el surgimiento de un personaje, que engañara a la mayoría, diciendo que es el Mesías. En los días de Juan hubo anticristos, por eso él dijo que ya es el fin.

1 de Juan 2:19 “De nosotros salieron, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros habrían permanecido con nosotros, pero salieron a fin de se manifieste que no todos son de nosotros”

Anticristo significa en lugar, o en contra de Jesús el Mesías. A lo largo de la historia han surgido personajes que se han puesto en lugar de Jesús el Mesías, o en contra de Él. Pero, antes que venga Jesús a reinar en la tierra, será levantado el anticristo, que unificara a todos los que no han aceptado el amor de la verdad en Jesús.

341. El Evangelio del Amor


1 de Juan 2:6 “El que dice que permanece en El, debe andar como el anduvo” 

El apóstol indica que el que afirma que se mantiene en Jesús resucitado, debe seguir las pisadas de Jesús, es decir, Él vivió negándose a sí mismo desde el desierto de la tentación, camino en el servicio abnegado, hasta que murió crucificado; o sea, el creyente debe vivir muerto a la ley, para no estar unido al pecado, sino a Jesús.

1 de Juan 2:7 “Hermanos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que tuvieron desde el principio, el mandamiento antiguo es la palabra que oyeron”

El mandamiento antiguo dado a los que han aceptado la historia de la vida de Jesús, al que se refiere Juan es la Palabra que Dios la sembró desde el cielo, y que se conoce como el nacimiento de lo alto, con el que se dio comienzo a la fe, y puede ser “tanto amo Dios al mundo, que dio a su Hijo Único, para que todo el que en Él tenga fe, tenga vida eterna”

1 de Juan 2:8 “Nuevamente, les escribo un mandamiento nuevo a ustedes, que es verdadero en El y en ustedes, porque las tinieblas se pasan y la luz verdadera, ahora, alumbra”  

El mandamiento nuevo que Juan escribió es que los que han aceptado la historia de Jesús, especialmente, la de su muerte, se amen entre ellos como El los amo. El apóstol considero que era ya el tiempo de hacer efectivo ese amor, porque algunos creyentes habían entendido que Jesús los mato en su cuerpo a la ley, para unirlos a Él.

1 de Juan 2:9 “El que dice que esta en la Luz y aborrece a su hermano, aún está en tinieblas”

La aceptación de la historia de Jesús se convierte en la Fe viva, cuando los dos logros de El en la cruz llegan a cubrir a los creyentes, uno, que el Padre descargo en Jesús los pecados de toda la humanidad, y dos, que Jesús mato al creyente a la ley, en su cuerpo, para que se una a Él, y pueda amar. Entonces, la fe del que aborrece no es viva.

1 de Juan 2:10 “El que ama a su hermano permanece en la Luz, y en él no hay ocasión de caer”

La Luz es Dios, y Dios es amor, por esto el que es misericordioso, tolerante, bondadoso, compasivo con su hermano, esta en la Luz, es decir esta con Dios. Por otro lado, los mandamientos de Jesús a los de la fe es que amen a sus hermanos como El los amo, y que vivan de la historia de Jesús, porque Él los quiere consigo “ 

1 de Juan 2:11 “Pero el que aborrece a su hermano está en las tinieblas, y camina en las tinieblas, y no conoce a donde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos”

La relación de una persona con Dios se conoce en la bondad, misericordia, y compasión con sus hermanos de fe, y no se conoce por su piedad, o virtud. El que no ama a su hermano en la fe, todavía está en tinieblas, o sea bajo el poder del pecado. Todavía no está unido a Jesús, porque no ha aceptado que fue muerto a la ley, cuando El murió.

1 de Juan 2:12 “Les escribo a ustedes hijos, porque han sido remitidos sus pecados, por medio de nombre de El”

El Padre envió a Jesús para terminar el poder del pecado, y a acabar la separación del hombre de Dios, separación que empezó con la caída de Adán, esta separación incluye que quedo lejos de la fuente del amor y de la vida, por eso no ama, y tiene que morir. Para terminar la separación de Él, el Padre descargo en Su Hijo los pecados de la humanidad, y el Hijo mato en su cuerpo, a la ley, a los creyentes, y Resucito.

340. El Evangelio del Amor


1 de Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados el es fiel y justo, porque remitió nuestros pecados, y nos limpió de toda maldad”

Dios nos hizo herederos de la maldad de Adán, por esto pecamos, pero, el mismo Dios remitió los pecados de la humanidad al cuerpo de Su Hijo, en el Getsemaní, quien los llevo a la cruz; y así Él es fiel y justo, porque nos limpió de toda iniquidad. Y todos los que aceptan como verdad esta realidad tienen acceso a la salvación, al Espíritu Divino.

1 Juan 1:10 “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso y Su Palabra no está en nosotros”

Los pecados son parte del pasado y del presente de los que han aceptado la historia de Jesús, como la expresión de la misericordia de Dios a ellos. Por un lado, el pecado de Adán fue contra la fe, pero cuando fue dada la ley en el Sinaí, todos cayeron en los pecados regulares. Para que alguien sea salvo por la fe, debe reconocerse culpable de los pecados regulares

1 de Juan 2:1 “Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen, y si alguien peca tenemos un consolador ante el Padre, a Jesús, el Mesías, el Justo”

Jesús, cuando satanás pidió a Dios para zarandear a Pedro, oro al Padre para que la fe de Pedro en El no falle, y aunque el negó que conoce a Jesús, o sea peco, pero una vez que peco, Jesús le miro con una inmensa misericordia, y despertó en el apóstol la fe. Entonces, lo que Dios quiere es que la fe de los humanos no falle, aunque rompan la ley, como Pedro.

1 de Juan 2:2 “Y Él es la propiciación de nuestros pecados, y no solo de nuestros pecados, sino de todo el mundo”

El propiciatorio era la tapa de oro que cubría el arca del pacto y simbolizaba a Jesús sacrificado, que hizo posible que el hombre sea unido a Dios, habiendo sido separado de Dios por el pecado de Adán. O sea, estando lejos de la vida y del amor, debía morir, pero gracias al sacrificio de Jesús fue unido a Dios, a la vida y al amor

1 de Juan 2:3:” Y en esto sabemos que le hemos llegado a conocer, si guardamos sus mandamientos”

Los mandamientos de Jesús a sus discípulos son dos; el amarse unos a otros como El los amo, y la fe, estos son los mandamientos del nuevo pacto. Por otro lado, los diez mandamientos son como las paredes de una cárcel, que mantiene encerrados a aquellos a quienes será revelada la historia de Jesús, es decir la fe.

1 de Juan 2:4 “El que dice Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos es mentiroso y la verdad no está en el”

Conocer en las cartas de Juan es parecido a la relación de una esposa con su esposo amante, o sea que la respuesta del creyente al amor de Jesús derramado en la cruz es la obediencia a sus dos mandamientos, uno, el amar a los demás como El amo a sus discípulos, y dos, el vivir de la historia de Jesús, es decir, vivir de la fe.

1 de Juan 2:5 “Pero el que guarda Su palabra, en el verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios. En esto sabemos que estamos en El”

El que guarda Su palabra es el que acoge en sus pensamientos, las palabras que Dios ha puesto en su mente, y estas palabras son el relato de las obras y enseñanzas de Jesús, de esta manera, Dios ha completado Su amor en el creyente. Así termina la separación de Dios, de una persona.

339. El Evangelio del Amor


1 Juan 1:2 “Y la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y anunciamos a ustedes la vida eterna, la que estaba con el Padre fue manifestada a nosotros”

En Jesús, el Mesías la vida de Dios fue manifestada, la vida de Dios no es la misma que nuestra vida. Adán cuando fue creado reflejaba la vida de Dios, para hacer el bien, pero cuando se separó de Dios, ya no reflejo la vida de Dios, sino que empezó a vivir para complacerse, pero Jesús vivió para servir abnegadamente hasta que murió en la cruz.

1 Juan 1:3” Lo que hemos visto y oído les anunciamos, a fin de que tengan comunión con nosotros. En realidad, nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo”

Lo que los apóstoles vieron de Jesús, su misericordia con los pecadores y errados, su bondad, sus curaciones, su muerte en la cruz, su resurrección y ascensión. así como sus palabras que escucharon, que son la revelación del Padre, anunciaron a los que les prestan atención, para que tengan comunión con la divinidad y con los de la fe.

1 de Juan 1:4 “Y esta les escribimos a ustedes, a fin de que nuestro gozo sea completo”

Juan indica que esta carta es para que nuestro gozo sea completo; no escribió para que sus lectores estén llenos de gozo al leer acerca del Mesías, su naturaleza, su manera de ser, sus obras, que le llevaron a la muerte, y a su resurrección, todo como fruto de su misericordia, sino para que esto cause gozo en nosotros, o sea en Jesús, los apóstoles y los lectores.

1 de Juan 1:5” Y este es el mensaje que hemos oído de Él, y que les anunciamos: Que Dios es luz, y no hay en El tiniebla alguna”

El mensaje que Jesús enseno a los apóstoles, sus testigos es que Dios es Luz. De la luz física podemos aprender que la luz en si es invisible, pero al chocar con algo se hace visible e ilumina, y trae vida, así es Dios en la mente humana solo si Él llega a los pensamientos ilumina toda la mente y la vivifica; Dios llega a los pensamientos por medio de Su Palabra.

1 de Juan 1:6 “Si decimos que tenemos comunión con El, y caminamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”

Si decimos que Dios ha puesto Su Palabra en nuestros pensamientos, esto es su Espíritu nos da Su Luz, es decir que tenemos parte con El, sin embargo, todavía el mal heredado de Adán guía nuestros pasos, estamos en tinieblas y mentimos, o sea no vivimos en la verdad. Porque la esencia intima de la vida de fe es la relación con Dios.

1 de Juan 1:7 “Pero si caminamos en la luz, como El es en la luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesús, Su Hijo nos limpia de todo pecado”

Dios es luz, Su Espíritu es luz, y si la fe en la historia de Jesús nace de Su misericordia hacia el creyente, entonces, este es dirigido por el Espíritu de Dios, y tiene comunión con los demás, porque el Espíritu hace actual la remisión de sus pecados. Hay que tener presente que los pecados nos separan unos de otros, pero el Espíritu nos une.

1 de Juan 1:8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”

Al decir que no tenemos pecado se asume la falsa inocencia de Caín, al llevar su ofrenda, porque desde que cayo Adán heredamos una fuente inagotable de pecados, por esto Abel se acerco a Dios con un animal sacrificado. Y el reconocimiento de esta realidad ayuda a valorar el hecho de que al morir Jesús mato al creyente a la ley, para quitar al pecado el poder de la ley”