El Espíritu Santo le revelo al ex ciego el
misterio del Mesías, esto es que era Dios y un hombre con las debilidades de
todo hombre; por esto dijo que tenía fe en el Hijo del hombre, es decir creía
en lo que sabía de Jesús, esto es la
historia que había oído concerniente a Jesús; pero el hecho que postrándose Lo adoro
indica que el ex ciego reconoció que la humanidad cubría la divinidad del que
Lo sano.
Juan
9:38 “Para juicio yo vine a este mundo,
con el fin de que los que no ven, vean,
y para que los que ven, se vuelvan ciegos”
Jesús acepto la adoración del ex ciego,
porque es Dios, al contrario El sería el
peor de los pecadores al recibir adoración sin ser Dios. Por otro lado, el Señor revelo que el juicio
divino gira alrededor de la fe, así
aunque los judíos creían que la ley les capacitaba para separar lo bueno de lo malo, es decir, veían, pero por rechazar la fe, quedaron
espiritualmente ciegos, al contrario, el que antes fue ciego creyó en el Mesías,
y quedo cubierto con la conducta de Jesús, y empezó a vivir de la misericordia
de Dios.
Juan
9:40 “Los Fariseos que estaban con El escucharon esto, y le dijeron: ¿Acaso
nosotros somos ciegos?”
Jesús dijo que El vino para que los que ven
queden ciegos, refiriéndose a la suficiencia
espiritual; los Fariseos se
sintieron aludidos por las palabras de Jesús, por este motivo, fingieron no entenderlas. Los Fariseos
sufrían del orgullo espiritual nacido de su supuesta obediencia a la ley divina,
este engaño mental negaba la necesidad de ellos de ser cubiertos por la obediencia
de Jesús, que es el fruto de la fe.
Juan
9:41 “Jesús les dijo: Si ustedes fueran ciegos no tendrían pecado, pero ahora
el pecado de ustedes permanece”
Jesús con tristeza les revelo a los judíos que
si ellos aceptarían que El Padre Le envío a este mundo para obedecer Sus leyes,
perdonar los pecados de ellos y de toda
la humanidad, y resucitar para darles salvación, serian sin culpa, y resucitarían
en día final; pero por ser duros de cerviz, es decir obstinados, sus pecados
quedan en ellos. Entonces es claro que
la salvación es por fe y no por la obediencia personal.
Juan
10:1 “En verdad les digo que el que no entra por la puerta en el redil de las
ovejas, sino que sube por otra parte es un farsante y un salteador”
Jesús, les revelo a los judíos otro aspecto
de su misión, comparándola a la de un
pastor abnegado, que cuida sus ovejas
de día y de noche. Al contrario el que no es
pastor, no entra por la puerta del redil sino que se salta por el muro;
este es un farsante, y no cuidara de las ovejas; tal fue el caso de los
maestros judíos y del ex ciego, que fue tan diferente de la misericordia de Jesús,
el Verdadero Pastor, al ex ciego.
Juan
10:2 “Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas”
La característica principal del verdadero
pastor es que entra por la puerta del redil para hacerse cargo del cuidado y
protección a las ovejas. La puerta es la
encarnación del Verbo de Dios, seguido de la vida, muerte y resurrección de Jesús, es decir la
puerta es Su experiencia al venir a la
tierra. De este modo El sustituyo a los
rabinos como pastores de Israel.
Juan
10:3 “A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz, entonces llama a las
ovejas por su nombre y les guía afuera”
El pastor verdadero no salta por el muro del
redil, porque el guardián le abre la puerta, entonces el pastor llama a las
ovejas y las saca fuera. Juan el
bautista le “abrió” la puerta de Israel a Jesús; el ex ciego fue una oveja, a quien Jesús saco
fuera del redil del judaísmo. Ahora también es así, Jesús saca a sus ovejas del
redil que busca la salvación por la obediencia a los mandamientos, para vivir de
la fe, para vida eterna.