jueves, 24 de noviembre de 2011

60. El evangelio de Juan. Cap. 5 pp.

Juan 5:1 “Después de esto, se celebraba una fiesta de los Judíos, y Yeshua subió a Jerusalén”

Yeshua continuo su misión en Galilea, por un tiempo mas, y cuando se acercaba la fiesta de las trompetas, fue a Jerusalén, cumpliendo el mandato de la ley, que dice: Deut. 16:16 “Tres veces al ano se presentaran todos tus varones delante de Yahweh tu Dios, en el lugar que El escoja “.

Juan 5: 2-9 “Hay en Jerusalén un estanque, que en Hebreo se llama Bethesda, que tiene cinco pórticos, y esta localizado junto a la Puerta de las Ovejas. En el piso de los pórticos estaba una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban que el agua sea agitada…Había allí un hombre que estaba enfermo hacia treinta y ocho anos.- Cuando Yeshua le vio acostado, y supo que estaba en esa condición mucho tiempo, le dijo: ¿Quieres estar sano?. El enfermo le respondió: Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando el agua es agitada, y mientras yo llego, otro baja antes que yo. Yeshua le dijo: Levántate, toma tu camilla y anda. Al instante el hombre quedo sano, y tomo su camilla y empezó a andar.”

El estanque llamado Bethesda estaba rodeado de cinco patios cubiertos, repletos de personas que adolecían diversas enfermedades, entre ellos había un hombre que sufría treinta y ocho anos de una enfermedad que le impedía moverse con facilidad, por esto cuando el agua se movía, el no podía levantarse rápido, y otros llegan al agua antes que el. Por otro lado, Yeshua entro en uno de los patios, y le atrajo la atención la miserable condición de este enfermo, y le pregunto: ¿Quieres ser sano? El hombre, con su atención fija en el agua, que creía era la fuente de su curación, le contesto: cuando el agua es agitada, otro llega antes que yo. Entonces Yeshua le dijo: Levántate toma tu camilla y anda. Es decir, cuando el Mesías le oye que quiere ser sano, le ordena que se levante, que recoja su camilla y se vaya. Las palabras de este mandamiento llevan la curación del enfermo, por esta razón, el momento que llega a su mente esta orden, la acoge, queda curado y puede cargar su camilla.

Juan 5:10-13 “Pero aquel día era Sábado. Por esto los judíos le decían al que había sido sanado: Es día sábado, no te es permitido cargar tu camilla. Pero el les respondió: El mismo que me sano, me dijo: Toma tu camilla y anda. Le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te dijo: toma tu camilla y anda? Pero el que había sido sanado no sabia quien era, porque Yeshua se había apartado de la multitud que estaba en ese lugar, sin que se diera cuenta.”

El judaísmo considera, hasta ahora, que seguir detalladamente las instrucciones de los rabinos para guardar el sábado, es el corazón de la obediencia a Dios. Por esta razón, cuando, ese sábado, los judíos le vieron al que fue curado, llevando su camilla, le amonestaron, diciéndole: es prohibido hacer ese trabajo en sábado. No obstante, el hombre justifica su acto, porque considera que obedeció la orden de Uno con autoridad superior a la de los rabinos. Sin embargo, cuando quisieron saber Quien era El que le sano, el hombre no tuvo respuesta, porque no conocía al que le curo, ya que mientras estaba ocupado en arreglarse y en cargar su camilla, Yeshua se alejo de ese lugar.

Juan 5: 14-15 “Después de esto Yeshua le hallo en el templo y le dijo: Mira haz sido sanado; no peques mas para que no te suceda algo peor.- El hombre se fue, y dijo a los Judíos que Yeshua era el que le había sanado”

Transcurrían los días de las tres ultimas fiestas, que empezaron con la fiesta de las Trompetas, y uno de esos dias, Yeshua le encontró en el templo al hombre que curo y le dijo: Presta atención, has sido curado, no peques mas para que no te suceda algo peor. El Maestro le revela que su enfermedad fue efecto de sus pecados, y que no siga con su vida anterior porque le vendrán peores males. O sea, que Yeshua le curo la enfermedad, sin omitir la advertencia para que deje de pecar. Ahora una reflección.- Si se tiene en cuenta que la ley fue dada para ver la raíz de todos los pecados; entonces cuando Yeshua le ordena al hombre que no peque mas, le esta diciendo que se ponga en la condición de sentir su incapacidad para dejar de pecar, y tenga necesidad de buscarle como Salvador.- Después de esto el que fue sanado se fue, y les aviso a los dirigentes religiosos que Yeshua le había curado.

Juan 5:16-20 “Por este motivo los Judíos perseguían a Yeshua, ya que hacia esto en el día Sábado. Pero Yeshua les respondió: Aun ahora mi Padre trabaja, por esto Yo también trabajo.- Entonces, por esta razón, los Judíos procuraban, todavía mas, matar a Yeshua, porque no solo violaba el día Sábado, sino que también llamaba a Dios Su propio Padre, haciéndose igual a Dios.- Y por esta causa, Yeshua les decía: En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre.- Porque todo lo que hace el Padre, de igual manera, eso también hace el Hijo. Así que, porque el Padre ama al Hijo, le muestra todo lo que El mismo hace, y le mostrara obras mayores que esta, para que ustedes queden asombrados.”

Las normas de los rabinos para guardar el Sábado eran estrictas y las pusieron en un pedestal, como si fueran dadas por el mismo Dios, por esta razón, los castigos por desobedecerlas, eran los mismos que por romper el mandamiento divino; así que cuando Yeshua le curo al hombre y le mando que cargue su camilla, se puso en oposición a las ordenes de los rabinos, por esto ellos le consideraron reo de muerte. Pero Yeshua les explica que Su Padre aun el día Sábado trabaja, por esta razón, El también le curo al hombre, el séptimo día.  Al oír estas palabras, los dirigentes del judaísmo hallaron dos razones para matar a Yeshua, una por romper el descanso sabático y otra por hacerse igual a Dios, al decir que es El Hijo de Dios. Aquí vale una aclaración: Según las palabras de Yeshua y la conclusión de los judíos, Yeshua es tan Dios como el Padre. Ahora recuerde, que Yeshua vino a revelar al Padre, por este motivo, con este milagro El enseña que lo que El hace, no es porque la miseria humana le mueve a misericordia, sino porque el Padre le muestra; así que todas las actividades de Yeshua en esta tierra no son el producto de su amor a la humanidad, sino son una copia de la obra del Padre. O sea que se entiende, que por un lado, la relación del Padre con el Hijo es que su amor de Padre le motiva a indicar a su Hijo lo que debe hacer y decir, para que la vida de Yeshua sea una proyección en la tierra, de la del Padre en el cielo; por otro lado, la relacion del Hijo con el Padre es de sumisión abnegada.

El Padre se fijo en ese enfermo para que Yeshua le cure, en el día Sábado,  para ensenar, con ejemplo, que el Sábado es para dar descanso, al enfermo de sus dolencias, al triste de su pena, al hambriento de su necesidad.

lunes, 14 de noviembre de 2011

59. El Evangelio de Juan. Cap. 4 up.

Juan 4:27 “En esto llegaron sus discípulos y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno Le pregunto: ¿Qué tratas de averiguar? O, ¿Por qué hablas con ella?”

Mientras Yeshua conversaba con la Samaritana, regresaron comprando alimentos sus discípulos, y quedaron sorprendidos al encontrar a Yeshua hablando con ella. Estaban asombrados que su Maestro no mostrara su mismo prejuicio contra los samaritanos, como era casi natural en los judíos.

Juan 4:28-30 “Entonces la mujer dejo su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres: Vengan, vean a un hombre que me ha dicho todo cuanto yo he hecho. ¿No será este el Cristo (el Mesías)? Y salieron de la ciudad y fueron donde El estaba.”

La Samaritana, sin salir de su asombro porque el Mesías le hablo, abandono su cántaro de agua, y fue donde los hombres de la ciudad y les dijo que vayan al pozo de Jacob para que conozcan al Mesías, El que le revelo su vida de pecado. Por otro lado, es evidente que la mujer tenia mas confianza con los hombres que con las mujeres del pueblo, por eso fue donde ellos. Desde otro ángulo, parece que la vida adultera de la samaritana fue como un secreto a voces,  en su pueblo.

Juan 4:31-34 “Mientras tanto, los discípulos le pedían: Rabí (Maestro) come. Pero El les dijo: Yo tengo una comida para comer que ustedes no saben. Entonces los discípulos se decían entre si: ¿Le habrá traído alguien de comer? Yeshua les dijo: Mi comida es para hacer la voluntad del que Me envió y terminar su obra”

Al mismo tiempo que la Samaritana hacia su obra misionera en los hombres de su pueblo, los discípulos de Yeshua le insistían que coma, y El les respondía: Yo tengo una comida que ustedes no conocen, pero esta contestación les llevo a suponer que alguien le trajo comida. Una vez que el Maestro despertó en ellos el interés por la comida que ellos no conocían, les revelo que su alimento tenía el fin de capacitarle para obedecer la voluntad del Padre y completar Su obra.- Como se ve, completar la obra del Padre era que el Salvador del mundo se manifieste a los Samaritanos, incluyendo la pecadora.

Juan 4:35-38 “¿No dicen ustedes: Faltan cuatro meses todavía, y viene la cosecha? No obstante Yo les digo: alcen sus ojos y vean que los campos ya están blancos para la cosecha.- Y cuando el segador recibe pago, entonces recoge fruto para la vida eterna.- Para que el que siembra se regocije junto con el que cosecha. Porque en esto el dicho es verdadero: Uno es el que siembra y otro es el que cosecha. Yo los envío a ustedes a cosechar lo que no han trabajado; es decir, otros han trabajado y ustedes entran en su labor”

Yeshua los lleva con la imaginación a los campos cultivados de Samaria, a fin que vean que todavía falta para la cosecha, y para indicarles que al contrario, El ve el campo espiritual de Samaria listo para la siega. Así mismo, les avisa que El les pone como recogedores de la cosecha espiritual, que tanto los profetas, como el Bautista, sembraron en el pueblo de Israel. Es decir, el trabajo que El les encomendó a los discípulos es juntar a los que recibieron la promesa del Mesías, que anunciaron los profetas y el Bautista. Note que las semillas son las enseñanzas de Antiguo Testamento, por lo tanto es imposible tener cosecha espiritual si se menosprecia las escrituras del Antiguo Pacto. Por otra parte, vale notar que también los samaritanos tenían el Pentateuco como inspirado, es decir tenían la semilla, por esta razón, cuando Yeshua se revelo a la mujer y a los Samaritanos, ellos pudieron aceptarle sin dificultad.

Juan 4:39-42” Y muchos Samaritanos de aquella ciudad, tuvieron Fe en El, por la palabra de la mujer, quien daba este testimonio: El me dijo todo lo que yo he hecho.- Así que, cuando los Samaritanos vinieron, le pedían a Yeshua que se quedara con ellos.- Y el se quedo allí, dos días. Y muchos mas creyeron por Su Palabra.- Y decían a la mujer: Ya no tenemos Fe por lo que tu has dicho, sino gracias a que nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que Este es en verdad el Salvador del mundo.”

El testimonio de la mujer eran convincente e impactante , tanto, que los Samaritanos aceptaron la noticia que el Mesías estaba junto al pozo.- Por eso se fueron hasta allá. Este fue su primer paso de Fe. Sin embargo, cuando ellos mismos le oyeron, recibieron sus palabras, creció su Fe, y quedaron seguros que Yeshua es el Ungido por el Padre, para Salvar al mundo.

Juan 4: 43-45 “Después de dos días Yeshua salio de allí para Galilea. Puesto que Yeshua mismo dio testimonio, de que a un profeta no se le honra en su propia casa. De modo que cuando llego a Galilea, los Galileos Le recibieron, por que habían visto todo lo que El hizo en Jerusalén, durante la fiesta; porque ellos también habían ido a la fiesta”

Yeshua , al terminar los dos días de su estancia con los Samaritanos, fue a Galilea. El había vivido sus primeros treinta anos en Galilea, es decir, su tierra era Galilea. O sea, El se refiere a Galilea , cuando dice : Que a un profeta no se le honra en su propia casa. En otras palabras, es evidente que los Galileos no valoran sus palabras, sino sus milagros, de esto se desprende, que un profeta es realmente valorado, cuando se toman en serio sus palabras.

Juan 4:46-50 “Así que Yeshua vino otra vez a Cana de Galilea, donde convirtió el agua en vino. Y allí había un oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo, en Capernaun. Tan pronto oyó que Yeshua había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro, y le pidió que bajara y sanara a su hijo, quien estaba al borde de la muerte. -Entonces, Yeshua le dijo: Si Ustedes no ven milagros y prodigios no tendrán Fe.
-El oficial del rey Le dijo : Señor baja antes que mi hijo muera.
-Puedes irte le dijo Yeshua, tu hijo vive.
Y el hombre tuvo Fe a la Palabra que Yeshua le dijo”

Yeshua volvió a Cana donde hizo su primer milagro, allí le encontró un empleado del rey Herodes, quien le pidió que venga con el a Capernaun para que cure a su hijo, que estaba al bode de la muerte. Yeshua respondió la petición de este hombre, con una amonestación en contra de buscar que la Fe se base en milagros. Sin embargo, el padre insistió que Yeshua Le acompañe a Capernaun para que impida la muerte de su hijo. Pero Yeshua quería darle la oportunidad al empleado del rey, para que su Fe se fundamente en Su Palabra , por esta razón no fue con el , sino que le dijo: Puedes irte , tu hijo vive. De esta manera, El Maestro logro ensenar al padre a recibir la Palabra de Yeshua, para que su Fe sea genuina.

Juan 4:51-53 “Y mientras bajaba a su casa, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía. - Entonces les pregunto a que hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: - Ayer a la hora séptima se le quito la fiebre.
Entonces el padre se dio cuenta que fue a la hora que Yeshua le dijo: Tu hijo vive. Y el tuvo Fe con toda su familia”

Los siervos del oficial del rey salieron al encuentro de su patrón y le comunicaron que su hijo estaba bien. Entonces el padre les pregunto ¿cuando mejoro su hijo?, ellos le indicaron que a la hora séptima. Era la misma hora en la que el acepto la Palabra de Yeshua, que le anuncio la curación de su hijo. Aquí vale una analogía, para entender mejor la Fe.- Así, aceptar , o recibir la Palabra de Yeshua es como la raíz de un árbol, cuyos frutos son los milagros. Dicho en otra forma , cuando se intenta fundamentar la Fe en milagros es como tratar de usar los frutos como si fueran la raíz. En otras palabras, se confunde el efecto con la causa. Un punto adicional, respecto a la Fe de este hombre, una vez que tuvo Fe en la palabra de Yeshua, regreso a Capernaun, pero ahora su Fe se afirmo en la Persona que le dijo que su hijo vivía. O sea, no solo tenia Fe en el poder de la palabra de Yeshua para hacer milagros, sino tenia Fe en Yeshua, el Mesías, porque concerniente a El las escrituras afirman que cuando venga, hará curaciones asombrosas.

Juan 4:54 “Esta fue la segunda señal(el segundo milagro) que Yeshua hizo cuando fue de Judea a Galilea’

Cabe indicar que el primer milagro o señal es el de las bodas de Cana, y el segundo milagro o señal es la curación del hijo del empleado del rey Herodes. Los milagros se llaman señales, porque sirven para atraer la atención de la gente a Yeshua, a fin de que oigan y reciban sus palabras, es decir para que empiece su Fe.

viernes, 4 de noviembre de 2011

58. El Evangelio de Juan. Cap. 4 pp.

Juan 4:1-6 “Así, de esta manera el Señor supo que los Fariseos habían oído que El hacia y bautizaba mas discípulos que Juan. (Aunque Yeshua mismo no bautizaba, sino sus discípulos).- Por lo tanto, salio de Judea y se fue otra vez a Galilea. Llego, a una ciudad de Samaria, llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José. Y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces, Yeshua, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca de hora sexta”

Juan supo que Yeshua estaba en el Jordan, y que los discípulos de El bautizaban, gracias a la discusión de sus discípulos con un judío; por este mismo canal, el Mesías se entero que los Fariseos también sabían que el hacia mas discípulos que el Bautista; así que por prudencia se aparto a Galilea. Por otro lado, El podía ir a esa región por Perea, que era el camino preferido por los de Judea; o por Samaria, que era la vía de los de Galilea, cuando iban a Jerusalén. Los de Judea iban por Perea para evitar contaminarse con los samaritanos, porque practicaban el judaísmo estricto, resultado de la influencia de los Fariseos. Los de Galilea tenían menos prejuicios, porque los Fariseos tenían muy poco ascendiente en ellos. Yeshua y sus discípulos fueron por Samaria, y gracias a que rompió el prejuicio de los judíos, trajo la salvación a la mujer y a muchos samaritanos. Continuando, El Maestro y sus discípulos llegaron al atardecer al pozo que estaba en el terreno que Jacob dio a José. El Señor, como todo humano estaba cansado después de un día de camino, y se sentó a lado del pozo.

Juan 4:7-15 “Una mujer de Samaria vino a sacar agua, entonces Yeshua le dijo: Dame de beber. (Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.).
   -La mujer Samaritana le dijo: ¿Cómo es que tu siendo Judío, me pides de beber a mi, que soy Samaritana? (Porque los Judíos no tienen tratos con los Samaritanos).
   -Yeshua le contesto: “Si tu conocieras el regalo de Dios, y quien es el que te dice: Dame de beber. Tu le habrías pedido a El, y El te hubiera dado agua viva.
   -Ella le dijo: Señor, no tienes con que sacarla, y el pozo es hondo; ¿pues de donde tienes esa agua viva? ¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, del cual bebió el mismo, y sus hijos, y sus ganados?
   - Yeshua le respondió: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, no obstante el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino el agua que yo le daré se convertirá en el en una fuente de agua que brota para la vida eterna.
    - Señor, le dijo la mujer, dame esa agua, para que no tenga sed, ni venga hasta a aquí a sacarla.”

Mientras Yeshua esta junto al pozo, viene una Samaritana, y El le pide agua. Ella le expresa su extrañeza por este pedido, porque por un lado, los Judíos les veían a los samaritanos inmundos, y los despreciaban, por otro lado, los samaritanos les hacían el mal cuando podían. La enemistad de los Samaritanos y judíos databa desde los tiempos de Esdras y Nehemías, cuando los judíos no permitieron que los Samaritanos les ayuden a reconstruir el Templo, por ser gentiles. Esto enojo a los Samaritanos que atacaron a los constructores del Templo. Sigo, Yeshua le deja saber a la mujer, primero que ella no le identifica como el regalo de Dios al mundo, segundo que este regalo, El mismo lo da, y tercero, este don se puede comparar al agua corriente que mantiene la vida. Pero la mujer todavía pensaba que lo que Yeshua le ofrecía era el agua literal, por esto le dice que no tiene ni un recipiente para el agua, además, cuestiona como puede El darle un agua mejor que la del pozo de Jacob. Yeshua le responde, aclarándole las virtudes del agua que le ofrece, y le dice que esa agua quita la sed para siempre, y es mas, se convierte en su interior, en un manantial que fluye hacia la vida eterna. Oyendo esto, la Samaritana pidió a Yeshua esa agua, para no tener mas sed y no regresar al pozo. Ella, sigue sin entender que el regalo de Yeshua no era agua natural, sino que esta era tan solo una figura del regalo que iba a darle: el “Espíritu del Mesías”, empezando por su sacrificio.

Juan 4:16-18 “-Yeshua le dijo: Ve, llama a tu marido y ven acá.
                      -Respondió la mujer: no tengo marido.
                      - Yeshua le dijo: Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido, en eso has dicho la verdad”

Yeshua le empieza a dar a la Samaritana el agua de vida, revelándole el conocimiento sobrenatural que tiene de ella. En otras palabras, el pedido que llame a su esposo no es para hacerle pasar vergüenza, o para forzarle a reconocer su vida de pecado, sino para mostrarle que El conoce la vida de ella muy bien, porque es el Mesías, a quien los Samaritanos también esperaban. Al mismo tiempo, Yeshua quería dejar claro en la mujer, que su vida de pecado no era un obstáculo para darle el agua viva, porque esta agua, le cambia de su vida de pecado a la vida eterna.

Juan 4:19-24 “- La mujer le dijo: Señor me parece que tu eres profeta.- Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen, que el lugar donde se debe adorar esta en Jerusalén.
                      -Yeshua le dijo: Mujer ten Fe en lo que te digo: la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén, ustedes adoraran al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen, nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación es de los judíos. Sin embargo, la hora viene y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en verdad.- Por este motivo, el Padre busca a estos para que le adoren.- Dios es Espíritu y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad”

Cuando Yeshua le descubrió a la Samaritana su vida, ella entendió que se hallaba frente al Profeta, que esperaban los Samaritanos, de acuerdo a Deuteronomio Cap. 18. Entonces ella aprovecho la oportunidad para que este Hombre admirable le aclare la vieja disputa que los Samaritanos tenían con los judíos, desde que ellos construyeron un templo en el monte Gerizim, rival del Templo de Jerusalén. Yeshua, primero ordena que tenga Fe en sus palabras, a continuación, le indica que la salvación ES de los Judíos; después le revela que empieza una nueva era para adorar, en la que, los que beban el agua de vida, esto es el Espíritu de Cristo, adoraran al Padre en espíritu y en verdad. Además, le enseña que El Padre no es como los hombres, sino que es Espíritu, y por esto busca a los que beben el agua de vida, para que le adoren en el Espíritu del Mesías.

Juan 4:25-26 “-La mujer Le dijo: Se que el Mesías viene (el que es llamado Cristo); cuando El venga nos anunciara todo.
                      - Yeshua le dijo: Yo soy. El que te habla a ti”

Después que la Samaritana oyó la explicación que Yeshua le dio sobre la adoración, la acepto, o sea tuvo Fe en sus palabras, y se ahondo en ella la idea que el personaje con quien conversaba, era el Mesías.- Entonces Yeshua le confeso su verdadera identidad, y le dijo: “Yo soy”, El que te habla. Así le declaro a la mujer Samaritana, lo que casi no podía hacer entre los de su pueblo.

Resalta en la conversación entre el Mesías y la Samaritana, que la salvación empieza y termina con Yeshua, quien tomo una actividad domestica, casera para hablar con la mujer hasta llegar a despertarle Fe en sus palabras, a fin de revelar que el Mesías, el Salvador del mundo obraba en ella, dándole de beber el agua viva, que causo el cambio de rumbo de su vida.