lunes, 22 de abril de 2019

349. El Evangelio del Amor.


1 de Juan 4:9 “En esto Dios mostro Su amor en nosotros: Que Dios ha enviado a Su Único Hijo al mundo, para que vivamos por medio de El”

Dios Se hace evidente en los que prestan atención a la historia del sacrificio de Jesús, al compartirles Su vida. Vida que perdió la humanidad cuando Adán cayo. La vida de Dios que Jesús la comparte con los de la fe, es diferente a nuestra vida mortal, que es para complacerse, porque la vida de Dios es para el servicio abnegado.

1 de Juan 4:10 “En esto esta el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amo a nosotros y envió a su Hijo, la propiciación sobre nuestros pecados”

El hombre no busca, ni ama a Dios, sino el Padre busca al pecador para hacerle receptor de su amor misericordioso; El pidió a Su Hijo que se haga pecado, es decir que reciba en Su cuerpo todos los pecados de la humanidad, y quito del hombre lo que le hace rechazar y alejarse de Dios, para que sea canal de Su misericordia.

1 de Juan 4:11 “Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros”

La relación de Dios con el hombre descansa en Su amor misericordioso, paciente, bondadoso tolerante, también en ese amor se asienta la fe, es decir la historia de Jesús, particularmente la de Su sacrificio, por estas razones el creyente está en la obligación de amar a su familia, a los que lo rodeen con el amor divino.

1 de Juan 4:12 “Nadie ha visto a Dios, jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros”

Dios es un Espíritu, por eso nadie ha visto a Dios, por otro lado, Dios es amor activo, practico, de obras; es la fuente del amor en el universo, así que cuando un creyente ama con obras, y no con palabras es porque Dios está en él; entonces el amor esta completo, porque se inicio en Dios y termino en una persona necesitada, por medio de un creyente.

1 de Juan 4:13 “En esto sabemos que permanecemos en El, y El en nosotros: en que nos ha dado de Su Espíritu”

El Padre envió a Su Hijo para que se haga hombre, bajo la ley, esto es sujeto a toda tentación, pero sin pecado, para que cargue los pecados del hombre, es decir se haga pecado y sufra la sentencia de la ley, como cabeza de la humanidad, y al mismo tiempo mate a los creyentes a la ley, les de Su Espíritu, y les una a Si mismo, así termine su separación de Dios.

1 de Juan 4:14 “Y nosotros hemos mirado de cerca, y damos testimonio que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo”

Juan y los otros apóstoles fueron escogidos para ver con detalle la vida y las enseñanzas de Jesús el Hijo de Dios, con el fin de testificar de que Él es un personaje histórico enviado por el Padre, Cabeza de la divinidad, al mundo para liberarlo del dominio del maligno, esto es de la potestad de sus apatitos, y del mal.

1 de Juan 4:15 “Todo el que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en el y el en Dios”

Reconocer o confesar que Jesús es el Hijo de Dios es el resultado de inquirir respecto a Jesús, y encontrar que es Hijo de Dios, nacido por obra del Espíritu que cobijo a María; Él fue enviado a este mundo para librar, a todo el que Le preste atención, de la separación de Dios, y del poder de los apetitos, y del mal

lunes, 15 de abril de 2019

348. El Evangelio del Amor.


1 de Juan 4:2 “En esto conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que reconoce que Jesús el Mesías ha venido en carne, es de Dios”

Confesar que Jesús, el Mesías ha venido en carne, es confirmar que Dios la Palabra se hizo como uno de nosotros, es decir que nació como los humanos nacemos, así mismo, nació bajo el poder de la ley, o sea sujeto a toda tentación, pero nunca fue vencido por el mal, al contrario, con Su amor misericordioso venció al maligno.

1 de Juan 4:3 “Y todo espíritu que no reconoce que Jesús, el Mesías no vino en carne, no es de Dios, y este es el anticristo, del cual ustedes han oído que viene, y ahora ya está en el mundo”

En Adán la humanidad fue puesta bajo el poder del mal, por Dios, por esto en Jesús, hombre, los pecados de la humanidad fueron remitidos por Dios, es decir, los que aceptan la historia de Jesús, son inocentes ante Dios, y tienen la vida eterna, pero el maligno intenta ocultar la justicia misericordiosa de Dios, y niega la unión de Dios con la humanidad, en Jesús.

1 de Juan 4:4 “Y ustedes son hijos de Dios, y les han vencido, porque mayor es Aquel que esta en ustedes, que el que está en el mundo”

Los que aceptan la misericordia de Jesús, especialmente la de Su Sacrificio, son hijos de Dios, y han vencido los ataques del maligno, que quiere negar que el Verbo se hizo humano como nosotros, gracias al Espíritu de Dios que está en ellos. En otras palabras, los de la fe no luchan solos en el mundo, sino que el Espíritu, en ellos, los dirige y sostiene.

1 de Juan 4:5 “Ellos son del mundo, por eso hablan lo del mundo, y el mundo los oye”

Los que ensenan que Jesús no es verdaderamente hombre, es decir que él no venció al pecado, ni llevo los pecados de la humanidad, en su cuerpo a la cruz, hablan de lo que es del mundo, es decir, promueven la piedad y virtud personal para llegar a Dios, estos son acogidos por mundo, porque la religiosidad es parte de este.

1 de Juan 4:6 “Nosotros somos de Dios, el que conoce a Dios nos escucha, el que no es de Dios, no nos oye. De esto conocemos el Espíritu de verdad, y el espíritu del error”

Los que escuchan las palabras que relatan la historia de Jesús, especialmente en la cruz, están bajo la influencia del Espíritu santo, por lo tanto, ha terminado Su separación de Dios, que empezó con la caída de Adán. Por otro lado, los que no prestan atención a la historia de Jesús, no están bajo la influencia del Espíritu Divino.

1 de Juan 4:7 “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es procedente de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios, y tiene comunión con Dios”

Desde que cayo Adán, el hombre quedo separado de Dios, es decir lejos de la fuente eterna del amor, pero el que ha sido unido a Dios, al recibir la historia del sacrificio de Jesús, es un canal a través del cual Dios derrama Su misericordia a los que le rodean. En otras palabras, tiene comunión con Dios

1 de Juan 4:8 “El que no ama no tiene comunión con Dios, porque Dios es amor”

El amor no es una emoción, no es un sentimiento, el amor es un Ser, el amor es Dios. Todas Sus obras y acciones son nacidas de Su amor. La creación es la expresión de Su amor, por ejemplo, la lluvia es un ciclo de servicio, así, se junta el agua de la tierra en los mares, se evapora, se forman las nubes y cae la lluvia, que baña la tierra para que fructifique.

lunes, 8 de abril de 2019

347. El Evangelio del Amor


1 de Juan 3:19 “Y en esto sabemos que somos de la verdad, y nuestros pensamientos están en su presencia”

Solo cuando el que ha entendido y aceptado el sacrificio de Jesús, es unido a la divinidad por medio de Espíritu de Dios, puede amar con acciones a los que le rodean, porque, ha acabado su separación de Dios, es salvo, así mismo, sus pensamientos y actividad mental están en la presencia del Altísimo.

1 de Juan 3:20 “Pero en caso de que nuestros pensamientos nos condenen, Dios es mayor que nuestros pensamientos, y Él sabe todo”

El maligno puede impresionar con pensamientos que condenen, a los de la fe, aun después de amar con acciones a los que los rodeen, pero Dios es mayor que esas impresiones de condenación, porque El salvo con la vida, muerte y resurrección de Su Hijo a los que prestan atención a la historia de Él, y les hizo canales de Su misericordia.

1 de Juan 3:21 “Amados, si nuestros pensamientos no nos condenan, seguridad tenemos ante Dios”

Si nos damos cuenta de que los actos y enseñanzas de Jesús, especialmente, su sacrificio, nacen del amor misericordiosos del Padre, y aceptamos que somos amados por El; entonces, nuestros pensamientos no nos condenan, porque, nuestra fe nace de Su amor, y confiamos en El, por eso, nuestras peticiones las hacemos con franqueza.

1 de Juan 3:22 “Y lo que le pedimos recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos lo que es agradable delante de Él.

La condición para recibir del Padre nuestras peticiones, es que guardemos sus mandamientos, pero el apóstol no se refiere a los diez mandamientos, sino a los mandamientos de la fe y del amor. Estos dos mandamientos es posible guardarlos, si   aceptamos que somos amados por el Padre al retener la historia de Jesús crucificado.

1 de Juan 3:23 “Y este es el mandamiento: Que tengamos fe en el Nombre de Su Hijo Jesús, el Mesías, y que nos amemos unos a otros, como Él nos dio mandamiento”

La estructura de la ley de Dios es la siguiente: El amor a Dios y el amor al prójimo son el origen de todo mandamiento, después están los mandamientos de la justicia, la misericordia y la fe, a continuación, los mandamientos llamados las bienaventuranzas, y finalmente los 10 mandamientos, que tienen el objeto hacernos vivir nuestro fracaso espiritual.

1 de Juan 3:24: Y el que guarda los mandamientos en El permanece, y Dios en él. En esto conocemos que El permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado”

La aceptación de la historia de Jesús, particularmente la de Su sacrificio hace que resalte el amor misericordioso del Padre al pecador, dando como fruto que este sea unido a Dios por la fe, además es convertido en canal del amor de Dios a los que lo rodean, siendo el Espíritu en el creyente, el que hace realidad esta comunión con El

1 de Juan 4:1 “Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben a los espíritus, para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”

El apóstol exhorta a los creyentes de las congregaciones del primer siglo, a no prestar atención a los predicadores itinerantes, que venían a ensenar falsedades respecto a Jesús, a su naturaleza, al significado de sus enseñanzas, y al alcance de su obra, enseñanzas que contradecían el testimonio de los que estuvieron con El.

lunes, 1 de abril de 2019

346. El Evangelio del Amor


1 Juan 3:12 “No como Caín que era del maligno y asesino a su hermano. ¿Porque lo mato? Porque las obras de el eran malas y las de su hermano justas”

Adán, cabeza de la humanidad se separó de Dios, y toda la humanidad quedo separada de Él. También Caín, es decir, no era Dios el que dirigía sus pensamientos y acciones, sino el maligno, por eso no acepto que fue separado de Dios, por la caída de su padre., y se acercó a Él, y le ofreció lo mejor de lo que produjo la tierra. En cambio, Abel se acercó a Dios con un animal muerto, símbolo de su separación de Él.

1 de Juan 3:13 “No se admiren hermanos, si el mundo los odia”

El antecedente para esta conclusión del apóstol es que Caín odio a su hermano Abel, porque este acato la decisión divina, de poner a la humanidad esclava del mal, por esto ofreció un animal en sacrificio, símbolo del Cordero de Dios. Entonces, Caín prefigura al mundo, y Abel a los que han aceptado le historia de Jesús en la cruz, para terminar su separación de Dios.

1 de Juan 3:14 “Nosotros hemos sabido que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama a los hermanos permanece en la muerte”

Adán y la humanidad quedaron separados de Dios, apartados de la fuente del amor y de la vida, cuando el cayo. Esta separación significa no poder amar a los seres cercanos a uno, ni a los de la fe. Pero los que aceptan la historia de Jesús en la cruz, son canales del amor divino a los demás, especialmente a los de la fe.

1 de Juan 3:15 “Pero todo el que aborrece a su hermano es un asesino. Y ustedes saben que todo asesino no tiene la vida eterna residiendo en el”

La vida eterna no es lo mismo que la vida mortal de los humanos; la vida eterna es la vida que se caracteriza por el amor divino fluyendo por medio de uno que ha aceptado el relato de la historia de Jesús, especialmente en la cruz. Es decir, el amor misericordioso fluye de estos, a los que no merecen se amados, a los que es difícil amar.

1 de Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor: Que El puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”

Jesús nos amó cargando nuestros pecados en su cuerpo, así mismo nos mató a la ley, con estos propósitos puso Su vida, y murió crucificado. Ahora, al aceptar la historia de Su amor, el de la fe contrae la obligación de amar, también poniendo su vida para servir a sus hermanos de fe, así como a los que le rodean.

1 de Juan 3:17 “El que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad, pero le cierra su corazón, ¿Cómo puede morar el amor de Dios en el?”

El creyente que tiene lo suficiente para la vida en este mundo, pero ve a alguien de la fe que pasa necesidad, y detiene en él, o frena el flujo de la misericordia de Dios para que comparta con el que no tiene, rechaza el amor de Dios, y se aleja, o separa de Dios, es decir vuelve al pecado.

1 de Juan 3:18 “Hijos míos, no amemos de palabras, ni de lengua, sino con obras y en verdad”

 Adán se separó de Dios, y perdió el manantial eterno de amor, por esto la humanidad nació separada de Dios, es decir, sin la fuente del amor inteligente de Dios. Pero todo el que valora y retiene la historia de Jesús en la cruz tiene acceso al manantial eterno del amor divino, y puede amar con hechos, como Dios ama a la humanidad.