martes, 21 de mayo de 2019

353. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:16 “Si alguien ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, pedirá y Dios dará vida a los que cometen pecado que no es de muerte. Hay pecado que lleva a la muerte, yo no digo que se deba pedir por ese pecado”

Estando bajo el régimen del nuevo pacto, el pecado que lleva a la muerte es el rechazo a la eficacia de la vida y del sacrificio de Jesús, para unir al hombre al Padre y al Hijo, es decir a la vida y al amor. Entonces, el pecado contra el Espíritu Santo de Mateo 12 es el pecado que lleva a la muerte, por el cual, el apóstol dice que no se debe orar.

1 de Juan 5:17 “Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte”

Hay cuatro definiciones de pecado en el nuevo pacto, 1, todo lo que no es de fe es pecado, 2, peca, todo el que sabe hacer el bien y no lo hace,3, peca el que rompe la ley. 4, toda injusticia es pecado. Pero, el pecado que lleva a la muerte es el rechazo a la capacidad de la vida y la muerte de Jesús, para cesar con el alejamiento del hombre de Dios.

1 de Juan 5:18 “Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, porque el que fue nacido de Dios le guarda y el maligno no le toca”

El nacimiento de lo alto ocurre cuando el Padre pone la palabra de la cruz en la mente de una persona, esta palabra, igual que una semilla germina en la tierra, se desarrolla en la mente, y uno de sus efectos es que el creyente ya no peca el pecado de muerte, es decir ya no rechaza, que, gracias al sacrificio de Jesús, termino su separación de Dios.

1 de Juan 5:19 “Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo está bajo el maligno.

Adán fue creado para gobernar el mundo, pero al caer cedió su autoridad a satanás, y desde entonces el mundo es gobernado por el. Por otro lado, Dios puso la promesa del Mesías en Abraham, y le ayudo a aceptarla. Eso se llama fe, o nacimiento de lo alto. Muchísimos han sido objeto de esa acción, y al morir Jesús compro a esas personas, y las ha hecho suyas.

1 de Juan 5:20 “También sabemos que el Hijo de Dios ha venido a este mundo, y nos ha dado entendimiento, a fin de que conozcamos al que es Verdadero. Además, nosotros estamos en aquel que es Verdadero, en Su Hijo Jesús, el Mesías. Este es el Verdadero Dios y la vida eterna”

Jesús no solo vino para limpiarnos de nuestros pecados, y para matarnos a la ley, a fin de librarnos del poder del pecado, sino, en primer lugar, para darnos entendimiento para poder conocer al Padre, y también, para saber, que los de la fe son parte del cuerpo de Jesús, quien es Cabeza de ellos.

1 de Juan 5:21 “Guárdense de los ídolos”

Los ídolos son los que reemplazan a Dios en la vida de un creyente. Los ídolos pueden ser de muchas clases, todos son resultado del ingenio del maligno, pero el Espíritu Divino guarda al creyente, mediante la historia de Jesús, para mantenerlo unido a Dios. Esta es la manera como uno de fe es guardado de los ídolos.

1 Timoteo 1:1 “Pablo, apóstol de Jesús, el Mesías por orden de Dios, nuestro Salvador y del Señor Jesús, el Mesías nuestra esperanza”

Pablo había pedido a su joven discípulo Timoteo que sirva en la congregación de Éfeso, y la autoridad que tuvo para hacerle este pedido era porque él fue apóstol de Jesús. La palabra griega apóstol, significa delegado, embajador, es decir Pablo era delegado de Jesús, para administrar la buena nueva, por orden de Dios el Padre

martes, 14 de mayo de 2019

352. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:9 “Si recibimos el testimonio de los hombres, cuanto mayor es el testimonio de Dios, porque es el testimonio que Dios ha dado de Su Hijo”

Aceptamos el testimonio de los que estuvieron con Jesús registrado en los escritos del nuevo testamento, pero más valioso es el testimonio, que, desde el cielo, el Padre dio de Jesús, en Su bautismo, en la transfiguración, y pocos días antes de morir, cuando Jesús le pidió al Padre que le glorifique, Y Él le hablo desde del cielo, y la multitud Le escucho.

1 de Juan 5:10 “El que tiene fe en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en si mismo, el que no tiene fe en el Hijo de Dios, le ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha tenido fe en el testimonio que Dios ha dado de Su Hijo”

Tener fe en Jesús es aceptar la historia de Su vida, especialmente de Su sacrificio, para terminar con la carga y el poder del pecado; entonces, el Padre testifica al intelecto del creyente, que, por Su amor a él, envió a su Hijo al mundo; de este modo el creyente tiene el testimonio del Padre en sí mismo.

1 de Juan 5:11 “También es el testimonio de Dios que nos ha dado vida eterna, y que esta vida en Su Hijo esta”

Jesús vivió para servir; además, recibía, usaba lo que necesitaba y compartía lo que le sobraba, en otras palabras, la vida de Jesús era muy diferente a nuestra vida, porque nuestra vida busca la complacencia propia, la de Jesús el servicio abnegado. Y el Padre testifica que Jesús vino para revelar la vida eterna para los creyentes.

1 de Juan 5:12 “El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”

El punto principal de este versículo es “tener”, el que tiene al Hijo tiene la vida. Por fe se tiene al Hijo como Cabeza, cuando se acepta la revelación de Rom. 7:4 “Que fuimos muertos a la ley en el cuerpo de Jesús, a fin de seamos unidos a Él”, como miembros de Su cuerpo, siendo El, nuestra Cabeza, entonces tenemos Su vida.

1 de Juan 5:13 “Esto les he escrito a ustedes, a los que tienen fe en el nombre del Hijo de Dios, a fin de que sepan que tienen vida eterna”

Esta carta, escribió el apóstol Juan a los que han valorado la historia de Jesús, en especial su sacrificio, es decir a los que tienen fe, para que observen que las palabras que relatan la historia de Jesús son vivas, es decir son como semillas, que al sembrarlas en el terreno de la mente dan el fruto de la vida del Hijo de Dios.

1 de Juan 5:14 “Y esta es la certeza que tenemos delante de Él, que, si algo le pedimos en armonía con Su voluntad, Él nos oye”

El Espíritu Santo, primero, afirma en una persona el valor de historia de Jesús, principalmente la de Su muerte, para hacerle parte al creyente de la Unidad del Padre y al Hijo, luego le da certeza de que todo lo que pida en armonía con la Voluntad del Padre, es decir, para bien del de la fe, le concede.

1 de Juan 5:14 “Y si sabemos que oye nuestras peticiones, sabemos que tenemos lo que le hemos pedido a Él.

Cuando una persona responde a la historia de Jesús para su salvación, es decir a la fe que el Padre le ha dado, entonces el Padre le reconoce siendo fiel al creyente, dándole certeza de que oye sus peticiones, y a la seguridad de que oye sus peticiones, a la vez sigue, que le da la confianza que recibirá lo que le ha pedido.   

miércoles, 8 de mayo de 2019

351. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:2 “En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos”

El apóstol nos indica, que para amar a las personas que son parte de nuestro circulo debemos amar a Dios, y guardar sus mandamientos. Por otro lado, para amar a Dios es preciso que entendamos y recibamos el amor misericordioso que Dios vertió por medio del sacrificio de Jesús, entonces acatamos los mandamientos de la fe y del amor.

1 de Juan 5:3 “Sin duda, este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son difíciles”

Dios es amor, y quiere compartir Su identidad con los que ha puesto Su semilla, o sea con los que les ha dado comprensión del sacrificio de Su Hijo, haciendo que guarden sus mandamientos, es decir haciendo que vivan de fe en fe para amar a los que les rodean.

1 de Juan 5:4 “Todo el que es nacido de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe”

El que es nacido de Dios es a quien Él ha puesto Su palabra, es decir, su semilla en la mente, así le imparte su amor, y al mismo tiempo le participa de la fe. Ahora, Su amor y la fe les da juntos a los que les hace nacer de lo alto, mediante la venza al mundo.

1 de Juan 5:5 “¿Y quién es el que vence al mundo? El que tiene fe que Jesús es el Hijo de Dios.

El mundo son las influencias que rodean a la persona de fe, y se caracteriza por personas que viven para complacerse, para el orgullo y el egoísmo. Pero el que tiene fe que Jesús es Hijo de Dios, está bajo la influencia del Padre, que por su amor abnegado dio a Su Hijo, quien fue un canal de misericordia paciencia y compasión al hombre caído, para que a su vez fluya este amor por medio de los de fe.

1 de Juan 5:6: Este es el que vino por medio de agua y sangre, Jesús, el Mesías, no solo en agua, sino en agua y sangre. Y el Espíritu es el que testifica, porque el Espíritu es la verdad”

El agua y la sangre son una ratificación de que Jesús, es el Mesías, que vino como un humano, porque cuando murió en la cruz, al ser traspasado por una espada, broto de su tórax agua y sangre. Adicionalmente, el Padre le confirmo a Juan el bautista que el personaje que el bautizo era el Mesías; también Su sacrificio testifica que Él es el Salvador del mundo.

1 de Juan 5:7 “Y tres son lo que testifican en el cielo: El Padre, la Palabra, y el Espíritu Santo. Y los tres son Uno”

Tres personas, que son UNO, las más importantes del universo, testifican que Jesús es el Mesías: el Padre, testifico desde el cielo cuando Jesús fue bautizado, también cuando se transfiguro, así mismo cuando Su Hijo, anuncio Su crucifixión; la Palabra testifico, ante la samaritana, también a los judíos, y ante el sumo sacerdote, al ser juzgado; igualmente el Espíritu testifico que Jesús es el Mesías en innumerables ocasiones.

1 Juan 5:8 “Tres son los que testifican en la tierra: el Espíritu, y el agua, y la sangre, y los tres son en Uno”

El Espíritu, el agua y la sangre testifican que Jesús empezó su misión como Mesías cuando fue bautizado por Juan, y la completo cuando fue sacrificado. En otras palabras, Jesús vivió inmaculado, aunque tentado en todo, hasta el Getsemaní, en que se hizo pecado al recibir los pecados de la humanidad, para ser condenado a muerte, por la ley, para matar a los creyentes a ley, y unirlos a Él, la cabeza de ellos.

miércoles, 1 de mayo de 2019

350. El Evangelio del Amor


1 de Juan 4:16 “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos tenido fe en el amor que Dios tiene en nosotros. Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios permanece en el”

Los que prestan atención al sacrificio de Jesús, reconocen que el amor a los creyentes motivo a Dios a enviar a su Hijo, para que lleve los pecados de la humanidad, es decir se haga pecado, caiga en la condenación de la ley al pecador, y muera, de esta manera le hizo inocente al pecador, le rescato del poder del pecado, y de la ley.

1 de Juan 4:17 “En esto se completa el amor en nosotros, en que tengamos confianza en el día del juicio; porque como Él es, también nosotros somos en este mundo”

El amor de Dios a los de la fe se inicia cuando ellos reciben la misericordia del Padre, derramada desde el sacrificio de Jesús, y se completara en el día del juicio, cuando el Padre les aumente Su misericordia, para que tengan confianza de que están cubiertos, como con un manto, de la conducta de Jesús en este mundo.

1 de Juan 4:18 “En el amor no hay temor, porque el amor completo expulsa al temor, ya que el temor lleva castigo, y el que tiene miedo no tiene completo el amor”

El amor que nace de la misericordia de Dios es completo, y brota del sacrificio de Jesús; por eso todo rastro de la ira divina sobre el pecador ha sido extinguido, en otras palabras, no hay miedo en el que vive del sacrificio de Jesús, ya que el castigo divino al pecador fue consumado en el cuerpo del Hijo de Dios.

1 de Juan 4:19 “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero”

La fuente inagotable del amor es Dios, porque Dios es amor. Entonces, nosotros le amamos por que El puso su amor en nosotros, cuando nos detuvimos a meditar en Su amor misericordioso, derramado en el sacrificio de Su Hijo. Por esto tenemos amor para amar al Altísimo.

1 de Juan 4:20 “Si alguien dice: “Yo amo a Dios”, pero aborrece a su hermano es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”

El que aborrece a su hermano en la fe, no ha llegado a recibir el amor divino que fluye de Jesús sacrificado, es decir, su amor no nace de Dios, sino de sus sentidos, y está sujeto a lo que ve, sin la misericordia de Dios, por eso reacciona a la simpatía o antipatía que despierte su hermano, y no puede relacionarse con Dios, ya que no le ve.

1 de Juan 4:21” Y este es el mandamiento que tenemos de El: que el que ama a Dios, también ame a su hermano”

El objeto de la salvación que Dios alcanzo en Jesús es que la naturaleza de Dios, esto es Su amor, fluya entre todos los que han valorado la vida, y especialmente el sacrificio de Jesús, y de este modo los redimidos estén en armonía con el universo; porque a excepción de este mundo, toda la creación habla de que Dios es amor.

1 de Juan 5:1 “Todo el que tiene fe que Jesús es el Mesías es nacido de Dios, y todo el que ama al que lo Procreo, también ama al que ha nacido de El”

Todo el acepta, que, gracias a la historia de Jesús, fue limpiado de sus transgresiones, y que termino el poder del pecado en él, es nacido de Dios, es decir el Padre ha puesto en su mente esta revelación, por esto el creyente ama al Padre, y también a los que han sido objeto de esta obra sobrenatural de Él.