miércoles, 1 de mayo de 2019

350. El Evangelio del Amor


1 de Juan 4:16 “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos tenido fe en el amor que Dios tiene en nosotros. Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios permanece en el”

Los que prestan atención al sacrificio de Jesús, reconocen que el amor a los creyentes motivo a Dios a enviar a su Hijo, para que lleve los pecados de la humanidad, es decir se haga pecado, caiga en la condenación de la ley al pecador, y muera, de esta manera le hizo inocente al pecador, le rescato del poder del pecado, y de la ley.

1 de Juan 4:17 “En esto se completa el amor en nosotros, en que tengamos confianza en el día del juicio; porque como Él es, también nosotros somos en este mundo”

El amor de Dios a los de la fe se inicia cuando ellos reciben la misericordia del Padre, derramada desde el sacrificio de Jesús, y se completara en el día del juicio, cuando el Padre les aumente Su misericordia, para que tengan confianza de que están cubiertos, como con un manto, de la conducta de Jesús en este mundo.

1 de Juan 4:18 “En el amor no hay temor, porque el amor completo expulsa al temor, ya que el temor lleva castigo, y el que tiene miedo no tiene completo el amor”

El amor que nace de la misericordia de Dios es completo, y brota del sacrificio de Jesús; por eso todo rastro de la ira divina sobre el pecador ha sido extinguido, en otras palabras, no hay miedo en el que vive del sacrificio de Jesús, ya que el castigo divino al pecador fue consumado en el cuerpo del Hijo de Dios.

1 de Juan 4:19 “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero”

La fuente inagotable del amor es Dios, porque Dios es amor. Entonces, nosotros le amamos por que El puso su amor en nosotros, cuando nos detuvimos a meditar en Su amor misericordioso, derramado en el sacrificio de Su Hijo. Por esto tenemos amor para amar al Altísimo.

1 de Juan 4:20 “Si alguien dice: “Yo amo a Dios”, pero aborrece a su hermano es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”

El que aborrece a su hermano en la fe, no ha llegado a recibir el amor divino que fluye de Jesús sacrificado, es decir, su amor no nace de Dios, sino de sus sentidos, y está sujeto a lo que ve, sin la misericordia de Dios, por eso reacciona a la simpatía o antipatía que despierte su hermano, y no puede relacionarse con Dios, ya que no le ve.

1 de Juan 4:21” Y este es el mandamiento que tenemos de El: que el que ama a Dios, también ame a su hermano”

El objeto de la salvación que Dios alcanzo en Jesús es que la naturaleza de Dios, esto es Su amor, fluya entre todos los que han valorado la vida, y especialmente el sacrificio de Jesús, y de este modo los redimidos estén en armonía con el universo; porque a excepción de este mundo, toda la creación habla de que Dios es amor.

1 de Juan 5:1 “Todo el que tiene fe que Jesús es el Mesías es nacido de Dios, y todo el que ama al que lo Procreo, también ama al que ha nacido de El”

Todo el acepta, que, gracias a la historia de Jesús, fue limpiado de sus transgresiones, y que termino el poder del pecado en él, es nacido de Dios, es decir el Padre ha puesto en su mente esta revelación, por esto el creyente ama al Padre, y también a los que han sido objeto de esta obra sobrenatural de Él.

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