Marcos 1:8
“Yo les bautice en agua, pero Él les bautizara en el Espíritu Santo”
Juan
les sumergió “bautizo” a los judíos en agua; este rito tiene valor solo si
es acompañado por la inmersión, o bautismo
en el Espíritu Santo. Esta segunda inmersión o bautismo puede ejecutarlo únicamente Jesús; que en el cielo pide al Padre que sumerja en el Espíritu Santo al que valora Su
vida en la tierra, y sobre todo tiene en
la mente Su sacrificio.
Lucas 11:13
“Es cierto que ustedes, siendo malos, saben dar a sus hijos lo bueno ¿cuánto más el
Padre, desde el cielo, les dará el Espíritu Santo a los que le pidan
Antes
que esté vigente el Nuevo Pacto, o sea
mientras estaba en vigor el Pacto Antiguo, el Padre estaba listo a dar el Espíritu
Santo, únicamente, a los que sentían necesidad y le pedían. Pero ahora en el
Nuevo Pacto, ya está vigente la inmersión, “bautismo” en el Espíritu Santo, para
TODOS los que prestan atención receptiva
al sacrificio de Jesús.
Juan 16:7
“Pero les digo la verdad: Les beneficia que yo me vaya, porque si no me voy el
Paracleto no vendrá a ustedes; pero si
me voy enviare a Él a ustedes”
Jesús
aseguro que es de más utilidad al creyente la compañía del Espíritu Santo, que la compañía corporal del Salvador, porque
el
Espíritu Santo actualiza en la mente del creyente la vida, las enseñanzas, la muerte, y la resurrección de Jesús. En una palabra, hace presente el
amor del Padre.
Juan 16:8-9
“Cuando venga el Espíritu Santo expondrá
al mundo el pecado... porque en realidad no tienen fe en Mi”
El
Señor revelo que cuando el bautiza en el
Espíritu Santo, la primera obra del Espíritu en el creyente es exponer su
pecado; es decir hacer que empiece a sufrir la actividad corruptora del
pecado. que el diablo clavo en la mente humana, cuando Adán cayo. Y poco a
poco el creyente se siente esclavo de ese mal,
hasta que comprende que solo la fe en la victoria de Jesús, le librara
de esa esclavitud.
Romanos 6:3
“No saben que los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, en su muerte hemos
sido bautizados”
La
unión del creyente con la muerte de Jesús en el bautismo es una realidad siempre que Él le bautice en
el Espíritu Santo. Porque el Espíritu expone
el pecado en el creyente; al mismo tiempo le da comprensión de que Jesús
murió representándole en el efecto
natural del pecado: la muerte, de esta manera
crece en la fe, y vive muerto al
pecado.
Juan 3:5
“...Te digo: Verdaderamente, si alguien
no es nacido del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios”
El
bautismo en el Espíritu da como fruto el nuevo nacimiento, requisito necesario
para la ciudadanía en el reino de Dios. Estas
palabras de Jesús revelan que el
bautismo en el agua debe ir acompañado del bautismo en el Espíritu Santo, para
que tenga valor. Y solo Jesús, el Sumo Sacerdote del Templo del cielo, realiza este bautismo.
Gálatas
3:1-2 “... Jesús, el Cristo, crucificado fue anunciado a ustedes. Ahora, solo esto quiero saber de ustedes ¿Recibieron
el Espíritu de la actividad de la ley, o, por oír de la Fe?
Pablo
responde esta pregunta afirmando que
fueron bautizados en el Espíritu cuando oyeron la historia de Jesús
crucificado. Lo mismo es hoy. Por lo tanto, El Señor bautiza en el Espíritu Santo a toda persona
que oye atentamente y retiene Su historia
en la cruz, y el Espíritu Divino,
inmediatamente, obra en el creyente, convenciéndole de pecado.