1 de Juan 5:9
“Si recibimos el testimonio de los hombres, cuanto mayor es el testimonio de
Dios, porque es el testimonio que Dios ha dado de Su Hijo”
Aceptamos el testimonio de los que estuvieron con Jesús
registrado en los escritos del nuevo testamento, pero más valioso es el
testimonio, que, desde el cielo, el Padre dio de Jesús, en Su bautismo, en la
transfiguración, y pocos días antes de morir, cuando Jesús le pidió al Padre
que le glorifique, Y Él le hablo desde del cielo, y la multitud Le escucho.
1 de Juan
5:10 “El que tiene fe en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en si mismo, el
que no tiene fe en el Hijo de Dios, le ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha
tenido fe en el testimonio que Dios ha dado de Su Hijo”
Tener fe en Jesús es aceptar la historia de Su vida,
especialmente de Su sacrificio, para terminar con la carga y el poder del
pecado; entonces, el Padre testifica al intelecto del creyente, que, por Su
amor a él, envió a su Hijo al mundo; de este modo el creyente tiene el
testimonio del Padre en sí mismo.
1 de Juan
5:11 “También es el testimonio de Dios que nos ha dado vida eterna, y que esta
vida en Su Hijo esta”
Jesús vivió para servir; además, recibía, usaba lo que
necesitaba y compartía lo que le sobraba, en otras palabras, la vida de Jesús
era muy diferente a nuestra vida, porque nuestra vida busca la complacencia
propia, la de Jesús el servicio abnegado. Y el Padre testifica que Jesús vino
para revelar la vida eterna para los creyentes.
1 de Juan
5:12 “El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no
tiene la vida”
El punto principal de este versículo es “tener”, el
que tiene al Hijo tiene la vida. Por fe se tiene al Hijo como Cabeza, cuando se
acepta la revelación de Rom. 7:4 “Que fuimos muertos a la ley en el cuerpo de
Jesús, a fin de seamos unidos a Él”, como miembros de Su cuerpo, siendo El,
nuestra Cabeza, entonces tenemos Su vida.
1 de Juan
5:13 “Esto les he escrito a ustedes, a los que tienen fe en el nombre del Hijo
de Dios, a fin de que sepan que tienen vida eterna”
Esta carta, escribió el apóstol Juan a los que han
valorado la historia de Jesús, en especial su sacrificio, es decir a los que
tienen fe, para que observen que las palabras que relatan la historia de Jesús
son vivas, es decir son como semillas, que al sembrarlas en el terreno de la
mente dan el fruto de la vida del Hijo de Dios.
1 de Juan
5:14 “Y esta es la certeza que tenemos delante de Él, que, si algo le pedimos
en armonía con Su voluntad, Él nos oye”
El Espíritu Santo, primero, afirma en una persona el
valor de historia de Jesús, principalmente la de Su muerte, para hacerle parte
al creyente de la Unidad del Padre y al Hijo, luego le da certeza de que todo
lo que pida en armonía con la Voluntad del Padre, es decir, para bien del de la
fe, le concede.
1 de Juan
5:14 “Y si sabemos que oye nuestras peticiones, sabemos que tenemos lo que le
hemos pedido a Él.
Cuando una persona responde a la historia de Jesús
para su salvación, es decir a la fe que el Padre le ha dado, entonces el Padre
le reconoce siendo fiel al creyente, dándole certeza de que oye sus peticiones,
y a la seguridad de que oye sus peticiones, a la vez sigue, que le da la
confianza que recibirá lo que le ha pedido.
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