miércoles, 8 de mayo de 2019

351. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:2 “En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos”

El apóstol nos indica, que para amar a las personas que son parte de nuestro circulo debemos amar a Dios, y guardar sus mandamientos. Por otro lado, para amar a Dios es preciso que entendamos y recibamos el amor misericordioso que Dios vertió por medio del sacrificio de Jesús, entonces acatamos los mandamientos de la fe y del amor.

1 de Juan 5:3 “Sin duda, este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son difíciles”

Dios es amor, y quiere compartir Su identidad con los que ha puesto Su semilla, o sea con los que les ha dado comprensión del sacrificio de Su Hijo, haciendo que guarden sus mandamientos, es decir haciendo que vivan de fe en fe para amar a los que les rodean.

1 de Juan 5:4 “Todo el que es nacido de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe”

El que es nacido de Dios es a quien Él ha puesto Su palabra, es decir, su semilla en la mente, así le imparte su amor, y al mismo tiempo le participa de la fe. Ahora, Su amor y la fe les da juntos a los que les hace nacer de lo alto, mediante la venza al mundo.

1 de Juan 5:5 “¿Y quién es el que vence al mundo? El que tiene fe que Jesús es el Hijo de Dios.

El mundo son las influencias que rodean a la persona de fe, y se caracteriza por personas que viven para complacerse, para el orgullo y el egoísmo. Pero el que tiene fe que Jesús es Hijo de Dios, está bajo la influencia del Padre, que por su amor abnegado dio a Su Hijo, quien fue un canal de misericordia paciencia y compasión al hombre caído, para que a su vez fluya este amor por medio de los de fe.

1 de Juan 5:6: Este es el que vino por medio de agua y sangre, Jesús, el Mesías, no solo en agua, sino en agua y sangre. Y el Espíritu es el que testifica, porque el Espíritu es la verdad”

El agua y la sangre son una ratificación de que Jesús, es el Mesías, que vino como un humano, porque cuando murió en la cruz, al ser traspasado por una espada, broto de su tórax agua y sangre. Adicionalmente, el Padre le confirmo a Juan el bautista que el personaje que el bautizo era el Mesías; también Su sacrificio testifica que Él es el Salvador del mundo.

1 de Juan 5:7 “Y tres son lo que testifican en el cielo: El Padre, la Palabra, y el Espíritu Santo. Y los tres son Uno”

Tres personas, que son UNO, las más importantes del universo, testifican que Jesús es el Mesías: el Padre, testifico desde el cielo cuando Jesús fue bautizado, también cuando se transfiguro, así mismo cuando Su Hijo, anuncio Su crucifixión; la Palabra testifico, ante la samaritana, también a los judíos, y ante el sumo sacerdote, al ser juzgado; igualmente el Espíritu testifico que Jesús es el Mesías en innumerables ocasiones.

1 Juan 5:8 “Tres son los que testifican en la tierra: el Espíritu, y el agua, y la sangre, y los tres son en Uno”

El Espíritu, el agua y la sangre testifican que Jesús empezó su misión como Mesías cuando fue bautizado por Juan, y la completo cuando fue sacrificado. En otras palabras, Jesús vivió inmaculado, aunque tentado en todo, hasta el Getsemaní, en que se hizo pecado al recibir los pecados de la humanidad, para ser condenado a muerte, por la ley, para matar a los creyentes a ley, y unirlos a Él, la cabeza de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario