113. La carta a los Gálatas. (13)
Gálatas 6:11:
“Miren que les escribo con mi mano con grandes letras”
Hay otra traducción posible de este versículo, que no
enfatiza las grandes letras manuscritas,
sino que hace notar que el apóstol quiere mostrar su fervor e interés para escribirles una carta larga, con su propia
mano, a fin de exponerles todo lo necesario para que vuelvan a mantener fresca
en su mente la historia de Jesús, y no
dependan de su obediencia, para agradar al Padre.
Gálatas 6: 12-13:
“Todos los que desean tener buena apariencia en la
carne, esos les obligan a circuncidarse, solo para no ser perseguidos, por
causa de la cruz del Mesías. Porque ni aun los mismos que se circuncidan
guardan la ley, no obstante desean
que ustedes se circunciden para jactarse
en su carne. ”
Pablo cita las razones de los judaizantes para incitar a los gálatas que se circunciden, y dice que ellos, los
judaizantes, por sobre todo quieren que los gálatas
les consideren superiores, por esto les ordenan que se circunciden, al mismo tiempo quieren
evitar la persecución que sufrirían en
el caso de que, al no presionar la
circuncicion serían confundidos con los
que tienen fe en el sacrificio de Jesús
Peor aún, los judaizantes se circuncidan, sin embargo no obedecen los mandamientos de la ley,
entonces al ordenarles a los gálatas la circuncicion no están buscando obedecer
a Dios, sino están tras de que los
gálatas se sometan a ellos.
Gálatas 6:14:
“Pero jamás me ocurra gloriarme, sino en la cruz de
nuestro Señor Jesús, el Mesías, por medio del cual el mundo ha sido crucificado para mí, y yo al mundo”
El apóstol teme
que su debilidad humana le haga sentir superior a los gálatas, porque recibió de Dios una gran revelación; y esta es que la salvación es por tener en la
mente la historia de Jesús, o sea
depender de la obediencia de El a la voluntad del Padre. Sin embargo, mientras los actos del calvario estén en su
mente, escribe Pablo, el mundo está
sujeto para él, y el está crucificado para el mundo. En otras palabras, gracias al sacrificio del Señor,
el ve que el mundo está bajo el imperio
del maligno, por eso no considera que el
mundo es deseable, sino tan solo una
alucinación parecida a un espejismo.
Gálatas 6: 15-16:
“Porque ni la circuncicion tiene poder, ni la incircuncicion, sino la
nueva creación. Y todos los que caminen según esta norma, paz y misericordia
sobre ellos y sobre el Israel de Dios”
Termina Pablo esta carta a los gálatas poniendo la
regla siguiente: el dolor que causa el corte de la circuncicion no tiene ningún
poder para secar, o frenar a la semilla que sembró santanas en la mente de la
raza humana, cuando Adán cayó. Así mismo,
el desentenderse de lo que Dios
mando, tampoco es la forma para acabar
con este mal. Solo se frena el poder de
este mal, al recibir el Espíritu del Hijo, cuando se retiene en la mente la historia de Jesús, especialmente su muerte.
Para estos es la paz, es decir la comunión con el Padre y el Hijo, y al
mismo tiempo la misericordia, que es la expresión práctica del amar. El Apóstol
indica que también para los Israelitas es esta norma, aunque hayan recibido la
circuncicion en su primera semana de vida, claro, siempre que acepten que Jesús es el Mesías prometido.
Gálatas 6:17-18:
“De ahora en adelante, nadie me cause tristeza, porque
llevo en mi cuerpo la marca de Jesús.Pero, a ustedes hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesús, el Mesías sea con el espíritu de ustedes.”
A continuación el apóstol les amonesta a los
judaizantes que asolaban a los gálatas,
y les dice que no le molesten, y la razón para esta amonestación es que
el está marcado como propiedad del Señor,
tal, como un esclavo lleva la
marca de su amo. Ahora, ¿porque la marca del apóstol? Primero Jesús le compro a
Pablo con su muerte, o sea, el Señor es su propietario. Segundo, porque la
marca misma de Jesús es el sufrimiento,
y los que tiene esta marca son los
perseguidos por su causa. Pablo sufrió azotes y persecuciones de los
judaizantes. Estas son las razones para que Pablo exija a los judaizantes que no dañen su trabajo con los
gálatas.
Después se dirige a los gálatas y anhela que el
espíritu de ellos sea lleno del amor de Jesús.Con este saludo el apóstol acabo su carta a los gálatas.