Nadie
ha dado a Dios amor o respeto, porque el pecado separa y hace a Dios enemigo
del hombre. Por esto Dios tomo la iniciativa, y vino, y se hizo hombre, vivió
como todo hombre, cargo los pecados de los hombres y murió crucificado; así le
amisto al hombre consigo. Por esto hay quienes respetan y aman a Dios.
Romanos 11:36 “Porque de Él proceden,
y por medio de Él, y pare Él es todo. A Él sea la gloria para siempre, Amen”
Dios es la fuente de la
vida, la felicidad y la luz, también de Él nacen la misericordia, la compasión
y la limpieza de los pecados, y van a los hombres por medio de Su Espíritu,
gracias a la obra de Su Hijo, y de los hombres regresan a Dios en forma de
gratitud, alabanza y gloria. Y así será por la eternidad.
Romanos 12:1 “Por lo tanto, les ruego
por la compasión de Dios, que pongan sus cuerpos como un sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, y que sea el culto racional de ustedes”
En
el nuevo testamento el creyente ofrece a Dios su cuerpo saludable y limpio.
Este es el culto que le agrada al Padre. Es decir, una alimentación sana,
ejercicios, el aseo, dormir temprano son parte de la religión del nuevo pacto,
que reemplazo a los sacrificios de animales, del antiguo testamento.
Romanos 12:2 “No se adapten a este
tiempo, sino que transfórmense, renovando su mente, para que sepan la voluntad
de Dios, lo bueno, lo agradable y lo perfecto”
El
creyente puede renovar su mente, porque la historia de Jesús le indica que Él
le mato, en su Su cuerpo, a los diez mandamientos, para que su mente ya no esté
sujeta al pecado, sino a Él, a Jesús. Desde ese momento, Jesús es su cabeza, y
el, el creyente es parte de Su cuerpo. Entonces, la mente de Jesús es su mente.
Romanos 12:3 “Gracias al amor que
Dios me ha dado, digo a cada uno de ustedes que no se sobre estimen, sino
tengan una opinión moderada de sí mismos, y pensamientos sanos, de acuerdo a la
medida de la fe, que Dios ha dado a cada uno”
Al
entender el significado de lo que hizo Jesús en Su vida, y en la cruz, crece en
el creyente, el concepto que tiene del Señor, y simultáneamente disminuye la
opinión de sí mismo. Al mismo tiempo, aumenta su comprensión del valor que da
el Padre al pecador.
Romanos 12:4 “Porque así, en el
cuerpo hay muchos órganos, y no todos los órganos tienen la misma función”
El
apóstol, inspirado por Dios, compara la relación entre los que prestan atención
a la historia de Jesús en la cruz, a la función de los órganos del cuerpo,
dependientes unos de otros, y sirviéndose unos a otros, en armonía.
Romanos 12:5,6 “Así, aunque somos
muchos, sin embargo, somos un cuerpo en Cristo, miembros unos y otros. Y
tenemos diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, por ejemplo,
profecía, según la porción de fe”
Los
dones, que da Dios a cada uno de los creyentes son como la sangre que sirve
para mantener con vida al cuerpo; así los dones, como el de profecía, u otros, facilitan
que el Espirito Santo este activo en, y entre los creyentes, y aumente en estos
la aceptación de la obra salvadora, que Dios hizo en su Hijo.