martes, 5 de marzo de 2019

339. El Evangelio del Amor


1 Juan 1:2 “Y la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y anunciamos a ustedes la vida eterna, la que estaba con el Padre fue manifestada a nosotros”

En Jesús, el Mesías la vida de Dios fue manifestada, la vida de Dios no es la misma que nuestra vida. Adán cuando fue creado reflejaba la vida de Dios, para hacer el bien, pero cuando se separó de Dios, ya no reflejo la vida de Dios, sino que empezó a vivir para complacerse, pero Jesús vivió para servir abnegadamente hasta que murió en la cruz.

1 Juan 1:3” Lo que hemos visto y oído les anunciamos, a fin de que tengan comunión con nosotros. En realidad, nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo”

Lo que los apóstoles vieron de Jesús, su misericordia con los pecadores y errados, su bondad, sus curaciones, su muerte en la cruz, su resurrección y ascensión. así como sus palabras que escucharon, que son la revelación del Padre, anunciaron a los que les prestan atención, para que tengan comunión con la divinidad y con los de la fe.

1 de Juan 1:4 “Y esta les escribimos a ustedes, a fin de que nuestro gozo sea completo”

Juan indica que esta carta es para que nuestro gozo sea completo; no escribió para que sus lectores estén llenos de gozo al leer acerca del Mesías, su naturaleza, su manera de ser, sus obras, que le llevaron a la muerte, y a su resurrección, todo como fruto de su misericordia, sino para que esto cause gozo en nosotros, o sea en Jesús, los apóstoles y los lectores.

1 de Juan 1:5” Y este es el mensaje que hemos oído de Él, y que les anunciamos: Que Dios es luz, y no hay en El tiniebla alguna”

El mensaje que Jesús enseno a los apóstoles, sus testigos es que Dios es Luz. De la luz física podemos aprender que la luz en si es invisible, pero al chocar con algo se hace visible e ilumina, y trae vida, así es Dios en la mente humana solo si Él llega a los pensamientos ilumina toda la mente y la vivifica; Dios llega a los pensamientos por medio de Su Palabra.

1 de Juan 1:6 “Si decimos que tenemos comunión con El, y caminamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”

Si decimos que Dios ha puesto Su Palabra en nuestros pensamientos, esto es su Espíritu nos da Su Luz, es decir que tenemos parte con El, sin embargo, todavía el mal heredado de Adán guía nuestros pasos, estamos en tinieblas y mentimos, o sea no vivimos en la verdad. Porque la esencia intima de la vida de fe es la relación con Dios.

1 de Juan 1:7 “Pero si caminamos en la luz, como El es en la luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesús, Su Hijo nos limpia de todo pecado”

Dios es luz, Su Espíritu es luz, y si la fe en la historia de Jesús nace de Su misericordia hacia el creyente, entonces, este es dirigido por el Espíritu de Dios, y tiene comunión con los demás, porque el Espíritu hace actual la remisión de sus pecados. Hay que tener presente que los pecados nos separan unos de otros, pero el Espíritu nos une.

1 de Juan 1:8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”

Al decir que no tenemos pecado se asume la falsa inocencia de Caín, al llevar su ofrenda, porque desde que cayo Adán heredamos una fuente inagotable de pecados, por esto Abel se acerco a Dios con un animal sacrificado. Y el reconocimiento de esta realidad ayuda a valorar el hecho de que al morir Jesús mato al creyente a la ley, para quitar al pecado el poder de la ley”

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