martes, 25 de marzo de 2014

153. Dios es Amor. El busca al hombre.


Génesis 3:8-9

“Oyeron la voz de Yahveh Dios en el jardín, al atardecer, entonces se escondieron…de la Presencia de Yahveh Dios, entre los arboles del jardín. Y Yahveh Dios  llamo al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?

 

Cuando Adán y su mujer aceptaron las palabras del tentador, sus funciones espirituales quedaron bajo satanás,  y creyeron que Dios es vengativo,  castigador, por esto se ocultaron. Pero Dios les busco para anticiparles los frutos de su caída, y para anunciarles la venida del  Salvador.

 

Génesis 4:5-6

“Yahveh no le miro a Caín, ni a su ofrenda. Él se puso muy furioso y su semblante se demudo. Entonces le dijo Yahveh a Caín ¿Por qué estas furioso, y porque se demudo tu semblante?

 

Caín no acepto que heredo de sus padres el mal, ni  tampoco que no podía acercarse a Dios  con los mejores frutos de la tierra, sino solo  con un animal muerto, símbolo de Jesús en la cruz. A pesar de esto,  Dios le indico  que debido a esto  le tocara luchar solo contra el pecado, pero que será vencido. 

 

Génesis 12:1

“Yahveh le dijo a Abram: márchate de tu tierra, de tus familiares, de la casa de tu padre,  a la tierra que te mostrare”

 

Aunque Satanás  alieno de Dios a  la humanidad, desde que Adán cayó, Dios nunca dejo de buscar al hombre. Lo hace de varias maneras: por  Su misericordia, o, supliendo sus necesidades, como en el caso del idolatra Abram, nativo de Irak, de quien se hizo amigo,  ofreciéndole tierra fructífera, reputación y descendencia.

 

 Génesis 15:4

“Asómbrense. ¡La palabra de Yahveh vino a Abram! y le dijo:… Uno que saldrá de tus entrañas te heredara”

 

Es difícil pensar que Dios actué para ser amigo del  hombre, sin embargo el Padre busca la amistad de las personas; puede empezar ofreciendo solución de problemas, que están fuera del alcance humano, como a Abram, quien no tenía un hijo, porque  además de que su esposa era estéril, estaba en la tercera edad.

 

Génesis 17:1

“Yahveh miro a Abram cuando tenía noventa y nueve años, y le dijo: Yo soy Dios Todopoderoso camina en mi presencia y llega a ser perfecto”

 

Ismael el hijo de Abram y de Agar, la criada de Sara, ya tenía trece años, cuando Yahveh le dijo  al patriarca que El no cultivaba Su amistad con él, basado en su obediencia,  porque él y ningún hombre  puede  obedecerle, desde que Adán cayo, más bien  la basa en Su amor inquebrantable, que despierta en el la fe en Sus promesas.

 

Gen 22:2

“Dios le dijo: Te ruego, toma a tu hijo, a quien amas, a Isaac, ve al tierra de Moría...quémalo sobre uno de los montes que te diré”

 

Abraham era de más de ciento treinta años cuando Dios le suplico que vaya al monte Moría, (al monte, que siglos después sería crucificado su Hijo) para que  mate a Isaac y lo queme. Abraham aprendió a ser sensible a las manifestaciones del amor del Padre, por esto su fe  se hizo viva y dio el fruto de la obediencia a la mortal orden divina.  

 

Gen 22:9-12

“…Abraham hizo un altar, arreglo la leña, ato a Isaac, y le puso en el altar, sobre la leña...Abraham extendió su mano y tomo el cuchillo para matar a su hijo. Pero el ángel del Yahveh le dijo desde el cielo: Abraham, Abraham…no le hagas nada al muchacho…”

 

El Padre deseaba que Su amigo sienta el dolor que El sentiría siglos después, cuando le daría a la muerte a su Hijo, Jesús; por eso le suplico que sacrifique a su hijo, Isaac;  y que  al mismo tiempo,  Abraham valore el  amor de Dios a la humanidad, al entregar a su Hijo en la cruz.

viernes, 14 de marzo de 2014

152. Dios es amor. El Arrepentimiento. II


Luc.15:4

“¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas, y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve, y va tras la pérdida, hasta que la encuentra?

 

Con esta comparación Jesús explico lo que ocurrió con la humanidad cuando Adán peco;  que como una oveja  perdida, inconsciente de su condición, el hombre quedo fuera de la familia universal de Dios; y no siente  que está lejos de Dios. Pero  el Salvador revelo que vino para buscar al pecador y llevarle al regazo del Padre.

 

Lucas 15:7

“Les digo que habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan  arrepentimiento.”

 

La obra de un pastor de buscar y llevar al redil a una oveja pérdida figura la misión de Jesús: buscar a los  que han caído en los enredos de este mundo; y no pueden salirse, ni  ir a Dios. Esta obra el Salvador la realiza  en la mente: primero, les descubre los engaños del mundo, y segundo les da su amor perdonador.

 

Lucas 15:8,10

   ¿Qué mujer si pierde una de las diez monedas que tiene, no enciende una lámpara, barre la casa y  busca diligentemente hasta hallarla?...

Hay gozo en los ángeles… por un pecador que se arrepiente”

 

Este es el segundo ejemplo de Jesús para aclarar lo que es el arrepentimiento.

La moneda perdida figura a las personas que no tienen preocupación espiritual. Por esto, “únicamente” Jesús puede actuar en sus mentes para darles vida espiritual, a fin de que sean sensibles al continuo amor divino. 

 

Lucas 15:2

“Y murmuraban los fariseos y los escribas diciendo: ¿porque tiene amistad con los pecadores y come con ellos?

 

Los religiosos de los días de Jesús pensaban que para tener amistad con Dios hay que ser virtuosos.  El Maestro enseno lo contrario; que a los caídos e incapaces de salir de la cárcel de sus debilidades y deseos vino a  salvar, dándoles el arrepentimiento.

 

Lucas 15:12-13

“Y el más joven de ellos dijo a su padre: Padre deme la parte de las riquezas que me pertenecen…y después de pocos días, partió a un país lejano, y desperdicio su herencia viviendo disolutamente”

 

Este relato de Jesús revela  el problema entre Dios y el hombre, y la solución que El da: El padre figura a Dios, el Padre. El joven a la humanidad después de la caída de Adán, que busca estar lejos de  Dios, y utiliza lo que el Padre le dado, sea su intelecto,  su físico, sus bienes, para su ruina, sin reflexionar en las consecuencias de sus actos y palabras. 

 

Lucas 15:14-16

“Cuando gasto todo, hubo fuerte hambruna en ese país, y no tuvo que comer…un rico le dio el trabajo de cuidar cerdos…él deseaba llenar su estómago con la comida de los cerdos, pero nadie le daba”

 

El Maestro ensena que el camino que el hombre fue obligado a seguir, puede terminar en su ruina. Aunque empiece todo bien, sin embargo, con los anos los frutos de los errores aparecen  en enfermedades, enemistades, envidias, codicias, odio, pasiones sin control. Pero Jesús vino a cambiar este destino del hombre, dándole arrepentimiento. 

 

Luc 15:17-19

“Entonces volviendo en si dijo: Los empleados de mi padre tienen abundancia de pan, y yo perezco de hambre. Me levantare e iré a mi padre, y le diré: Padre he pecado contra el cielo y ante usted, ya no soy digno de ser llamado su hijo…”

 

Después que el hijo menor toco fondo, cambio de opinión respecto a su padre; reflexiono sobre su condición y decidió volver a la casa paterna, para tener alimentos. Esta actividad mental del joven fue el primer aspecto del arrepentimiento; fruto de la obra del Espíritu Santo en él.

 

Luc 15:20

Y se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio, y fue movido a compasión, entonces corrió,…le abrazo y le beso”

 

Con esta historia Jesús revelo que el Padre espera que todos  reflexionen y vuelvan a Él. Porque el Padre vela ansioso el regreso del pecador, no para acusarle, sino para derramarle su amor, es decir para consolarle, tal como el padre del hijo prodigo.

jueves, 6 de marzo de 2014

151. Dios es Amor. El Arrepentimiento.


Jer 8:6

“Dice Yahveh: He  escuchado atentamente para saber que piensa del mal que ha hecho, pero no se arrepiente y dice ¿Qué he hecho?...”

 

Después que alguien hace lo malo, Dios le oye con atención para comprobar si este se arrepiente, y dice: ¿Como pude hacer este daño?

La palabra hebrea “nacham” significa literalmente “cambiar de opinión”, y también “consolar”. En este versículo “arrepentirse” es “cambiar de opinión” del mal hecho, es decir verlo como un daño. Solo después de este arrepentimiento puede venir la tristeza o el dolor.

 

Isaías 66:13

“Como a un hombre, a quien su madre consuela, así Yo te consolare. En Jerusalén serás consolado.”

El verbo hebreo “nacham” que en este versículo significa “consolar”, también es traducido “arrepentirse” en el sentido de  “cambiar de opinión” En realidad “nacham” cubre, al mismo tiempo,  el “cambio de opinión” de un mal  hecho, seguido por  el consuelo que Dios da. El Espíritu Santo siempre es la fuente de las dos fases del arrepentimiento.

 

Hechos 5:31

“Dios le exalto a Su derecha como Príncipe y Salvador para dar a Israel arrepentimiento y remisión de pecados”

 

El mal de  palabras o actos de una persona, le queda oculto con la fuerza de las justificaciones de su mente; por esto es incapaz de discernirlo.

Por este motivo, el Padre envió a su Hijo para que se haga hombre  y se apropie del mal de  la humanidad, muera y resucite, para que dé  al pecador  la compresión del mal que ha hecho, y la seguridad del amor del Padre, es decir, al mismo tiempo le consuele”

 

Luc 17:3

“Presten atención: Si alguien les ofende, amonéstenle con humildad. Si se arrepiente perdónenle.”

 

La verbo griego “metanoeo” traducido arrepentirse, realmente significa “reconocer la ofensa”. El punto que resalta es que  el que ha vejado, solo reconoce su ofensa después que el ofendido le  exhorta con humildad.

También se nota que Jesús le comparte al ofendido el papel del Espíritu Santo, es decir el ofendido es un agente de Dios, para invitar al que le injurio que se arrepienta.

 

Mat. 9:13

“... Porque no he venido a invitar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento”

 

La invitación del Padre a la mente de  una persona para que reconozca el mal que ha hecho,  es lo primero que hace  Jesús para salvar al pecador.

 Pero esta invitación a reconocer el mal, solo  es para los que no están engañados por la autosuficiencia espiritual, para que sean capaces de reflexionar sobre sus palabras y acciones.

 

Luc 24:47

“Y proclamen en Su nombre el arrepentimiento y perdón de  los pecados” 

 

Una vez que Jesús completo la misión de salvar al hombre, que le encargo el Padre, todavía  es necesario que se conozca Su historia, a fin de que,  los que la escuchen con atención se den cuenta de su vida equivocada, y sean perdonados todos sus pecados.

De este modo, y en ese instante, el hombre es cubierto por la vida del Salvador, en esta tierra.

 

Marcos 2:17.

“…los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos; no he venido a invitar al arrepentimiento a los justos, sino a los pecadores”

 

El Maestro comparo a los pecadores con los enfermos, para resaltar que  los enfermos no pueden curarse a sí mismos, por esto necesitan un médico, también los pecadores no pueden  reflexionar  y darse cuenta de sus caídas, por esto necesitan de Jesús. Y El da el arrepentimiento a todo el que le preste atención.     

lunes, 3 de marzo de 2014

151. Dios es Amor. La Esperanza.


1 Cor. 13:13

Ahora permanecen estas tres: la fe, la esperanza y el amor; pero el mayor de estos es el amor”

 

Dios es Amor, es decir, no puede existir sin amarnos.

De Su amor nacen la fe y la esperanza en nosotros. Ahora, la fe se extiende al pasado, porque Jesús murió, resucito y fue al Padre hace veinte siglos;  el amor es ahora, al presente, pero  la esperanza, la promesa de la resurrección, está en el futuro.

 

Rom 8: 23,24

“…aguardando con ansiedad ser adoptados como hijos, el rescate de nuestro cuerpo; porque hemos sido salvados en esperanza. Pero la esperanza que se ve no es esperanza

¿Para qué esperar lo que uno ve?”

 

La esperanza nace de la fe en la muerte y resurrección de Jesús, y la fe nace del amor que motivo al Salvador a sacrificarse. Por lo tanto, la pureza que El alcanzo en la cruz, y  después Su resurrección con un cuerpo sin enfermedad, inmortal, perfecto son para nosotros objeto de esperanza, o sea del futuro. Por esto  la palabra inspirada afirma que hemos sido salvados en esperanza.

Pero el perdón de los pecados, y la misericordia divina son para hoy.

 

1 P edro 1:21

“Gracias a Jesús ustedes tienen fe en que Dios le resucito de los muertos y le dio gloria, para que la fe y la esperanza de ustedes sea en Dios”

 

La  historia de Jesús tiene origen en la compasión del Padre, porque  la humanidad caída  Le movió para pedir al Verbo que se haga un hombre como nosotros, tanto, que se apropie de nuestros pecados, y que con su muerte destruya la humanidad perdida;  y  entonces  Él Le resucite como la cabeza de la nueva humanidad, la inmortal y perfecta.

Así que bien hace el que une los hechos de la cruz a la misericordia del Padre, porque de este modo su fe y esperanza están en Dios. 

 

1 Cor. 15:19

“Si solo estamos esperando en Cristo en esta vida, somos los más  dignos de lastima, de todos los hombres”

 

Si se vive sin esperanza, se puede sufrir depresión, porque se pierde la ilusión de vivir; ya que fuimos creados para tener esperanza a fin de que el futuro tenga sentido.

En el campo espiritual, si no esperamos  resucitar, porque Jesús resucito, entonces  el futuro no se extiende más allá de esta vida, y sería una pérdida de tiempo  esforzarse, ya que todo terminaría con la muerte.

 

Efe 1:18

“Les ilumine lo ojos de sus corazones para que comprendan la esperanza a la cual ha sido llamados, y vean las ricas glorias que hay en la herencia, prometida a su pueblo”

 

Damos tanto valor a los proyectos de esta vida, que no queda espacio en la mente para considerar lo que Jesús gano, para la humanidad, con su sacrificio y resurrección. Por este motivo,  el Padre quiere alumbrar el entendimiento de los de la fe,  para que disciernan y aprecien el esplendor de la herencia que Jesús consiguió en el calvario. Es decir, para que vivan con esperanza.

 

1 Cor. 15:21

“Porque es cierto que por un hombre hay la muerte, así mismo, por un hombre hay la resurrección de los muertos.”

 

La muerte es parte del ciclo humano desde que Adán peco. De la misma manera la resurrección ahora ya es parte del ciclo humano porque  Jesús nunca peco.

 Esto es así porque Dios creo a la humanidad como una corporación, cuya cabeza es Adán,  por esto somos pecadores y morimos. Así mismo, Dios puso como cabeza de la nueva humanidad a Jesús; y si aceptamos Su historia en nuestra mente, somos vistos por Dios como justos, y seremos resucitados para vida eterna.

 

1 Juan 3:2

“Amados, ahora ya somos hijos de Dios, pero no se sabe cómo seremos, pero cuando Él se manifieste, seremos parecidos a Él, porque le veremos como Él es.”

 

El Padre les hace hijos suyos a los que tienen en su mente la historia de Jesús, sin embargo no se  entiende porque  sufren el pecado, la enfermedad, y la muerte; es decir, no se ve  un cambio sustancial en ellos.

Pero lo que  se sabe es que cuando Jesús haga su aparición en las nubes para llevar a los creyentes de todas las edades, estos le verán  y serán transformados  física y espiritualmente, para ser semejantes a Él.