Génesis
3:8-9
“Oyeron
la voz de Yahveh Dios en el jardín, al atardecer, entonces se escondieron…de la
Presencia de Yahveh Dios, entre los arboles del jardín. Y Yahveh Dios llamo al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?
Cuando Adán y su mujer aceptaron las
palabras del tentador, sus funciones espirituales quedaron bajo satanás, y creyeron que Dios es vengativo, castigador, por esto se ocultaron. Pero Dios
les busco para anticiparles los frutos de su caída, y para anunciarles la venida
del Salvador.
Génesis
4:5-6
“Yahveh
no le miro a Caín, ni a su ofrenda. Él se puso muy furioso y su semblante se
demudo. Entonces le dijo Yahveh a Caín ¿Por qué estas furioso, y porque se
demudo tu semblante?
Caín no acepto que heredo de sus padres el
mal, ni tampoco que no podía acercarse a
Dios con los mejores frutos de la
tierra, sino solo con un animal muerto,
símbolo de Jesús en la cruz. A pesar de esto,
Dios le indico que debido a esto le tocara luchar solo contra el pecado, pero
que será vencido.
Génesis
12:1
“Yahveh
le dijo a Abram: márchate de tu tierra, de tus familiares, de la casa de tu
padre, a la tierra que te mostrare”
Aunque Satanás alieno de Dios a la humanidad, desde que Adán cayó, Dios nunca
dejo de buscar al hombre. Lo hace de varias maneras: por Su misericordia, o, supliendo sus
necesidades, como en el caso del idolatra Abram, nativo de Irak, de quien se
hizo amigo, ofreciéndole tierra
fructífera, reputación y descendencia.
Génesis 15:4
“Asómbrense.
¡La palabra de Yahveh vino a Abram! y le dijo:… Uno que saldrá de tus entrañas
te heredara”
Es difícil pensar que Dios actué para ser
amigo del hombre, sin embargo el Padre
busca la amistad de las personas; puede empezar ofreciendo solución de
problemas, que están fuera del alcance humano, como a Abram, quien no tenía un
hijo, porque además de que su esposa era
estéril, estaba en la tercera edad.
Génesis
17:1
“Yahveh
miro a Abram cuando tenía noventa y nueve años, y le dijo: Yo soy Dios
Todopoderoso camina en mi presencia y llega a ser perfecto”
Ismael el hijo de Abram y de Agar, la
criada de Sara, ya tenía trece años, cuando Yahveh le dijo al patriarca que El no cultivaba Su amistad
con él, basado en su obediencia, porque
él y ningún hombre puede obedecerle, desde que Adán cayo, más
bien la basa en Su amor inquebrantable,
que despierta en el la fe en Sus promesas.
Gen
22:2
“Dios
le dijo: Te ruego, toma a tu hijo, a quien amas, a Isaac, ve al tierra de
Moría...quémalo sobre uno de los montes que te diré”
Abraham era de más de ciento treinta años
cuando Dios le suplico que vaya al monte Moría, (al monte, que siglos después
sería crucificado su Hijo) para que mate
a Isaac y lo queme. Abraham aprendió a ser sensible a las manifestaciones del
amor del Padre, por esto su fe se hizo
viva y dio el fruto de la obediencia a la mortal orden divina.
Gen
22:9-12
“…Abraham
hizo un altar, arreglo la leña, ato a Isaac, y le puso en el altar, sobre la
leña...Abraham extendió su mano y tomo el cuchillo para matar a su hijo. Pero
el ángel del Yahveh le dijo desde el cielo: Abraham, Abraham…no le hagas nada
al muchacho…”
El Padre deseaba que Su amigo sienta el
dolor que El sentiría siglos después, cuando le daría a la muerte a su Hijo,
Jesús; por eso le suplico que sacrifique a su hijo, Isaac; y que
al mismo tiempo, Abraham valore
el amor de Dios a la humanidad, al
entregar a su Hijo en la cruz.