viernes, 15 de junio de 2018

306. El Evangelio del Amor


1 de Juan 5:2 “En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos”

Entonces, amar a los que valoran y aceptan la historia de Jesús, es el efecto que nace en los que son convencidos de que Jesús llego a la cruz, porque obedeció a Su Padre, también, el otro efecto es guardar naturalmente los mandamientos relacionados con el prójimo, no matar, no adulterar, no mentir, no codiciar, etc.

1 de Juan 5:3 “Porque el amor de Dios tiene el propósito de que guardemos sus mandamientos, entonces sus mandamientos no son difíciles”

Jesús explico que los mandamientos nacen del amor a Dios y al prójimo, o sea, el fruto, de dejar que la historia de Jesús reemplace a la historia espiritual personal es que el creyente es canal del amor, entonces, la misericordia, bondad y tolerancia de Jesús reemplazan a la codicia, mentira, fornicación, adulterio y robo, etc.

1 de Juan 5:4 “Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe”

El mundo es todo lo que se apone a que Dios comparta, o le haga canal de su amor al hombre. Hay una lucha real entre Dios y el mundo, entre la misericordia, tolerancia, paciencia, conocimiento de Dios y el orgullo, egoísmo, endiosamiento, dureza de corazón. Y el arma de Dios es aceptar la historia de Jesús, es decir, la fe.

1 de Juan 5:5 “Y quien es el que vence al mundo, sino el que tiene fe que Jesús es el Hijo de Dios”

El que valora la historia de Jesús, especialmente la de Su sacrificio, y acepta que Jesús no es un hombre sacrificado, sino es el Hijo del Eterno Dios, que pidió a su Hijo que muestre al hombre Su amor sacrificado. En otras palabras, hay unir a la aceptación de la historia de Jesús, el amor del Padre, entonces se vence al mundo.

1 de Juan 5:6 “Y este es el que vino por medio de agua y de sangre, Jesús, el Mesías, y no solo en agua, sino en agua y sangre. Y el Espíritu testifica, porque el Espíritu es la verdad”

Jesús hizo la obra que el Padre le encomendó, y sus credenciales son, el agua, porque fue bautizado por Juan. Su bautismo fue Su matrícula como alumno y maestro en la escuela de la gracia. La sangre, la derramo en la cruz, y lavo en El, los pecados de la humanidad. Y el Espíritu es el que testifica al creyente de los títulos de Jesús.

1 de Juan 5:8 “Entonces, tres son los que testifican: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan”

De los tres que testifican que Jesús es el Hijo que vino al mundo a efectuar en El, la salvación del hombre, dos son hechos: el bautismo de Jesús para iniciar la enseñanza de la gracia, habiendo concluido la enseñanza de la ley, y la crucifixión, que concuerdan, que Dios alcanzo en Jesús la salvación del hombre.

1 de Juan 5:9 “Recibimos el testimonio de los hombres, cuanto más el testimonio de Dios porque es mayor. Y este el testimonio de Dios: Dios ha dado testimonio de Su Hijo”

El agua, la sangre y el Espíritu testifican de que, en el Hijo de Dios, Jesús, se soluciono totalmente el problema del pecado y la muerte. En adición, Dios testifico que Jesús es Su Hijo, ya que por tres ocasiones hablo desde el cielo a la multitud, diciéndoles que Jesús es Su Hijo en quien se ha complacido.

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