viernes, 1 de junio de 2018

304. El Evangelio del Amor


1 de Juan 4:9 “En esto se hizo evidente el amor de Dios en nosotros, en que Dios envió al mundo, a su Hijo Único, con el fin de que vivamos por medio de El”

Dios se rebajó a nuestro nivel, vivió como un obrero, fue tentado como nosotros, le venció a satanás por nosotros y se hizo cargo de nuestros pecados y nos lavo en su cuerpo, murió crucificado, matándonos a la ley; y resucito para que vivamos para amar, es decir nos dio Su Espíritu, y nos hizo parte de Él. Así Dios hizo autentico Su amor por nosotros: Compartiéndose.

1 de Juan 4:10 “En esto esta el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que el nos amo y envió a Su Hijo, propiciación alrededor de nuestros pecados”

Primero, el amor a Dios no nace en el hombre, porque el pecado mora en nosotros, y es lo opuesto al amor. Segundo, tan autentico es el amor de Dios que la historia de Jesús cubre nuestras bajezas y caídas como un escudo o manto, de manera que Dios nos ve siempre puros a pesar de nuestras degradaciones.

1 de Juan 4:11 “Amados, si Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros”

Dios envió a Jesús para que quite los pecados de todos, nos limpie de ellos en su cuerpo, y de Su Espíritu, a los que dan valor a su historia, para que estén capacitados para amarse como Jesús los amo. También, para que sean Sus canales de misericordia, compasión, bondad, tolerancia con los que les rodeen.

1 de Juan 4:12 “Nadie ha visto a Dios jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se completa en nosotros”

Dios no es visible, sin embargo, la mejor manera para conocer a Dios en el mundo es viendo el amor entre los que han aceptado la historia de Jesús; por esto leemos, que el amor de Dios se completa cuando los de la fe entiendan que la razón por la que vino Jesús es para darles vida, o sea para que se amen.

1 de Juan 4:13 “Por esto sabemos que estamos en El, y en El en nosotros, en que nos ha dado Su Espíritu”

En el pacto antiguo, Dios no daba Su Espíritu porque no se alcanzaba la remisión de pecados; pero en pacto nuevo, en el Getsemaní, Dios cargo en Jesús los pecados de la humanidad, y ahora, da Su Espíritu a todo el que acoge la historia de Jesús para su salvación, en reemplazo de la fracasada obediencia y virtud personal.  

1 de Juan 4:14 “Y nosotros hemos visto y testificamos de que el Padre envió a su Hijo, salvador del mundo”

Juan y los otros apóstoles fueron testigos de lo que vieron, esto fue que Jesús, el Hijo que envió el Padre celestial, derramo el amor divino en los hombres, para que, al recibirlo, vivan y puedan amar a los demás, además conquisto con Su sacrifico el derecho a establecer un gobierno de justicia, paz y amor en el mundo.

1 de Juan 4:15 “Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en El y el en Dios”

Confesar que Jesús es el Hijo de Dios significa aceptar el pacto nuevo, o sea admitir que El Padre salvo, en Su Hijo, al que acepta Su historia; esta es que, en Jesús, el Padre puso los pecados de todos, en El los resucito, además les dio vida dándoles Su espíritu, así, el Padre mora en el de fe, y el de la fe está en Dios.

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