martes, 29 de mayo de 2018

298. El Evangelio del Amor.



Esos anticristos habían asistido a las reuniones de la congregación en la que ensenaba el apóstol, tal vez, se volvieron enemigos, porque no aceptaron su testimonio de la divinidad del Señor, o porque no creyeron que el Padre había remitido los pecados a su Hijo, incluidos los de ellos, quien los llevo a la cruz.

1 de Juan 2:20 “Y ustedes tienen la unción del Santo, y todos ustedes lo saben”

Juan les aseguro a los que escucharon con atención la historia de Jesús, especialmente la de Su sacrificio, que habían recibido el Espíritu Santo, además les dijo que sabían, que el Maestro interior ensenaba a cada uno de ellos la verdad, siendo esto un honor, como el de los profetas de la antigüedad.

1 de Juan 2:21 “No les he escrito porque no saben la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira nace de la verdad”

El apóstol no escribió esta carta para dar a conocer la historia de Jesús, porque a quienes escribió ya habían aceptado a Jesús como la revelación del Padre, sino para afirmar que la mentira no nace de la verdad. Es decir, que los engaños de los anticristos no nacen del evangelio.

1 de Juan 2:22 “Quien es el mentiroso? Sino el que niega que Jesús es el Mesías, este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”

El que niega que el Eterno envió a Su Hijo para que estando bajo la ley frene todo pecado, y culmine su vida inocente, también para que reciba los pecados de toda la humanidad, y los lave en su cuerpo en la cruz, así mismo, para que muera y mate a los creyentes a la ley, y finalmente para que resucite, ese es el anticristo”

1 de Juan 2:23 “Todo el que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre, y el que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”

La victoria sobre el pecado y la muerte de la humanidad se realizó en Jesús, es decir, el Padre le dio esta misión a Su Hijo, pero, la salvación del hombre no fue iniciativa del Hijo, sino del Padre, por eso el que niega que Jesús es Hijo de Dios ungido para rescatar al hombre del pecado y la muerte, niega también al Padre.

1 de Juan 2:24 “Entonces, lo que ustedes oyeron al principio permanezca en ustedes, porque, si en ustedes permanece lo que oyeron al principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre”

En una ocasión Jesús dijo a sus discípulos, que permanezcan en El, porque sin El nada pueden hacer. Se permanece en El, si se retiene Su historia- su historia es lo que primero se acepta para empezar la amistad con El- También, al mantenerse en Su historia se permanece en el Padre, porque el Padre y el Hijo son UNO.

1 de Juan 2:25 “Y esta es la promesa que El nos hizo: la vida eterna”

No valoramos esta promesa, sino cuando enfrentamos la muerte, o cuando muere un ser amado. En realidad, la muerte es la repercusión final del pecado. Así que, la remisión de los pecados ejecutada en Su agonía en el Getsemaní no sería la solución al pecado, sin la promesa de la resurrección de 1 Tes. 4:13-17”

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