Tomas al mirar las marcas de dolor y de humillación en Jesús resucitado, exclamo Señor
mío y Dios mío. De esta forma confeso su fe en Jesús el Dios encarnado. Así
mismo Jesús acepto la adoración del apóstol.
Por otro lado, esta es la primera vez que uno de los doce hizo la
declaración pública de que Jesús además de ser el Mesías es también, El Eterno,
El Todopoderoso, el infinito, y es Amor.
Juan 20:29 “Jesús le
dijo: ¿Ahora que me has visto has tenido fe?
Dichosos los que sin haberme visto han tenido fe”
La fe, es aceptar el
relato de la vida de Jesús. Así mismo, la fe no espera que los sentidos confirmen el
relato. En esta línea, la información de los sentidos es temporal, al contrario
las palabras del relato, por ser procesadas en la mente diferentemente que las
figuras, dejan un efecto más duradero que lo que se ve. Por esto Jesús le dijo
a Tomas que son felices los que tienen fe sin ver.
Juan 20:31 “Esto ha
sido escrito a fin de que tengan fe que Jesús el Mesías, el Hijo de Dios, y
para que al tener fe, tengan vida en Su nombre”
El evangelio de Juan, o sea la historia de Jesús ha sido
escrita para que los que la lean con atención tengan fe que Jesús es el Mesías,
el Hijo de Dios; y al tener fe tengan vida eterna, es decir para que Dios les
restaure el Espíritu Santo. En otras palabras, el plan de Dios para salvar al
hombre es sencillo, y consiste en leer receptivamente la historia de Jesús, para
que Dios restituya el Espíritu Santo al lector.
Juan 21: 2-3 “Se
encontraban reunidos Simón Pedro, Tomas, llamado el Gemelo, Natanael de Cana de
Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de los discípulos; cuando Pedro les
dijo: voy a pescar, ellos le dijeron: Nosotros también vamos contigo…”
Después de que Jesús resucitado se apareció a los apóstoles,
incluyendo a Tomas, ellos regresaron a Galilea, pensaron que había terminado la
misión de ellos una vez que Jesús había
resucitado. Pedro incluso creyó que debía volver a su antiguo trabajo de
pescador, los demás apóstoles y discípulos coincidieron con la idea de Pedro.
Juan 21:3-4 “… y
aquella noche no pescaron nada. Cuando amanecía ya estaba Jesús en la playa,
sin embargo los discípulos no sabían que era Jesús”
Nada pescaron, a pesar que Jesús velo con ellos, y les acompaño
en su trabajo. Pero solo al amanecer se hizo visible en la playa, aunque Sus
discípulos no le reconocieron. Por otro lado, Jesús quería asegurarles que siempre estaría con ellos, tanto en sus
fracasos como en sus éxitos y que nunca los desampararía. Eso mismo quiere
ahora que sepan los de la fe.
Juan 21:5 “Entonces Jesús
les dijo: Muchachos ¿tienen algo que
comer? Ellos le contestaron: No”
Como no pescaron nada,
Jesús les pregunto si tenían alimentos. Pero el Señor seguía cuidando
sus necesidades, es decir Él les iba a
proveer. Así mismo, Él quería
ensenarles que si seguían Sus instrucciones
nunca les faltaría para satisfacer sus
necesidades.
Juan 21:6 ‘Y Él les
dijo: Arrojen la red al lado derecho de la barca y encontraran pesca. Entonces
la echaron, y no podían sacarla, por la gran cantidad de pesca”
Después que Sus discípulos fracasaron toda la noche, Jesús hizo un milagro, cuando le obedecieron y echaron la red a la derecha de la barca.
Ellos no pudieron sacar la red por la
gran cantidad de peces que contenía. Es decir, los discípulos tuvieron fe al
arrojar la red como el Señor les mando.
Y la gran cantidad de peces que sacaron fue el fruto de su fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario