domingo, 17 de abril de 2016

260. Dios es Amor.

 Juan 20:28 “Tomas le respondió y le dijo: Señor mío y Dios mío”

Tomas al mirar las marcas de dolor y de  humillación en Jesús resucitado, exclamo Señor mío y Dios mío. De esta forma confeso su fe en Jesús el Dios encarnado. Así mismo Jesús acepto la adoración del apóstol.  Por otro lado, esta es la primera vez que uno de los doce hizo la declaración pública de que Jesús además de ser el Mesías es también, El Eterno, El Todopoderoso, el infinito, y es Amor.
Juan 20:29 “Jesús le dijo: ¿Ahora que me has visto has tenido fe?  Dichosos los que sin haberme visto han tenido fe”

La fe, es  aceptar el relato de la vida  de Jesús. Así mismo,  la fe no espera que los sentidos confirmen el relato. En esta línea, la información de los sentidos es temporal, al contrario las palabras del relato, por ser  procesadas en la mente diferentemente que las figuras, dejan un efecto más duradero que lo que se ve. Por esto Jesús le dijo a Tomas que son felices los que tienen fe sin ver.
Juan 20:31 “Esto ha sido escrito a fin de que tengan fe que Jesús el Mesías, el Hijo de Dios, y para que al tener fe, tengan vida en Su nombre”

El evangelio de Juan, o sea la historia de Jesús ha sido escrita para que los que la lean con atención tengan fe que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios; y al tener fe tengan vida eterna, es decir para que Dios les restaure el Espíritu Santo. En otras palabras, el plan de Dios para salvar al hombre es sencillo, y consiste en leer receptivamente la historia de Jesús, para que Dios restituya el Espíritu Santo al lector.
Juan 21: 2-3 “Se encontraban reunidos Simón Pedro, Tomas, llamado el Gemelo, Natanael de Cana de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de los discípulos; cuando Pedro les dijo: voy a pescar, ellos le dijeron: Nosotros también vamos contigo…”

Después de que Jesús resucitado se apareció a los apóstoles,  incluyendo a Tomas, ellos regresaron  a Galilea, pensaron que había terminado la misión de ellos una vez que  Jesús había resucitado.  Pedro incluso creyó  que debía volver a su antiguo trabajo de pescador, los demás apóstoles y discípulos coincidieron con la idea de Pedro.
Juan 21:3-4 “… y aquella noche no pescaron nada. Cuando amanecía ya estaba Jesús en la playa, sin embargo los discípulos no sabían que era Jesús”

Nada pescaron, a pesar que Jesús velo con ellos, y les acompaño en su trabajo. Pero solo al amanecer se hizo visible en la playa, aunque Sus discípulos no le reconocieron. Por otro lado, Jesús quería asegurarles  que siempre estaría con ellos, tanto en sus fracasos como en sus éxitos y que nunca los desampararía. Eso mismo quiere ahora que sepan  los de la fe.
Juan 21:5 “Entonces Jesús les dijo: Muchachos  ¿tienen algo que comer? Ellos le contestaron: No”

Como no pescaron nada,  Jesús les pregunto si tenían alimentos. Pero el Señor seguía cuidando sus necesidades, es decir  Él les iba a proveer. Así mismo,  Él quería ensenarles  que si seguían Sus instrucciones  nunca les faltaría para satisfacer sus necesidades.
Juan 21:6 ‘Y Él les dijo: Arrojen la red al lado derecho de la barca y encontraran pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla, por la gran cantidad de pesca”

Después que Sus discípulos fracasaron  toda la noche, Jesús hizo un milagro,  cuando le obedecieron  y echaron la red a la derecha de la barca. Ellos  no pudieron sacar la red por la gran cantidad de peces que contenía. Es decir, los discípulos tuvieron fe al arrojar la red como el  Señor les mando. Y la gran cantidad de peces que sacaron fue el fruto de su fe.

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