Los sacerdotes y escribas confabulados, se asustaron cuando
supieron que los soldados Le encontraron muerto a Jesús, y que no tuvieron
necesidad de quebrarle las piernas. De este modo esta profecía del Mesías se cumplió
a la piel de la letra, a pesar que ellos hicieron todo lo que pudieron para impedirla.
Esta señal sirvió para que después multitud de judíos aceptara que Jesús es el Mesías.
Juan 19:37 “Y también
otra escritura: Y miraran a Aquel que traspasaron”
El soldado después de punzarle con la lanza recordó la mirada bondadosa de Jesús en la
cruz, los soldados que le clavaron fueron impresionados por la dulzura en Su rostro.
También la multitud de judíos presente fue atraída a Jesús. Y a través de los siglos
millones han dicho: No me mueve el cielo prometido, ni el miedo a la perdición,
sino el ver tu rostro tan herido.
Juan 19:37 “después José
de Arrímate, quien por miedo era discípulo en secreto, pidió permiso a Pilato para llevarse el
cuerpo de Jesús; por consiguiente vino y tomo el cuerpo de Jesús”
José de Arrímate, un miembro prominente del concilio judío, siguió al Maestro al calvario y presencio Su muerte, entonces reconoció que Jesús era el Mesías. Después rogo
a Pilato para que le permita sepultar a Jesús. El conocía las enseñanzas de Jesús, por boca
de Nicodemo.
Juan 19:39 “Y
Nicodemo, el que antes había ido de noche a ver a Jesús, vino trayendo treinta
tres kilogramos de una mezcla de Mirra y
Aloe”
Nicodemo sabía que debía ser sembrada en su mente la palabra
de Dios. Pero no comprendió que parte de las escrituras debían estar en su
mente, a pesar que Jesús le explico que
debía ser levantado, significando ser crucificado, para que todo el que tenga
fe tenga vida eterna. Al ver a Jesús crucificado entendió esta verdad, entonces tuvo fe, y el
mostro trayendo Mirra y Aloe.
Juan 19:40 “Entonces
tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron con telas de lino y con las especies,
como es costumbre sepultar, entre los judíos”
José de Arimatea y Nicodemo bajaron el cuerpo de Jesús, limpiaron la sangre y lo cubrieron con
vendas de lino y la mezcla de mirra y aloe, por sus propiedades
antisépticas y aromáticas. Este fue el
homenaje que esos dos creyentes le ofrecieron a Jesús, no en vida, sino cuando
estaba muerto.
Juan 19:41-42. “En el
lugar en el que fue crucificado había cerca un huerto, y en ese un sepulcro
nuevo, en el que no habían sepultado a nadie. Así que por causa de la preparación
de los judíos, y como el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”
José de Arimatea se sintió privilegiado de que Jesús sea
puesto en su sepulcro, cavado en una roca. De esta manera se cumplió la profecía
del Mesías que dice que su sepultura será con los ricos. Por otro lado, se
aprende así como se cumplieron todas las profecías tocantes a Su primera
venida, también se cumplirán todas las
profecías referentes a Su segunda venida a la tierra.
Juan 20:1 “El primer día
después del sábado, María Magdalena vino al sepulcro, al amanecer, estando
todavía oscuro, y vio que la piedra había sido retirada del sepulcro”
Jesús permaneció en el sepulcro el sábado completo, porque
el viernes y el domingo permanecieron solo
pocas horas, ya que, aunque estaba muerto, reposo el sábado, para
terminar el pacto antiguo, sin haber roto, ni siquiera muerto, los 10
mandamientos. María estaba bajo el pacto antiguo, por esto trajo el viernes,
casi al empezar el sábado las sustancias para el cuerpo de Jesús, no obstante
su amor a Jesús, se abstuvo de todo trabajo y dejo todo allí, para guardar el
sábado.
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