martes, 1 de diciembre de 2015

241, Dios es Amor.

 Juan 16:21 “Cuando la mujer está por dar a luz, tiene aflicción porque ha llegado la hora para ella, pero cuando da a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por causa del gozo de que un hombre haya nacido en el mundo”

Jesús comparo los dolores de parto a su  inmenso sufrimiento mientras agonizaba  clavado en la cruz, también  comparo el nacimiento de un niño a su resurrección; así mismo comparo el gozo de una madre por el nacimiento de su hijo, al gozo de la resurrección, porque nació de Su tumba el nuevo hombre, inmortal sin mancha de pecado, cabeza y modelo de la nueva humanidad.

Juan 16:22 “Ciertamente, también ahora ustedes tienen aflicción, pero de nuevo los veré  y se alegrara su corazón, y nadie les quitara su gozo”
Jesús estaba preocupado por el dolor de  Sus discípulos al verle apresado, golpeado, humillado y clavado injustamente a una cruz. Ellos serán participes de Su dolor, pero también   compartirán el gozo de Jesús  resucitado. Este  gozo  nadie les podrá quitar. Y en su aflicción, Jesús quería  que cobre sentido  Su promesa de resucitar, para aliviar su dolor,  y tengan presente  el gozo que tendrán al verle otra vez.  

Juan 16:23 “En ese día nada Me preguntaran. En Verdad les digo que todo lo que pidan al Padre en Mi nombre, Él les dará a ustedes”
Jesús considero Su resurrección y la venida del Espíritu Santo el tiempo de victoria para la humanidad, porque El  venció a satanás, al pecado y a la muerte, representando a los creyentes de todas las edades, por eso  les dio Su Espíritu. Y los creyentes fueron reconciliados  con el Padre; entonces podían pedir al Padre, en el nombre de Su Hijo,  y les Padre les concedería sus peticiones.

Juan 16:24 “Hasta ahora nada han pedido en Mi nombre, pidan y recibirán para que su gozo sea completo”
Jesús insistió a Sus discípulos a pedir  al Padre lo que necesiten, basados en Su victoria en la cruz y en el sepulcro. Es decir no se recibe, si al pedir solo se tiene en cuenta la necesidad personal, porque toda petición debe basarse en que Jesús cargo nuestros pecados, además  venció el  pecado y la muerte, por eso nos ha dado Su Espíritu; y ahora somos amigos de Dios, y el Padre oye nuestras peticiones.

Juan 16:25 “Esto les he hablado figuradamente, pero viene el tiempo cuando ya no les hablare más en lenguaje figurado, sino que les hablare del Padre claramente”
Jesús no les hablo abiertamente a Sus discípulos de que el Padre estará íntimamente relacionado con su muerte y resurrección, o sea uso figuras del lenguaje, porque no estaban preparados para conocer esas revelaciones; pero todavía debía decirles que el propósito de Su venida al mundo era unirles a Él y con el Padre, para que sean partícipes de la unidad de Dios, para que sean UNO con el amor.

Juan 16:26-27 “En ese día pedirán al Padre en Mi nombre, pero no les digo que rogare al Padre por ustedes, porque el Padre les ama, ya que ustedes me han amado y han creído que salí de Dios.
Jesús les dijo que después de Su resurrección, cuando acepten Su amor  derramado  desde la cruz, y entonces tengan amor para amarle, que no rogara por ellos, aunque pidan al Padre invocando Su historia, porque el Padre le dará lo que pidan debido a que ya son receptores de Su amor dado a ellos por medio del sacrificio de Jesús, o sea han aceptado que el Padre  envió a Su Hijo.   

Juan 16:28 “Salí del Padre y vine al mundo, otra vez dejo el mundo y voy al Padre”
Los discípulos se maravillaron de que el mismo Dios ha estado en el mundo, y que después de cumplir la misión que el Padre le encomendó, completara su viaje de ida y vuelta del cielo a la tierra. Entonces comprendieron que Su Maestro no era un habitante permanente  de este mundo, sino que vino temporalmente. Pero les tomaría tiempo para dar a esta verdad  el valor que tiene.

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