lunes, 29 de agosto de 2011

50. La Carta a los Hebreos. Cap. 13 pp.

Hebreos 13:1 “Continúe el amor entre hermanos ”

Este versículo, añade, a la amonestación de los últimos versículos del Cap. 12, que deben cultivar el amor entre hermanos, en todas sus actividades. En otras palabras, la simpatía, la tolerancia, la sincera preocupación, y la ayuda en las necesidades deben enmarcar las relaciones entre los miembros de una congregación. Más aun, el amor y la religión práctica, con hechos, están detallados en los siguientes versículos.

Hebreos 13:2-6 “No se olviden de la hospitalidad, porque por ella, algunos hospedaron a los ángeles, sin saberlo. Acuérdense de los presos, como si fueran compañeros de ellos en la prisión, también de los maltratados, como si estuvieran Uds. en el cuerpo de ellos. Por otro lado, el matrimonio es valioso en todo, por lo cual, mantengan la relación sexual pura, porque a los infieles y a los adúlteros, Dios les juzgara. Así mismo, el comportamiento de Uds. sea sin codicia, mas bien siéntanse protegidos con lo que tienen, ya que El ha dicho: Nunca te dejare, ni te desamparare. Por esto decimos con confianza: Yahweh me ayuda, por lo tanto no tendré miedo. ¿Qué podrá hacerme el hombre?”

En este pasaje, vemos que los ángeles intervienen en la vida de los creyentes, las escrituras afirman que algunos ángeles aparecieron como seres humanos y fueron alojados por fieles que practicaban la hospitalidad. Por este motivo, tengamos presente en nuestras actividades, la compañía de los ángeles. En adición, la persona de Fe es compasiva con los que están en la cárcel, y con los que sufren desprecio o maltrato. La compasión es un rasgo prominente de los cristianos, esta actitud esta en el mismo nivel que la humildad y la mansedumbre. Otro factor en la vida de Fe, es el matrimonio y ocupa un puesto de honor, por esto el cristiano verdadero valora su matrimonio como un gran privilegio, y trata con consideración y cariño a su cónyuge, asimismo, practica la relación marital con cariño y fidelidad, buscando la satisfacción de su compañero, al mismo tiempo que sigue normas saludables, como ser el evitar la relación sexual, cuando la esposa esta dentro de los siete días del ciclo menstrual. Otra práctica que deben cultivar los de la fe es la conformidad con lo que tienen, porque Dios les dice: Nunca te dejare ni te desamparare. Así que el creyente debe ser trabajador y estar satisfecho con lo poco o lo mucho que reciba por su trabajo. En otras palabras, hay codicia cuando se reemplaza a Dios con el dinero, por esta razón, el que codicia no se siente protegido por lo poco o mucho que tenga, porque el dinero no tiene poder para dar seguridad, solo Dios puede dar protección en la vida.

Hebreos 13: 7-9 “Recuerden a los que les lideraron, a los que les hablaron la Palabra de Dios, e imiten su Fe, siempre considerando su conducta. Por otro lado, Yeshua el Mesías, es el mismo en el pasado, hoy, y por los siglos. Por lo tanto, no se dejen llevar por enseñanzas diversas y extrañas; porque lo que es beneficioso para el corazón es ser confirmado en la gracia, y no con alimentos que no benefician a los que se dedican a ellos”

Los guías de los creyentes hebreos del primer siglo les hablaron de la vida y muerte de Yeshua, o sea les encaminaron a la salvación en el Mesías, por esto el mandato a estos fieles es que les recuerden y copien la Fe de esos lideres, siempre teniendo en cuenta, que la fe de ellos fuera respaldada por sus vidas. La razón para que se acuerden de los lideres del pasado, primero es que sus vidas debieron reflejar la salvación del Mesías, y segundo, siendo que el Mesías es mismo ayer ,hoy, y siempre, su acción salvadora no ha cambiado, mas bien es la misma que gozaron los que les guiaron a la salvación. Esto ultimo era necesario recordarles a los creyentes porque las enseñanzas de los maestros judíos, por un lado tendían a deformar la obra de Yeshua el Mesías, por otro lado querían reemplazar la Fe en el Salvador, con el sacrificio de animales. Aun mas, había otros que enseñaban que siendo vegetarianos, o comiendo ciertos alimentos aumentaba su comunión con Dios.

Hebreos 13:10-14 “Tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven en el tabernáculo. Ahora, los cuerpos de los animales sacrificados son quemados fuera del campamento, a pesar de que su sangre es llevada por el Sumo Sacerdote al santísimo, por causa del pecado. Por esta razón Yeshua padeció fuera de las puertas, sin embargo que santifico al pueblo mediante su propia sangre. Del mismo modo, salgamos hacia El, fuera del campamento, cargando su desgracia, porque no tenemos aquí una ciudad permanente, al contrario buscamos la que vendrá”.

Para explicar este pasaje, es menester indicar que la palabra altar significa lugar donde se hace un sacrificio; también hay que distinguir el propósito de la sangre y del cuerpo en el sistema ritual judío. La sangre derramada señala la muerte, y la sangre circulando significa vida. Por otro lado, la sangre de los animales sacrificados era llevada al interior del santuario para cubrir, o esconder los pecados de los que se habían acercado al santuario con un animal sacrificado. O sea, la muerte (la sangre) cubría esos pecados, al mismo tiempo señala que el salario del pecado es la muerte, es decir el que ofrecía el sacrificio era sustituido en la muerte por sus pecados, por el animal inmolado. Adicionalmente, la sangre transportaba simbólicamente los pecados desde el pecador al interior del santuario, o sea en la sangre eran remitidos sus pecados. Ahora, tocante al cuerpo de los animales en el día de la expiación, una vez que el Sumo Sacerdote llevaba la sangre al interior del santuario, entonces el cuerpo del animal era llevado fuera del campamento israelí para ser quemado completamente. Tomando este ritual para explicar estos versículos, resulta que los que aceptaron el sacrificio de Yeshua, no tienen que ofrecer esos sacrificios, mas bien deben seguir las indicaciones que Dios les da, en este pasaje; esto es que la sangre de Yeshua ya los santifico, porque el templo, donde se llevaba la sangre del sacrificio, simboliza al creyente santificado y purificado por la muerte de Yeshua. Además, El fue crucificado fuera de la ciudad, para destrucción del cuerpo de pecado, esto era simbolizado al quemar el cuerpo de los animales, fuera del campamento. Nuestro altar, o sea el lugar de nuestro sacrificio es la cruz, que también es el altar del sacrificio de Yeshua. Reitero la cruz estaba afuera de Jerusalén, por este motivo, la inspiración les dice a los creyentes del primer siglo que salgan de la ciudad y vayan a Yeshua en la cruz, que es su desgracia. Leemos en Rom. 6:6 “Sabiendo esto: que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado” y Gal 2:20 “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mi, y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por Fe en el Hijo de Dios, el cual me amo y entrego a si mismo por mi”

Hebreos 13:15, 16 “Por lo tanto, todo el tiempo llevemos sacrificios de alabanza a Dios, es decir, llevemos el fruto de los labios que confiesan su nombre. Así mismo, no se olviden de compartir y hacer el bien, porque de estos sacrificios se agrada Dios.”

Aunque los sacrificios de los creyentes del Nuevo Pacto no son cruentos, pero como todo sacrificio requieren un altar, y este altar es la cruz. En otras palabras los que están crucificados con Cristo son los calificados para hacer estos sacrificios. Estos sacrificios son alabar a Dios, hacer el bien y ayudar a los necesitados. Ayudar a los necesitados y hacer el bien, no necesitan mucha explicación. Alabar a Dios es
repetir lo que Dios ha hecho por uno. Estas buenas acciones Dios las llama sacrificios, porque para practicarlas es preciso negarse a si mismo. Recuerde que estos tres son los sacrificios que agradan a Dios.

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