domingo, 14 de agosto de 2011

48. La Carta a los Hebreos. Cap. 12 pp.

Hebreos 12:1-4 “Ya que tenemos una nube grande de testigos, por consiguiente creámonos muertos a todo peso y al pecado que tan fácilmente nos envuelve para detenernos, para poder correr con paciencia el conflicto que esta delante nuestro, mirando al que empieza y completa la Fe, a Yeshua, quien por el gozo puesto delante de el, soporto la cruz sin prestar atención a la vergüenza; después se sentó a lado derecho del trono de Dios. Al mismo tiempo piensen en el que sufrió tal respuesta de los pecadores contra si mismo, y así tengan ayuda para que sus almas no se cansen. Porque Uds. en su lucha contra el pecado todavía no ha derramado sangre.”

Los personajes del capitulo 11 con sus experiencias de Fe sirven de testigos a los creyentes, además, estos antes de correr la carrera de la Fe, PRIMERO, deben tenerse por muertos al pecado, para que no se rindan a la rebelión y desobediencia a Dios, heredada de Adán. Porque el pecado siempre envuelve para impedir que los de la Fe corran. Una vez cumplido este primer punto, quedan calificados para correr con paciencia. El SEGUNDO requerimiento para correr la competencia de la Fe es mirar siempre a Yeshua que es el que origina y termina la Fe; a quien su Fe le llevo a sufrir la vergüenza de la cruz, no obstante que recibió condenación y ataques de los mismo que vino a salvar, como respuesta a su acto de amor, este segundo punto tiene el objeto de dar descanso a las almas de los fieles mientras siguen la carrera de la Fe. Además, hay que pensar que Yeshua en su lucha contra el pecado llego a derramar su sangre, así mismo los fieles, si siguen esta instrucciones, también pueden llegar a una experiencia parecida a la de Yeshua.

Por otro lado, los fieles del Nuevo Testamento reciben tanto el testimonio de los héroes de la Fe del Antiguo Testamento, como el testimonio de la Fe de Yeshua.

Hebreos 12: 5-9 “Otro punto: Se han olvidado de la exhortación que se les hace como a hijos: No tengas en poco la corrección del Señor, ni te desanimes cuando eres reprendido, porque el Señor al que ama corrige, y a todo al que recibe por hijo le azota. O sea que Dios les trata como hijos si les corrige, porque ¿a que hijo su padre no le corrige? Ahora, en el caso que no sean corregidos como todo hijo, entonces no son hijos, sino ilegítimos. Aun mas, hemos tenidos padres humanos que nos disciplinaron, y les respetamos, con cuanta mas razón debemos estar sujetos al Padre de los espíritus, para vivir.”

Lo primero que viene a la mente es que la carrera de la Fe es para que el Padre discipline a sus hijos humanos. El motivo por el que sus hijos humanos necesitan disciplina es porque tienen la raíz del mal de Satanás, sembrada en la mente, desde que Adán cayó. Ahora, la disciplina se resume en que todo brote del mal sembrado en el corazón sea bloqueado y no salga al espíritu del hombre para evitar que se convierta en palabras, actos, miradas, intensiones etc., o sea la corrección divina, por medio de la Fe, previene que los pensamientos malos se conviertan en pecados. Así mismo hemos leído que esta carrera, es un proceso que esta en manos de Dios, y que no lo hace con todos los humanos, sino tan solo con los que El les acepta como hijos. Es decir el Padre solo educa a sus hijos. Lo que el Padre espera de sus hijos es acepten la disciplina divina y se sujeten a ella. En este proceso los brotes del mal son cada vez mayores, y aumenta su maldad con el tiempo, esta es la única forma para descubrir tanto el poder de la iniquidad del mal en el corazón, como hallar que solo con la muerte se acaba su dominio en el hombre. Aquí es preciso aclarar que Yeshua paso por esta misma experiencia, pero intensificada, por que el llego a morir para aniquilar todo brote del mal y también para destruir su corazón, que sirvió de terreno a la raíz del maligno recibida de Adán. También, cabe recordar, que la muerte de Yeshua es dada como obsequio al creyente, para que se considere muerto al pecado. Es decir por esta Fe no pasan los pensamientos de su corazón a su espíritu, y así alcanza la victoria en toda tentación. Esta es la carrera de la Fe, y esta es la disciplina divina.

Hebreos 12:10-13 “Porque en verdad, por poco tiempo, ellos nos disciplinaron, según su criterio, Pero el Señor nos disciplina para nuestro beneficio, para hacernos participes de su santidad. Ninguna disciplina es motivo de gozo, mientras se la recibe, sino es motivo de tristeza, pero después produce fruto de justicia apacible, a los que están entrenados en ella. Por lo tanto, fortalezcan las manos débiles y las rodillas vacilantes. Así mismo, haz caminos rectos para tus pies, para que tu pierna enferma no se disloque, sino se sane. ”

La disciplina de nuestros padres terrenales fue resultado de lo que ellos consideraban bueno, aunque podían estar equivocados, pero el Padre celestial es el único que sabe que lo mejor y lo que más necesitamos es su santidad. Por otro lado, nadie esta alegre cuando esta bajo corrección, pero una vez que esta termina hay tranquilidad. Ahora, la disciplina divina, además de paz da justicia y comunión con el Padre. En consecuencia, en vista a la gloria futura resultado de la corrección, la Palabra aconseja que nos extendamos para alcanzar la entereza necesaria para recibir con sumisión la disciplina de Dios, así mismo añade que caminemos con una conducta recta.

Hebreos 12: 14-17 “Perseguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie mirara al Señor. O sea, vigilad, tanto para que nadie se quede corto de la gracia de Dios, como también para que no crezca ninguna raíz de amargura, y muchos sean contaminados por ella. Así mismo estén atentos, para que nadie se una a un dios falso, y sea como Esaú, quien vendió su primogenitura por una comida. Porque sepan que después, cuando quiso heredar la bendición, fue repudiado, por motivo que no hallo el lugar para el arrepentimiento, no obstante que lo busco con lagrimas.”

Recordemos que la santidad y la paz son los frutos de la disciplina divina, o sea para ver a Dios, no solo debemos sujetarnos a la corrección del padre, sino, mas aun, esforzarnos fervientemente para entrar en la carrera de la Fe. Adicionalmente, es necesario que nos preocupemos por la salud espiritual de cada miembro de la congregación. Primero, hay que mirar que todos vivan de la gracia, esto es que se sometan a la corrección del Padre, para que sea revelada la raíz del mal en sus corazones, a fin de que el amor de Cristo les rodee. Segundo. Es preciso vigilar para que nadie de la iglesia vaya a servir a un dios falso, y se aleje del servicio al Creador. En este punto hay que recordar que Esaú servía al dios de su vientre por esto prefirió un plato de comida a la bendición divina del primogénito.

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