lunes, 1 de agosto de 2011

46. La Carta a los Hebreos. Cap. 11 sp.

Hebreos 11: 8-10 “Por la Fe, Abraham obedeció cuando fue llamado a salir hacia un lugar que recibiría en el futuro como herencia, o sea salió sin saber donde iba. Por la Fe habito en la tierra prometida como si fuera extranjero, es decir vivió en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque el esperaba la ciudad que tiene cimientos firmes, cuyo arquitecto y constructor es Dios.”

Dios le hablo a Abraham siendo todavía pagano, cuando vivía en Ur, en lo que hoy es Irak, y le ordeno que abandone su ciudad natal, para que vaya a una región que le mostraría. Dicho de otro modo, Dios busco a Abram sin tener en cuenta que tenia otros dioses, con el fin de iniciar la relación de Fe con el. Esta unión se baso en la obediencia a las órdenes de Dios resultado de su confianza. En otras palabras, era tal confianza que Dios despertó en el patriarca que el abandono su tierra natal y viajo sin rumbo conocido, atento a su Voz. Posteriormente, cuando llego a la tierra que Dios le guio, no se construyo una casa, sino que vivió en carpas, porque esperaba junto a la tierra de la promesa una ciudad diseñada y construida por Dios.

Ahora bien, esta ciudad no se refiere a la antigua Jerusalén que existe hasta ahora, porqué Jerusalén será destruida en el futuro, tal como anticipa la profecía de Zacarías 14:2,4, 5, 9,10, 11 “Y yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén, y será tomada la ciudad y serán saqueadas sus casas… Aquel día los pies de Yahweh se posaran sobre el monte de los Olivos… el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, formando un enorme valle…” Le aclaro que la destrucción de la ciudad amada ocurrirá un poco antes que regrese Yeshua a la tierra, porque así se lee. “…vendrá Yahweh mi Dios y todos los santos con El… Y Yahweh será rey sobre toda la tierra, aquel día Yahweh será uno y uno su nombre… toda la tierra se volverá como una llanura… y Jerusalén será levantada en el mismo lugar que estaba antes y será habitada… Y habitaran en ella y no habrá mas maldición,” Leemos que Yahweh será rey y gobernara sobre toda la tierra; gobernara desde Jerusalén, que será levantada por Yahweh, es decir la ciudad que esperaba Abraham era la ciudad de Jerusalén del milenio. Ahora, el patriarca esperaba la ciudad porque desde ella Yeshua reinara sobre toda la tierra. (Esto será según Apocalipsis 20, por supuesto antes que Dios haga un cielo y una tierra nueva de Apocalipsis 21)

Note que la Fe de Abraham citada en estos versículos consiste en esperar el cumplimiento de la promesa divina de la tierra. Así mismo, los siguientes versículos indican que la Fe de Abraham y Sara era esperar la descendencia que Dios les ofreció.

Hebreos 11: 11-12 “Por la Fe Sara recibió fuerza para concebir, y quedo embarazada pasada la edad propicia para concebir, porque ella considero confiable al que le hizo la promesa. Resulto que de uno que estaba casi muerto se origino una descendencia como las estrellas del cielo en plenitud, e innumerable como la arena que esta en la orilla del mar”

El resultado de la Fe de Sara es la nación de Israel, integrada por los judíos actuales que corresponden a dos tribus, más las diez tribus perdidas en la historia. En otras palabras, la nación de Israel es el milagro de Dios en respuesta a la Fe de Abraham y Sara, cuando estaban más allá de la edad para procrear.

Hebreos 11:13-16 “Cobijados por esta Fe, todos ellos murieron sin haber recibido las promesas, aunque las vieron de lejos, siendo persuadidos las aceptaron, dándoles la bienvenida.- Mas aun se dijeron extranjeros y peregrinos en la tierra. La razón por la que dicen esto es porque declaran abiertamente que buscan su propia tierra. Ahora, si ellos en realidad se referían a la tierra que abandonaron, tenían la posibilidad de haber regresado. Al contrario, ellos querían una ciudad mejor, es decir querían la celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser invocado como su Dios, al extremo que les ha preparado una ciudad”

Como se lee, las promesas de la tierra y de la descendencia que Dios le hizo a Abraham no murieron con el, al contrario fueron transmitidas de generación en generación. Y mas aun, llegaron a ser tan reales que no obstante estar ya en la tierra prometida, seguían esperando esas ofertas, porque no era solo la tierra que esperaban , sino también la ciudad asiento del rey Mesías. En pocas palabras, esperaban el reino Mesiánico que abarcara toda la tierra, con Jerusalén como la capital. Finalmente, Dios tiene ya lista la ciudad en el cielo, garantía del establecimiento del reino del Mesías en la tierra.

Hebreos 11: 17-19 “Por la Fe cuando Abraham fue probado ofreció a su hijo. Así que el que había recibido las promesas ofreció a su único hijo, a pesar de que refiriéndose a su hijo se le dijo: En Isaac será llamada la simiente. En esas circunstancias, el pensó que Dios es poderoso para levantar a Isaac aun de entre los muertos, por esto, en forma figurada, le volvió a recibir de entre los muertos”

El patriarca fue probado con el objeto de profundizar su fe en la oferta divina de un hijo, por esto Dios le pidió que se acerque con el sacrificio de Isaac, su hijo, a pesar de que en el se hacia real esta promesa. Abraham le obedeció y llevo al altar a Isaac para sacrificarle, mientras se aferraba a la promesa del altísimo con el pensamiento que Dios era poderoso para sacar a Isaac de la muerte. O sea, al enfocarnos en la mente del patriarca, vemos que el acto de levantar el cuchillo sobre Isaac le indicaba su muerte, sin embargo, la voz que le detuvo fue la resurrección de su hijo.

Hebreos 11:20-22 “Por la Fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú respecto al futuro. También, por la Fe, Jacob moribundo bendijo a cada uno de los hijos de José, después adoro apoyado en el extremo de su bastón. Así mismo, por la Fe, José, cuando estaba en el lecho de muerte, anticipo la salida de Egipto de los hijos de Israel. Por este motivo les dio instrucciones concernientes a sus huesos”

El anciano Isaac, cerca de la muerte, bendijo a sus dos hijos. A Jacob le bendijo con prosperidad en la tierra, éxito político y liderazgo familiar. Mas la bendición a Esaú se centra en predecir su futuro, porque le anticipa que habitara en tierra seca e improductiva, así mismo le predice que será un guerrero servidor de su hermano. Se nota que la bendición de Isaac no es una formula de palabras, sino la revelación divina del futuro inmediato y lejano tanto de Jacob como de Esaú. Posteriormente, Jacob moribundo, a su vez bendijo a los hijos de José, bendición que es el resultado de su Fe. Es un hecho que Dios le repite a Jacob las promesas de la tierra y del descendiente dadas a Abraham (Gen 35:9-12). El patriarca las atesora y cuando estaba cercano a la muerte las pasa a Efraín y a Manases, hijos de José, diciendo: Gen 48:16 “El ángel que me ha rescatado de todo mal bendiga a estos muchachos, y mi nombre y el nombre de mis padres Abraham e Isaac sea recordado en ellos; y crezcan para plenitud en medio de la tierra.” Así mismo, por la Fe José mantenía frescas en su mente estas promesas divinas; por esto, antes de morir les recordó a sus hermanos que Dios les sacaría de Egipto a la tierra prometida. Además, les instruyo para que lleven sus restos con ellos.

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