Gálatas 3:10 “Porque todos los que son de las obras de la ley
están bajo maldición, porque está escrito: Maldito el no persevera en todo lo
escrito en libro de la ley para hacerlo”
Pablo les escribe a los gálatas,
que TODOS los que escogen el camino de la ley son malditos, porque nadie puede
tener, siempre, su conducta según lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés.
Esta advertencia también es válida ahora, porque las escrituras nada han
cambiado desde la época de Pablo, hasta ahora.
Gálatas 3:11 “Entonces, que en la ley nadie es justificado
ante Dios es evidente, porque el justo de la fe vivirá”
La ley no es un
instrumento de justificación, sino de condenación, por eso el apóstol escribió,
que nadie es justificado por Dios, por medio de la ley. Aún más, está escrito
que el hombre es justificado al aceptar la historia de Jesús, especialmente, la
de Su muerte.
Gálatas 3:12 “También, la ley no procede de la fe, sino que
el hombre que la hace vivirá por sí mismo”
Pablo hace claro que la
ley no nace de la fe, aunque Dios es el autor de la fe y de la ley, pero las
dio con diferentes propósitos, así, la fe en la historia de Jesús para traerle
vida, es decir darle Su Espíritu, pero la ley la dio para que el hombre que la obedezca
viva en su obediencia, en otras palabras, para hacer patético su fracaso.
Gálatas 3:13 “El Mesías nos redimió de la maldición de la
ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque esta escrito: Maldito todo
el que cuelga de un madero”
Todos los que han pensado
que pueden obedecer la ley para agradar a Dios son malditos, pero Jesús los
compro de esta maldición, dejándose crucificar. Para que todo el que tome Su
historia, especialmente la de la cruz, sea libre de toda maldición, y tenga
vida.
Gálatas 3:14 “A fin de que la bendición de Abraham sea una
realidad a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu,
mediante la fe”
Dios prometió que en
Abraham serán benditos los gentiles, el apóstol explico que la bendición a los
gentiles es el Espíritu Santo que recibirían los que tomen la historia de Jesús,
en particular, que los compro de la maldición de la ley, al sufrir la crucifixión.
Gálatas 3:15 “Hermanos, hablo humanamente, un pacto, aunque
sea humano, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni añade condiciones”
Dios le hizo promesas a Abraham
cuando le confeso su fe, y las aseguro con un pacto, o contrato, que lo firmo,
o ratifico con sacrificios. Por esto, ninguna de las dos partes, esto es Dios,
o Abraham pueden anular este pacto, o añadir requisitos. Es decir, el pacto de
Dios con Abraham es firme, e incambiable.
Gálatas 3:16 “Pero, las promesas fueron dichas a Abraham y a
su descendencia. No dice: y a sus descendencias, como si fueran muchas, sino
como refiriéndose a una: y a su descendencia, que es el Mesías”
Las promesas hechas a
Abraham y a su descendiente, Jesús, el Mesías serian compartidas con los que
acepten la historia de Jesús, especialmente la de su sacrificio. En otras
palabras, en el Mesías se realizó la salvación completa de los de la fe, y,
también es el Mediador de las promesas divinas a estos.
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