martes, 7 de noviembre de 2017

278. El Evangelio del Amor

278. El Evangelio del Amor.

1 Pedro 2:25 “Estaban como ovejas extraviadas, ahora han virado hacia el Pastor que cuida la vida de ustedes”
1 Pedro 2:25 “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”
Los judíos, a los que escribió Pedro, antes, cuando estaban en la ley, es decir siguiendo el judaísmo, sus vidas no tenían sentido, así es con todos los que quieren agradar a Dios con su obediencia a la ley; pero al prestar atención y aceptar la historia de Jesús, especialmente en la cruz, entonces, Dios interviene en ellos dándoles el Espíritu Santo, para guiarles en su camino, y guardar sus vidas.

1 Pedro 3:1 “Asimismo ustedes esposas sean sujetadas a sus propios esposos, a fin de que si a algún no sea posible convencerle por las palabras  de su esposa, lo sea por su conducta”
1 Pedro 3:1 “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas”
Estas instrucciones son para las esposas que valoran y aceptan la historia de Jesús en la cruz, porque solo ellas entienden que, gracias a la sumisión de Jesús al Padre, El llego a la cruz, y ellas pueden someterse a sus esposos que no aceptan que la salvación de ellos se hizo en la cruz, pero, al ver los efectos de la salvación en la conducta sumisa de sus esposas, abran sus mentes a la historia de la cruz.

1 Pedro 3:2 “Mirando la conducta respetuosa y modesta de ustedes”
1 Pedro 3:2 “Considerando vuestra conducta casta y respetuosa”
El esposo que tiene la historia de Jesús en su mente ama a su esposa, la respuesta de ella a la paciencia, tolerancia, bondad de su esposo es la conducta modesta y respetuosa. En el caso que el esposo no acepte la salvación hecha en Jesús, pero la su esposa si es de la fe, entonces ella ya ha aprendido de la humildad y sumisión de Jesús, y puede con su modestia y respeto testificar a su esposo de su fe.

1 Pedro 3:3 “Que no sea lo externo de ustedes lo que más cuiden, no sean elaborados peinados, adornos de oro, tampoco se pongan vestidos del mundo”
1 Pedro 3:3 “Vuestro atavió no sea el externo de peinados ostentosos, adornos de oro, o de vestidos lujosos”
Las esposas de fe tienen relación con Jesús, desde que valoraron Su historia, especialmente en la cruz, desde entonces, el Espíritu obra poco a poco, en la medida que ellas comprendan que el Salvador murió para que lleguen a ternen comunión con Dios, y se cumpla lo que Jesús pidió que los creyentes sean Uno con El. En ese tiempo, las esposas empiezan a dar más atención a su belleza interior.

1 Pedro 3:4 “Sino de lo íntimo del corazón humano, en lo incorruptible, el ornato de la humildad, paciencia en presencia del Espíritu, es precioso ante Dios”
1 Pedro 3:4 “Sino el interno del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible que es de gran estima delante Dios”
Dios estima las diversas maneras en las que el amor se expresa, que son la misericordia, la paciencia, la tolerancia, la compasión, enmarcadas en la humildad y en la afabilidad. Y toda esposa o esposo llega a ser canal de Dios desde que acepte que Jesús, al recibir los pecados de la humanidad recibió a todo humano, sin importar la maldad de sus pecados. Es decir, todos podemos llegar a ser canales del Padre.

1 Pedro 3:5 “También en otro tiempo las mujeres sin tacha que esperaban en Dios se adornaban a sí mismas subordinándose a sus esposos”
1 Pedro 3:5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos”
Las esposas de los patriarcas tenían como objetivo espiritual el subordinarse a sus esposos, no como una criada a su amo, sino enfocadas en el orden que Dios estableció para que el hogar camine en orden y en paz. El orden que puso Dios entre Él y la humanidad de fe es, Dios es la cabeza del Mesías, el Mesías cabeza del esposo creyente y este cabeza de la esposa que ha aceptado la historia de Jesús.

1 Pedro 3:6 “Así Sara se subordino a Abraham, llamándole señor. Ustedes han llegado a ser hijas espirituales de ella si hacen lo bueno y sin temer que algo les alarme”
1 Pedro 3:6 “Como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor, de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien sin temer ninguna amenaza”
La sumisión al esposo es vista como una afrenta a la esposa; pero la obediencia de una esposa es porque su esposo esta sometido a Jesús, como resultado de que el valora la sumisión de Jesús al Padre, que llego a morir en la cruz llevando los pecados de la humanidad. También, Sara es ejemplo de sumisión porque reconoció a Abraham como cabeza de su matrimonio.

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