279. El Evangelio del Amor

1 Pedro 3:7 “Ustedes esposos, igualmente cohabiten de una manera acorde al conocimiento, considerando que sus esposas son un vaso más débil, dándoles honra como coheredera de la gracia de vida, para que sus oraciones no sean frustradas”
1 Pedro 3:7 “Vosotros maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a las mujeres como a un vaso frágil, y como a coherederas de la gracia de vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”
Las obras, o frutos en el esposo al aceptar la historia de Jesús en la mente, empiezan en sus pensamientos, sentimientos, afectos, pero, después se expresan en las relaciones con los demás, primero con su esposa, luego con sus hijos, después con las otras personas; así que la medida de la fe del esposo se muestra, primero, en su relación de amor bondadoso, paciente, tolerante, con su esposa.

1 Pedro 3:8 “En conclusión, estén todos en armonía, y tengan los mismos sentimientos, amor fraternal, compasivos y bondadosos”

1 Pedro 3:8 “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándonos fraternalmente, misericordiosos y amigables”
Una vez que dado las guías para las relaciones matrimoniales, el apóstol Pedro enfoca la obediencia, resultado de aceptar la historia de Jesús, en el trato, nacido del amor del Padre, entre los de la fe, es decir no presta atención a las actividades piadosas, como asistir a la iglesia, hacer oraciones, o, a una vida virtuosa, sino en los lazos entre los creyentes, que nacen del amor divino.

1 Pedro 3:9 “No devolviendo un mal con otro mal, o un insulto con otro insulto, al contrario, bendiciendo, sabiendo esto, que fueron llamados por heredar bendición”

1 Pedro 3:9 “No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”
Estas instrucciones no son aplicables sino solo al que ha recibido la historia de Jesús para su salvación, en otras palabras, la capacidad para devolver el mal y el insulto con un bien y una bendición es el fruto de la presencia del Espíritu Santo en los pensamientos de los creyentes.

1 Pedro 3:10 “Porque el que desea la vida, amar y ver días buenos, pare su lengua del mal y sus labios no hablen engaño”

1 Pedro 3:10: Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos. Refrene su lengua del mal. Y sus labios no hablen engaño”
El apóstol Pedro, como un judío piadoso cito un pasaje del antiguo testamento, para fortalecer la enseñanza al creyente que debe abrir sus labios solo para bendecir, y no para engañar, o maldecir, porque en sus días ya era posible poner en práctica esta enseñanza del antiguo testamento, ya que a quienes escribía estaban bajo la fe, es decir el Espíritu Santo habitaba en sus pensamientos.

1 Pedro 3:11 “Apártese del mal y haga el bien, busque la paz y sígala”

1 Pedro 3:11 “Apártese del mal, y haga el bien. Busque la paz y sígala”
Los judíos de fe, a los que Pedro escribió, debían entender que apartarse del mal era reconocer que los mandamientos los unían al pecado, como en el matrimonio, la ley une a una mujer a su esposo. Por lo tanto, su fe debía abarcar que Jesús los mato en su cuerpo a la ley, para que puedan ser unidos a Él; y, simultáneamente, habrían encontrado la paz, es decir estarían en comunión con el Hijo y el Padre.

1 Pedro 3:12 “Porque los ojos del Señor están en los justos, y los oídos de El en las oraciones de ellos, pero el rostro del Señor está en contra de los que hacen el mal”

1 Pedro 3:12 “Porque los ojos del Señor están sobre los justos. Y sus oídos atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está en contra de aquellos que hacen el mal”
En este pasaje de los salmos el significado de “justo” es diferente al de las cartas de Pablo. Aquí “justo” es el que obedece la ley. En las cartas de Pablo “justo” es el que acepta la historia de Jesús para su salvación, y más precisamente “justo” es el que acepta que Dios descargo sus pecados en Jesús, quedando sin deuda, por esto Dios está atento a sus oraciones.

1 Pedro 3:13 “¿Y quién podrá hacerles daño, si han llegado a ser imitadores del bueno?

1 Pedro 3:13 “¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?
Pedro hace esta pregunta retórica, para resaltar que los que tienen a Jesús como salvador, cuando son presionados mentalmente con tentaciones para volver bajo la ley, o sea, para forzar su mente a luchar para no romper la ley, el Espíritu les trae a la mente la historia de Jesús, que les recuerda que Él es cabeza de los creyentes, y ellos son parte de Su cuerpo, es decir, son seguidores del Maestro.