martes, 26 de septiembre de 2017

272. El Evangelio del Amor.

 1 de Pedro 1:8 “A quien aman sin verle, sin embargo, que ahora no le ven viven teniendo fe, además se alegran en El con gozo indescriptible, y le glorifican”
1 Pedro 1:8 “A quien amáis sin haberle visto, en quien, creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”
Los judíos que abrazaron la fe en el Mesías llegaron a amar a Jesús, aunque nunca le vieron, y ahora moraba en el cielo, su amor al Señor les motivaba a valorar Su historia, especialmente en la cruz, es decir no necesitaban de sus sentidos para amarle y tener fe, sino solo mantener en sus mentes fresca Su historia.

1 de Pedro 1:9 “Obteniéndose el fin de la fe de ustedes, que es la salvación de sus personas”
1 Pedro 1:9 “Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”
El blanco o propósito de retener la historia de Jesús en la mente es la salvación de la persona. La palabra traducida alma significa persona con vida. Siendo entendida la salvación como la transformación del ser mortal y corruptible en inmortal e incorruptible, que ocurrirá cuando Jesús se manifieste en las nubes.

1 Pedro 1:10 “Tocante a la salvación, los profetas indagaron diligentemente y profetizaron de la gracia para ustedes”
1 Pedro 1:10 “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron e indagaron diligentemente acerca de esta salvación”
Los profetas de la antigüedad entendieron que la salvación no era el resultado de obedecer los diez mandamientos, por esto investigaron en los libros de Moisés, y encontraron que la salvación era el fruto del amor del Padre derramado en los que eran condenados por la ley, para cubrirles con el sacrificio de Su Hijo.

1 Pedro 1:11 “Averiguando a que persona o a que tiempo se refería el Espíritu de Cristo que les testificaba de Sus sufrimientos, y después de estos, Su gloria”
1 Pedro 1:11 “Escudriñando que persona y que tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos”
Los profetas antiguos al buscar la razón de la salvación en los escritos de Moisés eran inspirados por el Espíritu del Mesías a ver la salvación de los creyentes hecha realidad en la vida y sobre todo en la crucifixión de Jesús, pero también discernían que después de Sus sufrimientos El resucitaría.

1 Pedro 1:12 “A ellos fue revelado que no se servían a ellos mismos, sino a lo que ahora se anuncia a ustedes, las buenas nuevas a ustedes en el Espíritu Santo, enviado desde el cielo, y que los ángeles anhelaban mirar”
1Pedro 1:12 “A estos se les revelo que no para si mismos, sino que para nosotros administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado desde el cielo, cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”
Los profetas como Isaías buscaron en las escrituras sobre el Mesías, por esto el escribió el capítulo cincuenta y tres de su libro, lo que Dios le revelo. También, al indagar sobre el Mesías comprendieron que no se efectuaría la salvación de la humanidad en el tiempo de ellos, sino en el futuro, cuando venga el Mesías.

1 Pedro 1:13 “Por lo tanto preparen los lomos de sus mentes, y sean sobrios hasta el fin, ustedes esperen llevar la gracia a ser revelada en el Mesías”
1 Pedro 1:13 “Por lo tanto ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesús sea manifestado”
La salvación de los creyentes, investigada en las escrituras por profetas como Isaías, se llevó a cabo cuando vino Jesús, pero culminara, cuando Jesús se manifieste en las nubes; requiere a su vez, que los creyentes sean preparados mentalmente, porque esta salvación es primero en la mente del creyente.

1 Pedro 1:14 “Como hijos sumisos, no se modelen a los apetitos, en la ignorancia de antes”
1 de Pedro 1:14 “Como hijos obedientes no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia”
Los deseos no deben controlar la conducta de los que tienen la historia de Jesús en su mente, porque esta historia tiene mucho más poder que los deseos. Los deseos controlan la mente antes de que la fe haya sido aceptada, pero una vez recibida, el Espíritu de Dios libera las facultades mentales del creyente.    

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