lunes, 4 de septiembre de 2017

269. El Evangelio del Amor

 Efesios 6:9 “Y los empleadores, trabajen con sus empleados, y desistan de las amenazas, y vean que el Señor de ellos y de ustedes esta en los cielos, y no hace acepción de personas”
Efesios 6:9 “Y vosotros amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro esta en los cielos, y para el no hay acepción de personas”
También los empleadores que valoran la historia de Jesús en la cruz deben ser bondadosos y respetuosos con sus empleados, porque el Padre de la misericordia es Dios de los jefes y de los empleados, y por el comportamiento de ambos quiere estar en medio de ellos, porque donde hay misericordia y bondad allí esta Dios.

Efesios 6:10 “Lo que resta, hermanos míos, sean fortalecidos en el Señor, y en la fuerza de su poder”
Efesios 6:10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de Su fuerza”
Cambia de tema el apóstol, y les ordena a los de la fe que acepten la fuerza del poder que tuvo Jesús en esta tierra para enfrentar a los poderes del mal. Para que los creyentes se humillen y acepten recibir el poder del Señor, antes deben haber fracasado al intentar obedecer los diez mandamientos.

Efesios 6:11 “Vístanse de toda la armadura de Dios para que les sea posible permanecer de pie contra las mentiras del diablo”
Efesios 6:11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”
La influencia del diablo en la mente, en los pensamientos, afectos, emociones es poderosa y el creyente no tiene la capacidad de enfrentarla, por esto es necesaria, la armadura de Dios. Surge la pregunta ¿Dios tiene una armadura? Porque las armaduras son para luchar, entonces ¿Dios está en un combate?

Efesios 6:12 “porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principales, contra autoridades, contra el príncipe de este mundo de tinieblas de este tiempo, contra espíritus del mal en la altura”
Efe 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
Los que tienen en su mente la historia de Jesús, especialmente en la cruz, han sido trasladados del reino de las tinieblas al reino de Jesús, entonces son considerados como enemigos por satanás y por los poderes del mal que predominan en este mundo, es decir, sus enemigos no son humanos.

Efesios 6:13 “Por esto tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y después de resistirle en todo, puedan estar de pie”
Efesios 6:13 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”
El de la fe debe resistir al diablo, no apoyándose en su deseo de obedecer a Dios, sino descansando en que Jesús “freno” al pecado en su mente, “venció” al pecado al apropiarse de nuestros pecados en su cuerpo, sin que logren apartarlo del amor del Padre, y finalmente “rompió” con el pecado al matarnos a la ley.

Efesios 6:14 “Por consiguiente, Párense firmes ceñidos los lomos en la verdad, vestidos con la coraza de justicia”
Efesios 6:14 “Estad firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, vestidos con la coraza de justicia”
Las armas de Dios para que los creyentes resistan los poderes del mal son, la verdad; la verdad son los hechos y las palabras de Jesús. Además, que se cubran con la justicia de Dios. La justicia de Dios fue exhibida en el calvario, cuando Jesús murió, con los pecados de la humanidad, haciéndolo inocente a todo creyente.

Efesios 6:15 “Calzados los pies, preparados para dar la buena nueva de la paz”
Efesios 6:15 “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”
El que tiene la historia de Jesús en su mente no solo debe resistir al diablo con las armas de Dios, sino también agredir al enemigo, estando preparado para explicar la victoria de Jesús a satanás y al pecado, como cabeza de la humanidad creyente, para así asegurar el establecimiento futuro del reino de Dios en la tierra.

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