Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros unos de los otros”
Siendo
Jesús la Cabeza de los creyentes, estos pueden expulsar de si la mentira que
enmarca sus vidas. Empezando por las mentiras familiares, siguiendo por las
personales y las religiosas; con el fin de que ellos se hablen la verdad, y
sean como las células, que se comunican sin engaños, a fin de que el cuerpo funcione
con armonía.
Efesios
4:26 “Tengan rabia, pero no pequen; no se ponga el sol sobre la rabia de
ustedes”
Efesios 4:26 “Airaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”
La
ira es un estado emocional con el que se responde a injusticias, al miedo, a
una frustración, o a heridas. Si la ira se mantiene dentro de los límites de la
misericordia y la tolerancia, esta no separa de Dios. Tampoco, esta clase de
ira será de larga duración.
Efesios
4:27 “Ni den espacio al diablo”
Efesios 4:27 “Ni deis lugar al
diablo”
El
diablo presiona la emoción de la ira hasta el punto de que una persona abandone
la misericordia y la tolerancia, o sea hasta que esta se aleje de Dios, y él
tenga un espacio en los pensamientos, ideas e intenciones de esa persona. Es
decir, la ira puede ser una avenida del diablo a la mente.
Efesios
4:28 “El que roba, no robe más, mejor trabaje haciendo lo bueno con sus manos,
a fin de que tenga para compartir con el que tiene necesidad”
Efesios 4:28 “El que hurtaba, no
hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga
que compartir con el que padece necesidad”
Las
personas que aceptaron la historia de Jesús, al oír las enseñanzas de Pablo,
eran mentirosos, dados a la ira, ladrones, o sea, eran pecadores comunes, no
venían de clases piadosas, pero al apreciar el amor de Dios, dado en Jesús,
fueron capacitados por el Espíritu para seguir el camino de la misericordia y
la caridad.
Efesios
4:29 “Ninguna palabra mala salga de la boca de ustedes, sino la buena, para
edificación, de acuerdo con la ocasión, a fin de que de gracia a los que la
escuchan”
Efesios 4:29 “Ninguna palabra
corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”
Jesús
revelo que de la abundancia de la mente habla la boca. Entonces, las palabras
del apóstol no son para los que dependen de su obediencia a la ley, y no de la
obediencia de Jesús, es decir, Él no es su Cabeza. Por lo tanto, este mandato
es solo para los que son el cuerpo del Señor.
Efesios
4:30 “Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, en quien fueron sellados para
el día de la redención”
Efesios 4:30 “Y no contristéis al Espíritu
Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”
Los
que han aceptado la historia de Jesús han recibido el Espíritu Santo, Quien los
acompaña siempre; por eso las palabras hirientes de un creyente lo entristecen.
Por otro lado, la presencia del Espíritu Santo en los de la fe es la garantía
para ser liberados de la tierra, por Jesús, cuando ocurra la parusía.
Efesios
4:31 “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y
toda malicia”
Efesios 4:31 “Fueron quitadas de
ustedes toda amargura, enojo, pasiones violentas, gritería, hablar mal de Dios,
así como toda maldad”
En
la traducción literal de este versículo, el verbo quitar está en pasado, en voz
pasiva, lo que significa, que Dios quito los pecados de la humanidad y los
cargo en Jesús. Es decir, quito del hombre todo lo que lo separa de Él, esto es
lo que le alejaba de la misericordia, bondad, perdón divino, y lo hacía sin
misericordia.
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