Dios es amor, y se manifiesta a los hombres por medio de Espíritu Santo, en forma de misericordia, compasión, bondad, tolerancia, pero con sencillez, casi en secreto. Este amor, debe fluir a los demás, de los que prestan atención a la historia de Jesús. Pero odiando el mal, y unidos mentalmente al bien.
Romanos 12:10 “Ámense fraternalmente
unos a otros, hónrense y prefiéranse unos a otros”
Dios
quiere que los que caminan por el sendero de la fe, vayan adelante, en ser
canales del amor a sus compañeros creyentes. En otras palabras, Dios quiere que
cada uno tome la iniciativa para ser compasivo, bondadoso y tolerante con los
que tienen en su mente la historia de Jesús.
Romanos 12:11 “Sean diligentes, y no
lentos, de espíritu ferviente, sirviendo al Señor en toda ocasión”
Los
que dan importancia a la historia de Jesús en la cruz, deben hacer sus
actividades diarias con eficiencia. Para alcanzar este objetivo, es necesario
que cada día cultiven un espíritu esforzado, de esta manera sirven al Señor.
Romanos 12:12 “Alegres en la
esperanza, soportando la angustia, orando con atención”
La
esperanza del creyente es la venida de Jesús, sorpresiva, como ladrón en la
noche, para resucitar a los creyentes muertos y hacerles inmortales a los
vivos. Esta esperanza debe ser con alegría. Así mismo, los que tienen esta
esperanza son pacientes en el sufrimiento, y tienen una comunicación
inteligente con el Señor.
Romanos 12:13 “Compartiendo para las
necesidades de los santos, practicando la hospitalidad”
Los
que tienen la historia de Jesús en su mente, deben ser sensibles a las necesidades
de los creyentes pobres. Por otro lado, en lugares donde no hay hoteles, la
hospitalidad a los que tienen la misión de ensenar los efectos de la historia
de Jesús en los creyentes, es valiosa.
Romanos 12:14 “Bendigan a los que los
persiguen. Bendigan y no maldigan”
Para
bendecir siendo perseguido es necesario haber recibido el Espíritu Santo, es
decir estar en comunión con Dios- fruto de la fe en la historia de Jesús-
porque la bendición nace del Padre. En otras palabras, bendecir al que persigue
es ponerle en el ámbito de Dios. Al contrario, el deseo de hacer el mal nace
del malo.
Romanos 12:15 “Alégrense junto con
los que están alegres, lloren junto con los que lloran”
Participar
de las alegrías y de los sufrimientos de otros se llama compasión. Dios se hizo
hombre, para participar de las debilidades y pecados del hombre, hacerle amigo
del Padre, y participarle Su Espíritu, para que el hombre sea canal de la
compasión divina, es decir sea compasivo con los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario