Jesús revelo que la mente es la causa de sufrimiento y corrupción. Por eso, la salvación que Dios hizo en Jesús se enfocó en la mente, gracias a que mato al creyente a la ley, en el cuerpo de Jesús, para unirlo a Él como si fuera Su cuerpo, y El, la cabeza, es decir, para que el creyente tenga la mente del Salvador.
Romanos 12:17” No devuelvan el mal con un mal. Al contrario, hagan el bien a
todos los hombres”
Devolver el mal con el bien es el resultado de haber aceptado, que, en el Getsemaní, Dios descargó los pecados de la humanidad, en Su Hijo. Es decir, es el fruto de la fe, de que antes de cometer los pecados, Dios ya nos perdonó. Entonces al pagar el mal con el bien es repetir la obra del Padre.
Romanos 12:18 “Si depende de ustedes,
cultiven la paz con todos los hombres”
El
creyente, en sus relaciones con sus prójimos, debe ser tolerante, bondadoso y
compasivo, imitando la amistad de Jesús a los demás. Pero antes, debe tener en
su mente la historia de Jesús en la cruz, y de este modo tendrá amistad con
Dios, y la paz con sus prójimos brotará sola.
Romanos 12:19 “Amados, no se venguen,
sino den espacio a Su ira, porque está escrito. “Mío es el castigo, Yo daré el
pago, dice el Señor”
Cuando
un creyente es ofendido, atacado, su reacción puede ser defenderse, o vengarse.
Es decir, si la ofensa fue grave, querrá vengarse. Pero, el Espíritu Santo que
mora en él, traerá a su mente pensamientos de la mansedumbre de Jesús, y podrá
dar lugar a que el Padre, por lealtad al creyente, asuma su defensa.
Romanos 12:20 “Si tu enemigo esta
hambriento, aliméntalo. Si sediento, dale de beber. Así estas apilando carbones
encendidos sobre su cabeza”
El
de la fe que socorre a su enemigo en necesidad, es un canal de la misericordia
y compasión de Dios, y el Padre permanece en él, y el en el Padre. Por otro
lado, deja espacio para el castigo de Dios, es decir el misericordioso con su
enemigo, amontona el fuego para que Dios purifique, o destruya a este.
Romanos 12:21 “No te domine el mal,
sino subordina al mal con el bien”
El
mal domina pensamientos, intenciones, afectos, sentimientos de todos. Otro punto,
Jesús sufrió ese problema, porque nació bajo la ley, pero, el Espíritu Santo le
recordaba las palabras del Padre, para su misión, y Jesús reemplazaba el mal
con las palabras del Padre. También, el Espíritu presenta la historia de Jesús
en el creyente, para que reemplace al mal.
Romanos 13:1 “Toda persona,
libremente subordínese a la autoridad, porque no hay autoridad, sino de Dios,
pues la autoridad que existe de Dios es puesta”
La
palabra autoridad, en griego, es un verbo. Entonces la “acción” de ejercer
autoridad viene de Dios, para que hombres ejerzan autoridad, y ordenen que las relaciones,
entre la gente, sean reguladas. Pero si se traduce que autoridad es una
persona, entonces los gobernantes injustos, tendrían a Dios como cómplice.
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