sábado, 20 de agosto de 2016

216. El Evangelio del Amor.

Romanos 6:17 “Por la gracia de Dios, ustedes que eran esclavos del pecado, han oído atentamente las instrucciones dadas e impresas en sus corazones”
La misericordia de Dios, o sea la gracia obra en la mente de muchos para que oigan con atención la historia de Jesús en la cruz, y esa historia queda como impresa en sus pensamientos, y los libera del poder del pecado.

Romanos 6:18 “Y habiendo sido libertados del pecado ustedes fueron hechos siervos de la justicia”
El pecado es la semilla que satanás puso en Adán cuando cayó, luego paso a toda la humanidad. Y de esta brota toda la maldad humana. Por otro lado, Jesús al morir nos separó de los 10 mandamientos, y así nos libró del pecado. -Jesús nos liberó para ser canales del amor divino.

Romanos 6:19 “…tal como pusieron sus sentidos para ser esclavos de la impureza e iniquidad, de mismo modo, ahora ofrezcan sus sentidos para servir a la justicia y a la pureza”
Siendo esclavo del pecado, la motivación para disponer los sentidos es la búsqueda de la complacencia propia; al contrario, libres del pecado, el motivo para disponer los sentidos para servir a la justicia y a la pureza es el amor de Jesús que nos mueve a la abnegación.

Romanos 6:20 “Porque cuando eran esclavos del pecado eran libres de la justicia”  
Antes de prestar atención a la historia de Jesús en la cruz, cuando el pecado era el señor de una persona, esta vivía haciéndose buenos propósitos y rompiéndolos. Entonces no se sentía responsable de ser un canal del amor misericordioso y compasivo. 

Romanos 6:21 “¿Que frutos tenían entonces? De los cuales ahora se avergüenzan; porque el fin de estos es la muerte”
Antes de llegar a dar importancia a la historia de Jesús en la cruz, es difícil analizar con imparcialidad los frutos de la vida, pero después al haber aceptado la remisión de los pecados, gracias a la muerte de Jesús, al volver a mirar esos frutos ya no se desea recordarlos.

Romanos 6:22 Habiendo sido liberados del pecado, y hechos siervos de Dios, tienen el fruto de la pureza, cuyo fin es de la vida eterna”
Jesús fue crucificado después que acepto los pecados de la humanidad; de esta forma libero del pecado al hombre que cree Su historia, además le cubrió con Su inocencia, como con un vestido. El Padre considera que este es el fruto del hombre de fe, para que pueda vivir para siempre.

Romanos 6:23 “El pago que da el pecado es la muerte, al contrario, el regalo de amor de Dios es la vida eterna en Jesús, el Mesías, nuestro Señor”
El pago del pecado es separación, primero entre el hombre y Dios, segundo separa al hombre de sus semejantes, peleas, clases sociales, separación racial, y tercero separa el espíritu del cuerpo. Pero el regalo de Dios en Jesús es la unión con Dios, la unión con los semejantes y la resurrección del que retiene la historia de Jesús en la cruz.

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