sábado, 13 de agosto de 2016

215. El Evangelio del Amor.

 Romanos 6:10 “Respecto a que El murió, al pecado murió una vez. Respecto a que Él vive, para Dios vive”
La diferencia entre la muerte de Jesús, de la muerte del resto de la humanidad es que el hombre muere para cumplir la tercera etapa del proceso de la muerte; pero Jesús murió al pecado, es decir lo venció. Así mismo ahora vive para hacer la voluntad de Padre, que es unir al hombre para cubrirle con Su muerte.

Romanos 6:11 “Y de manera semejante, ustedes mismos tómense como que están muertos, pero que en Jesús el Mesías están vivos para Dios”
La muerte es un proceso: primero separa al hombre de Dios, después separa al hombre de su prójimo, y finalmente separa el cuerpo del espíritu. Entonces tengamos presente que Jesús murió para separar en nuestra mente el pecado de nuestros pensamientos, y así nuestra mente es libre y unida a Él.

Romanos 6:12 “Por lo tanto no reine el pecado en el cuerpo mortal de ustedes, para que no presten atención a sus lascivias”
El pecado reina, o domina al hombre uniendo sus apetitos (del pecado) con los pensamientos regulares de la mente del hombre. Por esto, Jesús murió para que el hombre ceda al Espíritu Santo que está en su mente y separe sus pensamientos de las lascivias del pecado, mediante pensamientos de la muerte del Hijo.

Romanos 6:13: “Tampoco pongan sus sentidos como instrumentos de iniquidad y pecado, sino pónganse ante Dios como vivos entre los muertos, y los sentidos ofrezcan a Dios como instrumentos de justicia”
Entonces hay que recordar que gracias a que los creyentes prestan atención al sacrificio de Jesús, han aceptado el Espíritu Santo, es decir están bajo Su influencia, por eso sus sentidos son canales de la misericordia, compasión y de justicia, es decir están vivos para Dios.

Romanos 6:14 “Porque el pecado no tiene poder sobre ustedes, ya que no están bajo la ley, sino bajo la gracia”
La muerte de Jesús acabo con el poder del pecado en los que prestan atención a la historia de la cruz. Según este versículo el poder del pecado está en la ley, pero este poder fue vencido por la gracia, es decir por el amor misericordioso del Padre derramado a través de Jesús crucificado en los de la fe.

Romanos 6:15 “¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia?
El pecado y la gracia son opuestos, porque el pecado hace que el hombre viva para sí mismo, al contrario, la gracia, es decir el amor misericordioso de Dios le guía al hombre a negar en si lo que no es para vida abundante, o sea, a decir no a lo que le aparta del Espíritu Santo.

Romanos 6:16 “No saben que cuando ustedes se someten a alguien para obedecerle, son siervos del que obedecen, si del pecado para muerte, y la otra opción es obedecer a la justicia”
 Al estar bajo la ley se está obligado a pecar, pero al estar bajo la gracia la facultad de elegir se activa, es decir hay libertad para elegir en cada tentación, entre repasar que Jesús recibió los pecados de la humanidad, y nos lavó con su sangre, además nos mató a la ley, o, tratar de obedecer los 10 mandamientos.

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