La diferencia entre la muerte de Jesús, de la muerte del resto de la humanidad es que el hombre muere para cumplir la tercera etapa del proceso de la muerte; pero Jesús murió al pecado, es decir lo venció. Así mismo ahora vive para hacer la voluntad de Padre, que es unir al hombre para cubrirle con Su muerte.
Romanos
6:11 “Y de manera semejante, ustedes mismos tómense como que están muertos,
pero que en Jesús el Mesías están vivos para Dios”
La muerte es un proceso: primero separa al hombre de
Dios, después separa al hombre de su prójimo, y finalmente separa el cuerpo del
espíritu. Entonces tengamos presente que Jesús murió para separar en nuestra
mente el pecado de nuestros pensamientos, y así nuestra mente es libre y unida
a Él.
Romanos
6:12 “Por lo tanto no reine el pecado en el cuerpo mortal de ustedes, para que
no presten atención a sus lascivias”
El pecado reina, o domina al hombre uniendo sus
apetitos (del pecado) con los pensamientos regulares de la mente del hombre.
Por esto, Jesús murió para que el hombre ceda al Espíritu Santo que está en su
mente y separe sus pensamientos de las lascivias del pecado, mediante
pensamientos de la muerte del Hijo.
Romanos 6:13:
“Tampoco pongan sus sentidos como instrumentos de iniquidad y pecado, sino
pónganse ante Dios como vivos entre los muertos, y los sentidos ofrezcan a Dios
como instrumentos de justicia”
Entonces hay que recordar que gracias a que los
creyentes prestan atención al sacrificio de Jesús, han aceptado el Espíritu
Santo, es decir están bajo Su influencia, por eso sus sentidos son canales de
la misericordia, compasión y de justicia, es decir están vivos para Dios.
Romanos
6:14 “Porque el pecado no tiene poder sobre ustedes, ya que no están bajo la
ley, sino bajo la gracia”
La muerte de Jesús acabo con el poder del pecado en
los que prestan atención a la historia de la cruz. Según este versículo el
poder del pecado está en la ley, pero este poder fue vencido por la gracia, es
decir por el amor misericordioso del Padre derramado a través de Jesús
crucificado en los de la fe.
Romanos
6:15 “¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la
gracia?
El pecado y la gracia son opuestos, porque el pecado
hace que el hombre viva para sí mismo, al contrario, la gracia, es decir el
amor misericordioso de Dios le guía al hombre a negar en si lo que no es para
vida abundante, o sea, a decir no a lo que le aparta del Espíritu Santo.
Romanos
6:16 “No saben que cuando ustedes se someten a alguien para obedecerle, son
siervos del que obedecen, si del pecado para muerte, y la otra opción es obedecer
a la justicia”
Al estar bajo
la ley se está obligado a pecar, pero al estar bajo la gracia la facultad de
elegir se activa, es decir hay libertad para elegir en cada tentación, entre
repasar que Jesús recibió los pecados de la humanidad, y nos lavó con su
sangre, además nos mató a la ley, o, tratar de obedecer los 10 mandamientos.
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