domingo, 7 de agosto de 2016

214. El Evangelio del Amor.

 Romanos 6:3 “¿O no saben que todos los que hemos sido bautizados en Jesús el Mesías, hemos sido bautizados en su muerte?
Pablo recibió la revelación de que el bautismo cobro un sentido más profundo que el de Juan el bautista, porque el agua simboliza la muerte de Jesús; es decir los que han creído que Jesús cargo los pecados en su cuerpo a la cruz, donde murió, se han unido a Su muerte en el agua del bautismo; y figuradamente quedan cubiertos por Su muerte, es decir quedan muertos al pecado.

Romanos 6:4 “Es decir, hemos sido sepultados junto a Él, por medio del bautismo para muerte, con el fin de que como el Mesías resucito de los muertos por medio de la gloria del Padre, para que nosotros caminemos en una vida nueva”
Dios emplea el agua, en la cual es sumergido el que presta atención a la historia de la muerte de Jesús, para sembrar en su mente el pensamiento de que al ser hundido en el agua es cubierto por la muerte de Jesús, y es muerto al pecado, para ser capacitado para vivir una vida animada por la misericordia y bondad del Padre.

Romanos 6:5 “Entonces hemos sido unidos a Él en la semejanza de Su muerte, y también nos une en la semejanza de su resurrección”
El punto principal es aceptar que Dios nos salvó en Jesús. Por esto el Padre puso los pecados de la humanidad en El, después fue crucificado y murió; y luego resucito.  Dios nos une a esta salvación, al aceptar la historia de la muerte y resurrección de Jesús, y al bautizarnos como señal de esta aceptación.

Romanos 6:6 “Sabiendo esto que nuestro hombre vejo fue crucificado con El, para que sea inactivado el cuerpo de pecado, a fin de que no seamos siervos del pecado”
Dios entrego a Su Hijo para ser crucificado, después de haber puesto en El los pecados de la humanidad, para que Su cuerpo sea inmovilizado por los clavos en las manos y los pies, y venza a nuestros pecados. -  Y esto para que los de la fe ya no sean esclavos del pecado, y vivan siendo canales de la misericordia de Dios a los demás.

Romanos 6:7 “Porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado”
Jesús cargo los pecados del mundo, y acabo con el pecado y los pecados del mundo, al morir. Pero El murió justo, porque en la cruz lucho contra los pecados por Su fe en las instrucciones que el Padre le dio. Gracias a Su sacrificio, Dios los tiene como inocentes a los que creen en esta historia.

Romanos 6:8 “También si hemos muerto junto a Cristo, tenemos fe que viviremos con El”
Para entender este versículo, lo primero que se debe tener en cuenta es que Dios nos salvó en Jesús.  Por esto el Padre le une a la muerte de Su Hijo al que presta atención al significado de esta; también le une a Jesús resucitado, para que camine con El, el resto de su vida.     

Romanos 6:9 “Conociendo que el Mesías resucito de los muertos, no morirá otra vez. Es decir, la muerte ya no tiene dominio sobre El”
Para valorar este pasaje hay que recordar que el Padre le hizo a Su Hijo cabeza de la humanidad de fe. Así que, porque Jesús resucito, y la muerte no tiene poder sobre El, también todos los que oigan con atención Su historia resucitaran, para vivir eternamente con El.

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