martes, 8 de septiembre de 2015

229. Dios es Amor

Juan 13:31 “Si Dios es glorificado en El, Dios también le glorificara en El mismo, y le glorificara pronto”
 Jesús les dijo a sus discípulos en la cena pascual, que gracias a que Él se sacrificara, y será  el Cordero de Dios que cargara los pecados del mundo;  el Padre perdonara los pecados de la humanidad, y   cubrirá al hombre con Su amor misericordioso, por esta razón, dijo Jesús,  que el Padre le permitirá,  pronto resucitar y volver al cielo, a Su trono.

Juan 13:33 “Estaré un poco más de tiempo con ustedes; Me buscaran, y como dije a los judíos, ahora les digo a ustedes: Donde Yo voy ustedes no pueden venir”
Jesús  les dijo que ellos van tener Su compañía por poco tiempo, después ira al cielo,  junto a Dios. El Señor quería asegurarse  que ellos  sepan que Él no iba a quedarse en la tierra, e iniciar Su reinado. Esto les aclaro, porque los rabinos les decían  a los judíos  que cuando venga el Mesías  reinara desde Jerusalén sobre toda la tierra; los discípulos también tenían esta esperanza.

Juan 13:34 “Un mandamiento nuevo les doy, para que se amen unos a otros: Como yo les he amado, así también ámense unos a otros”
Este mandamiento no existía en los días de Antiguo Testamento, pero desde el instante que Jesús hablo estas palabras, el mandamiento quedo vigente. Por otro lado, a pesar que  Jesús regresaba al cielo,  este mandamiento aseguraba Su presencia en ellos, porque Dios es amor; por consiguiente,  Dios está presente donde se ama, con el amor compasivo, y misericordioso que Jesús amo a sus discípulos.

Juan 13:35 “En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se aman unos a otros”
Los discípulos nunca pudieron olvidar el amor abnegado del Maestro, porque nadie  hubo que ensenara lo que es amar con misericordia, sino Jesús, cuando fue azotado, y murió clavado en una cruz. Por otro lado,  el Maestro estaba confiado que el Padre le sostendría,  para culminar desde la cruz,  la enseñanza  de la asignatura del amor abnegado, a sus discípulos.

Juan 13:37,38 “Le dijo Pedro: Señor ¿Por qué no puedo seguirte ahora? ¡Yo daré mi vida por ti! Jesús le dijo ¿Tu vida darás por Mi? En verdad te digo que no cantara  el gallo, sin que me hayas negado tres veces”
Pedro quería seguir a Jesús, para protegerle, porque sabía que los judíos querían matarle. Aunque el apóstol dijo esto a Jesús con sinceridad, el Señor tuvo que anticiparle, que al contrario, le iba a traicionar negando  que Le conocía; junto con esto, el Señor le dio palabras de consuelo, revelándole  que había rogado al Padre, para que no falle su fe.

Juan 14:1 “No se agite la mente de ustedes; tienen fe en Dios, tengan fe en Mi”
Los discípulos estaban muy preocupados porque el Señor les iba de dejar; pensaban que iban a quedar abandonados sin su Maestro. Jesús, entonces empezó a explicarles porque no iban a estar solos. Primero les dijo que si tenían fe en el Padre, igualmente debían tener fe en El, o sea, les dijo que debían confiar en sus palabras, como confiaban en las palabras del Antiguo Testamento.

Juan 14:2 “En la casa de Mi Padre están muchas mansiones, porque si no, les hubiera dicho: Voy a preparar  lugar para ustedes”
Jesús les avisa a los discípulos que se va al cielo para acomodar la residencia para ellos. Para entender este anuncio hay que tener presente la parábola de las 10 vírgenes de Mat 25 y la boda del Cordero de Apocalipsis 19, entonces se aprecia que ellos y todos los de la fe van a ser llevados al cielo, para que asistan a las bodas del Cordero, y después acompañen a Jesús al regresar para gobernar la tierra. 

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