Jesús es el Verbo encarnado, entonces podía dar vida. Sin embargo, El revelo que no podía usar Su poder divino independiente del Padre, por esto Le pidió permiso para dar vida a Lázaro. Esta es la razón, por la que dio gracias a Dios por permitirle resucitar a Su amigo. Por otro lado, el Señor recibió la respuesta del Padre a Su petición, cuando las hermanas le enviaron a avisar que Lázaro estaba enfermo.
Juan 11:42 “Yo sabía
que siempre me oyes; pero Lo dije para beneficio de la multitud que me rodea,
para que tengan fe que Tú Me has enviado”
Jesús aclaro que Su oración la hizo audible, para ayudar a
que la multitud sepa y tenga fe que Él estaba al servicio del Dios infinito. El
Padre Le había enviado a la tierra para
mostrar Su misericordia y compasión al hombre mortal. Así que Jesús no era un predicador común, porque el
Padre estaba unido con El, por eso el contenido de su mensaje era para vida, y por las obras que hizo.
Juan 11:43 “Habiendo
dicho esto, grito con voz fuerte: Lázaro sal fuera”
Jesús había dicho que sus palaras eran vida. Ahora, frente
al sepulcro se comprobaría si Sus palabras daban vida; por
esta razón, también el Señor ordeno
a Lázaro salir del sepulcro. Esta feliz historia nos ayuda a los
mortales a esperar el día que, la misma
voz que mando a Lázaro abandonar su tumba, nos mande salir de nuestros
sepulcros, para vivir eternamente.
Juan 11:44 “Y el que había
estado muerto salió atados los pies y las manos con vendas, y el rostro
envuelto en un sudario. Jesús les dijo: desátenlo
y dejen que se vaya”
A la orden de Jesús,
Lázaro resucito y salió de la cueva que fue su sepulcro. El asombro de las
personas presentes fue grande. Sin embargo, la reacción del que salió de las
tinieblas, tan solo nos podemos imaginar, porque no hay registrado ningún comentario suyo del
mas allá. Pero lo que si quedo claro para todos es que las palabras de Jesús son vida, y le volvieron
a la vida a Lázaro.
Juan 11:45 “Entonces
muchos de los judíos que habían venido a ver a María, presenciaron lo que Jesús
había hecho y tuvieron fe en El”
María era popular en Jerusalén y en las áreas aledañas, por
eso vinieron a visitarla muchos judíos. Estos
tuvieron la oportunidad de sus vidas: ver la resurrección de Lázaro. Solo entonces le aceptaron a Jesús como el Mesías
prometido a Israel, sin embargo, poco días después, muchos se decepcionaron al
ver Su muerte en la cruz, porque el Mesías que
esperaban era un rey judio que expulsara a los romanos.
Juan 11:48 “Si lo
dejamos seguir, todos van a tener fe en El, y vendrán los romanos y nos
quitaran el lugar donde esta nuestro templo, y a nuestra nación”
La noticia de que Jesús había resucitado a Lázaro se
extendió y pronto llego al sanedrín, el cuerpo dirigente religioso de Israel. Los del sanedrín
razonaron, que pronto todos reconocería que Jesús es el Mesías, el rey de Israel; esto significaría
el rechazo de los judíos al emperador
romano, como su rey, entonces los
romanos descargarían su ira sobre Israel,
destruyendo su templo y su nación.
Juan 11:49,50 “Pero
uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote ese año, les dijo: Ustedes no
saben nada. Ustedes no ven que es más conveniente que un hombre muera por el
pueblo, y que no perezca la nación”
Caifás el sumo sacerdote de turno, les pidió razonar a los
miembros del sanedrín, para que vean que la manera práctica de resolver el problema de que Jesús haya hecho milagros y prodigios,
incluyendo la resurrección de Lázaro, era entregar a Jesús a los romanos, por
ser culpable, por sus milagros, de haber enajenado la lealtad de los judíos al Cesar, y atraído a Si, para ser reconocido rey de
los judíos.
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