Al oír a Jesús, Marta confeso su fe en El, en otras palabras le reconoció como el Señor. Para valorar el significado de Señor hay que recordar que Marta hablaba hebreo, o sea le dijo “Adonay” que se traduce al griego “Señor” y no solo le dijo Señor sino también Hijo de Dios, es decir reconoció Su divinidad. Así mismo, ella entendió que Jesús era el “prometido” por eso dijo “el que viene a este mundo”
Juan 11:32 “Vino María
donde estaba Jesús, Lo vio y se arrojó a sus pies, diciendo: Señor si hubieras
estado aquí, mi hermano no habría muerto”
Marta aviso a su hermana que Jesús estaba allí,
entonces María fue donde Jesús y confeso
su fe en El. Ella había escuchado las enseñanzas de Jesús, porque Lo siguió por
un tiempo, después que El expulso de ella varios demonios, es decir conocía por
experiencia propia Su poder, por esto le dijo “si hubieras estado aquí, mi
hermano no hubiera muerto” sin embargo, desconocía
Su autoridad sobre la muerte.
Juan 11:33 “Cuando Jesús
la vio llorando, y a los judíos que le acompañaron también llorando se indignó
su espíritu y se agito íntimamente”
María y los judíos que vinieron con ella lloraban. Este
cuadro enardeció a Jesús, e interiormente le sacudió. El motivo fue que Jesús al ver el dolor que sentían María y sus
amistades por la muerte de Lázaro, sufrió un golpe espiritual, tembló
íntimamente por la muerte, no solo de Lázaro,
sino también por este flagelo que sufre toda la humanidad. Por eso El vino para
dar vida al hombre mortal.
Juan 11:34, 35 “¿Y dónde
le pusieron? Pregunto Jesús. Ellos le
respondieron: Señor ven y ve. Entonces Jesús lloro”
Jesús quería ir al sepulcro de Lázaro, y pregunto a María y
a sus acompañantes el lugar en que estaba, y cuando iban a indicarle, el Señor rompió en llanto, Su dolor era muy
grande, al considerar que la victoria de la enfermedad y la muerte sobre la
salud y la vida era total, porque nada detenía
la corrupción del cuerpo. En otras palabras lloro, porque la vida de todos acaba, y de manera tan indigna.
Juan 11:36,37
“Entonces lo judíos decían: Miren cuanto le amaba. Pero algunos de ellos preguntaron ¿Este que abrió los ojos del
ciego, porque no evito que muriera?
El llanto de Jesús por la muerte de Lázaro tuvo dos lecturas,
la una: Jesús lloro por Su gran aprecio a Lázaro; la otra, fue de duda de Su amistad con el fallecido. Los que sembraron la
duda querían decir que si el afecto de Jesús
a su amigo hubiera sido verdadero habría
venido en seguida, tan pronto supo que él estaba enfermo, sin esperar tantos días,
hasta que muera.
Juan 11:38, 39 “Jesús fue conmovido nuevamente. Después fue al sepulcro, este era una cueva tapada
con una piedra, entonces Jesús dijo: Quiten la piedra. Pero Marta, hermana del
que había muerto, le dijo: Señor, ya huele mal,
porque esta aquí desde hace cuatro días.”
Dos veces el Señor fue estremecido, una, por la muerte de Lázaro, y otra, por el triste destino del hombre. Esta tercera
vez Jesús fue agitado, porque estaba cerca de morir para salvar a la humanidad.
Por otro lado, Marta, al oír la orden del Señor, le advirtió del mal olor que
despediría el sepulcro abierto; ella
dijo esto por no tener en cuenta que el Maestro le dijo: Yo soy la resurrección
y la vida”
Juan 11:40 “Le dijo Jesús:
¿No te dije que si tienes fe, veras la gloria de Dios?”
La fe de Marta en Jesús debía crecer, porque aunque ella si tenía
los primeros elementos de la fe, esto es que Jesús era el Masías, el Hijo de
Dios, sin embargo cuando el Señor le dijo que era la “resurrección y la vida”
ella no presto atención a esas palabras, por eso no procedió de acuerdo a esa
realidad. Esto explica porque ella no
considero necesario que se quitara la piedra que cubría el sepulcro.
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