El nuevo Testamento declara que nadie alcanza la vida eterna
por obedecer los 10 mandamientos, pero también afirma que la vida eterna es el
resultado de la gracia, o sea del amor misericordioso de Dios, al tener en
cuenta la historia de Jesús. Porque la ley
dada por medio de Moisés es para confirmar el fracaso del hombre para
alcanzar la vida por su obediencia. La gracia, o sea el amor de Jesús es el camino seguro a la vida eterna.
Juan 1:18 “Nadie ha
visto jamás a Dios, pero el Hijo único
de Dios, el que está en el seno del Padre lo ha exteriorizado”
Dios es amor, y es un
espíritu, es decir nadie puede verle, no obstante deja ver
Su amor en la creación, porque
todo creo para servir. Sin embargo la revelación del Padre en la creación
esta nublada por el daño causado por el hombre.
Pero Jesús vino para mostrar el amor completo del Padre a los pecadores, y este amor se valora al mirar la cruz, en la que
entrego su vida para el perdón incondicional
de los pecados de todo hombre.
Juan 1:29 “Al día
siguiente, Juan vio a Jesús viniendo a él, entonces dijo: Miren al cordero de
Dios que toma y lleva el pecado del mundo”
Con estas palabras Juan el bautista le presento oficialmente
a Jesús, el Mesías al pueblo de Israel. Les anuncio que Él era el cumplimiento
de lo que los sacrificios del templo anticiparon. Y estaba ya en la tierra para tomar y llevar los pecados no solo de los
israelitas, sino los de toda la humanidad. Ahora el que sienta la carga de los
pecados puede aceptar el perdón de Dios, porque Jesús ya llevo los pecados en
su cuerpo a la cruz, murió y resucito.
Juan 1:31”Yo no le
conocía, por eso yo vine bautizando en agua, a fin de que Él sea manifestado a
Israel”
Juan afirma que nunca tuvo contacto con Jesús, a pesar de que era pariente
cercano de Él, además no sabía que Él era el Mesías; pero por
revelación divina conocía que ya estaba
el Mesías en Israel. Así mismo,
Dios le indico a Juan que debía
llamar a bautizarse a los judíos como preparación para recibir al Mesías, a fin
de que entre ellos también El venga, y Juan pueda reconocerle, y presentarle a
Israel”
Juan 1:32-33 “Así
mismo, Juan testifico, diciendo: Vi al Espíritu descender del cielo como paloma
y posarse sobre El…- El que me envió a bautizar en agua me dijo: En Quien veas
descender y posarse el Espíritu es el que bautiza en el Espíritu Santo.
Esta es la señal que le dio Dios a Juan en el rio Jordán,
para confirmarle lo que antes anuncio, que Jesús es el cordero de Dios que
carga los pecados del mundo. Además, entendió que el Mesías es el que sumerge en el
Espíritu al que tiene en su mente Su
historia. Es decir Jesús es el que da la vida al creyente.
Juan 1:34 “Yo Lo he visto, y testifico de que Este es el Hijo de Dios”
Los judíos entendían que El Hijo
de Dios, aunque se haya hecho un hombre,
es de naturaleza divina, es decir es igual a Dios, por esto no pudieron aceptar
que Dios se haya humanizado y este entre ellos, porque aunque sabían del poder de Dios, como demostró en
las plagas de Egipto, o en la liberación
de más de dos millones de personas, en la pascua, pero desconocían que Dios es
amor; por esto el Hijo vino para amar a los caídos con el amor del Padre.
Juan 1:35-37 “Al día siguiente, Juan
estaba allí con dos de sus discípulos, y vio a Jesús caminando, y dijo
¡Miren al Cordero de Dios! Y los discípulos le oyeron, y siguieron a Jesús”
Juan les enseno a sus discípulos
que el perdón de los pecados se recibiría gracias al sacrificio del Mesías,
como figuraban los sacrificios del Templo, por esto tan pronto los discípulos
le escucharon a Juan, que Jesús es el cordero de Dios, le siguieron, para beber
directamente de la fuente del perdón de
los pecados y de la vida eterna.
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