Juan 1:1 “En el
principio existía la Palabra, y la Palabra existía con Dios, y Dios era la Palabra”
La Palabra se refiere a un Ser que existía al comienzo de
todo, este Ser vivía con Dios, porque este Ser también era Dios. Este pasaje dice
por lo menos de dos Seres: Dios y la Palabra, y esto está en armonía con el significado de la
palabra hebrea Elohim, que es el plural de Dios, o sea, en este versículo, por lo menos dos Seres
forman la divinidad.
Juan 1:3 “Todo llego
a existir por medio de Ella, y aparte de
Ella nada llego a ser de lo que
existe”
El mundo fue creado
por la Palabra. Al tener en cuenta la estrecha relación entre
la materia y la energía, ya que gracias
a la energía la materia existe, se
valora la complejidad de la creación. Adema, el hablar de evolución para explicar lo que existe, no alcanza
a opacar la grandiosidad del amor, ya que el Creador de todo se humanizo y murió en la cruz para salvar lo
que creo.
Juan 1:4 “En Ella
estaba la vida; y la vida era la luz de los hombres”
La Palabra es el origen de la vida de todo lo que creo. La vida que Dios puso en la creación es admirable, a pesar que mucho de ella es
desconocido, sin embargo se puede ver que cada elemento de lo creado sirve
al resto de la creación. El hombre también fue creado para servir, pero
desde que peco, servir le es extraño,
por esto el propósito del Verbo en la creación fue revelar que la vida del Padre es el servicio que nace del amor.
Juan 1:5 “La luz
brilla en las tinieblas, y las tinieblas no pudieron ocultarla”
El Génesis indica que
el espacio donde ahora está la tierra era caótico, vacío y en tinieblas,
pero la Palabra hablo y fue creado este
mundo, entonces se vio que la naturaleza, hasta las flores sirven al hombre. A pesar que el maligno tomo control
de la tierra no pudo esconder que la creación dice del amor del Creador; así el
agua se evapora de los ríos y
mares, forma las nubes, y cae la lluvia
que trae vida a los campos y al hombre. El agua fue creada para servir, y habla de la vida del Verbo.
Juan 1:6 “Vino un
hombre enviado por Dios, su nombre era Juan”
Juan el bautista fue educado por Dios desde el vientre materno,
a fin de que pueda entender las profecías que hablaban de la venida del Mesías;
debía estar preparado para saber cuándo
y cómo debía anunciarle a Israel. También necesitaba aprender detalles de la obra del Mesías, aunque no todos.
Dios le instruyo a Juan para revelar a
los judíos el evento más importante de la historia del mundo.
Juan 1:7 “Juan vino
como testigo, para testificar de la Luz, a fin de que todos tengan fe por medio
de el”
Dios le revelo a Juan el bautista la Luz,
para que pueda hablar a los judíos del Mesías con certeza. El vio que la
vida del Mesías seria perfecta, porque
dependería de recibir como toda criatura, a usar lo que necesite y el resto
compartir, servir. Hasta Juan se sabía
del Mesías por los escritos de Moisés y de los profetas, pero desde el, los
judíos oyeron de alguien que vio, por esto su predicación era convincente, y millares retuvieron en sus
mentes lo que el anuncio.
Juan 1:9 “Era la Luz
verdadera que vino a este mundo para alumbrar a todo hombre”
La vida que está en el Verbo es la verdadera Luz que alumbra
a la humanidad, se refiere a que Sus palabras, milagros, enseñanzas, Su
compasión por los débiles, Su abnegado
sacrificio en la cruz son la luz que hace ver como es el amor del Padre para el
miserable pecador. Ahora, la historia de
Jesús nos alumbra para conocer por experiencia que Dios es amor.
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