Adán
y Eva pecaron, y el Espíritu Santo se retiró de ellos. Entonces las funciones
superiores del cerebro quedaron a merced
de satanás, y empezó el proceso de la muerte Esto ocurrió en toda la humanidad, hasta Jesús,
quien cargo nuestros pecados y se hizo pecador por nosotros, aunque El nunca peco,
murió y destruyo en si la humanidad
caída. Pero resucito para dar el Espíritu,
la vida, a los que valoran su historia.
Juan 6:63
“…Las palabras que les hablo son Espíritu
y son vida”
Jesús
revela la intimidad sobrenatural entre sus palabras, el Espíritu, y la vida. Las palabras que el
Maestro alude son sus enseñanzas, especialmente las que se refieren a Su
sacrificio. Por esto, cuando Jesús pone en nuestras mentes las palabras de la cruz nos bautiza en el Espíritu
Santo, y tenemos la vida.
Juan 1:4 “En
El estaba vida, y la vida es la luz de
los hombres”
Este
verso se refiere al Verbo encarnado, a Jesús hombre. En Jesús hombre estaba la
vida, el Espíritu Santo, porque el Espíritu
Santo es la vida de la humanidad. Y la vida, es decir el Espíritu Santo es la
luz que alumbra a los hombres, o sea hace clara al hombre la conducta del Señor.
Juan 1:9
“Era la Luz, la Verdadera, que al venir al mundo, alumbra a todo hombre”
Jesús
estaba lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su Madre. Sus actos y
palabras son luz, porque dejan ver el amor del Padre por la humanidad. Pero, la ceguera espiritual, aun de los que
estuvieron con Jesús, no les dejaba apreciar el amor del Padre, pero cuando
fueron bautizados en el Espíritu Santo, después que Jesús resucito, fueron sensibles
al amor del Padre, al recordar la
historia del Maestro.
Juan 3:15
“Para que todo el que tenga fe en El tenga vida eterna”
La
historia de la crucifixión de Jesús es
como una fuente de vida para los hombres que prestan
atención y la reciben,
porque gracias a esta fe, el Señor les bautiza en el Espíritu Santo, y tienen vida eterna.
Juan 3:16
“De esta manera amo Dios al mundo: ¡Dio a su único Hijo! Con el fin de que todo el que tenga fe en Él
no se pierda, al contrario, tenga vida eterna”
Dios
expresa su amor con actos, la vida y muerte de Jesús son la mayor expresión de
Su amor al hombre. Y el propósito del amor divino es bañarle en el Espíritu Santo, al que preste atención
al sacrificio de Jesús, a fin de que sea parte de la corriente de amor de
Padre, o sea empiece en el la vida eterna.
Juan 3:34 “El
que Dios envió habla las palabras de Dios, solo entonces Dios da el Espíritu sin medida”
Jesús
fue enviado por el Padre para que revele que Él iba a ser rechazado, morir crucificado y resucitar, por esto Sus
palabras estaban sobrenaturalmente unidas al Espíritu Santo; y así llegaba el Espíritu a los que las ponían atención.
También ahora, los que Dios ha enviado hablan
las palabras de la cruz y llegan a
los que las escuchan atención acompañadas del
Espíritu Divino.
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