Por lo tanto, le recomiendo que
no las lea de una vez, sino que cada día un poco, después piense en lo que leyó, y complete la lectura en una semana, para que entienda mejor las citas bíblicas; ya que
la fe empieza al comprender los pasajes referentes a la muerte de Jesús.
Salmo 90:7-11:
“Así perecemos en Su dolor y disgusto.Su indignación nos aterra, porque ha puesto nuestras iniquidades muy visibles en nuestro corazón, y Su presencia es la lumbrera de nuestros secretos.
Indudablemente nuestros días declinan como resultado de nuestro orgullo, por eso nuestros años son como un suspiro.
El tiempo de nuestra vida es setenta años, o en los más vigorosos, puede ser ochenta años, pero la mayor parte de ese tiempo en arrogancia, labor, angustia, pesar; por este motivo pasa rápidamente. y desaparece.
¿Quién conoce el poder abrumador de Su indignación?”
Moisés tenía claro el drama humano, y que los
hombres consiente o inconscientemente están conectados al Creador, ya que son
criaturas, o sea dependen de El en todos los aspectos de sus vidas. También, el
Espíritu de Dios le hizo comprender que la conducta, los pensamientos,
etc. de los hombres están lejos de la conducta y pensamientos que puedan
permitir la convivencia armoniosa, respetuosa entre ellos. Al contrario, se ve que la envidia, el orgullo, la codicia,
el engaño, el robo y la mentira marcan su camino. Por esta razón Dios el
Creador, ve con dolor, y con profundo desagrado las acciones de sus criaturas.
Por otra parte, los hombres victimas de sí mismos hacen como Adán
y Eva después de la caída, es decir se esconden de Dios llenos de enemistad, desconfianza, antipatía y desprecio a todo lo
pertinente a Él; sienten miedo, y aun
terror ante la posibilidad de presentarse
en la presencia del Creador.Desde otro enfoque, la maldad, aunque está en la mente, se mantiene escondida de la percepción humana, cubierta con la mentira. Pero Dios destruye el escondite de la maldad, en los de la fe en Yeshua, por medio de los 10 Mandamientos. Para Moisés era bien conocido este tema. Además la Presencia Divina en la mente de los fieles es la luz que les muestra sus secretos. De este modo los fieles se dan cuenta de la naturaleza de sus pensamientos, intenciones y de su conducta.
Por el conocimiento del mal, tal como Moisés, los fieles encuentran la explicación del porque la vida de todos los mortales pasa como un suspiro, aunque vivan setenta u ochenta años; también ellos entienden el motivo por el que los días transcurren en medio de cuitas, trabajos, pesares, orgullo. Así mismo comprenden que Dios por misericordia ordena la muerte, para poner fin a sus sufrimientos.
Ningún pensamiento, o acción humana pasa desapercibida a Dios, no obstante Su tolerancia y misericordia son continuas, por eso protege y derrama bendiciones sobre los buenos y los malos. Esta es la razón por la que Moisés afirma que todavía no hay una persona que haya experimentado la fuerza de la indignación Divina sobre el hombre caído. Sin embargo, siglos después apareció esa persona, fue Yeshua, quien en la cruz, sintió todo el doloroso desagrado de Dios por los pecados.
Salmo 90:12:
“Ensénenos a contar nuestros días de vida,
para conocer, y traer a la mente la
sabiduría”
Moisés, después de afirmar que la vida sin Dios y sin esperanza pasa como un
soplo, razona que el mal cubierto con la
mentira, les presenta espejismos a los humanos, que les hace que hagan
actividades que solo les produce chascos
y amarguras. Entonces para evitar ese mal, Moisés comprendió que debe pedir a Dios que le ensene a utilizar con
responsabilidad el tiempo, y que le guie
para hacer actividades que sean de beneficio para él, para
su familia, y para la sociedad, y de esta manera cumpla el propósito de Dios
para él.
Así viene
la sabiduría al hombre, al emplear bien el tiempo.
Samos 90: 13-17:
“! Vuélvase YHVH! ¿Hasta cuando…? Tenga
compasión de sus siervos. En la mañana sácienos con su amor, y cantaremos y nos
alegraremos todos los días de vida. Alégrenos el mismo tiempo que nos ha afligido, o sea, el mismo número de años que hemos sufrido el mal.
La bondad de Adonay Elohim sea sobre nosotros: La obra de nuestras manos afirme, si, la obra de nuestras manos afirme”
Después de pedir al Padre que le indique como emplear el tiempo, entonces Moisés le ruega a Dios que le escuche con mucha atención, porque su petición es muy importante, y le suplica que se conmueva por su oración; ya que lo que le pide es que le llene con su amor, para que cambie el curso natural de los días, y así la tristeza y el pesar den lugar a cantos de alegría al Creador.
En realidad lo que Moisés pide a Dios es que derrame sobre el su misericordia, bondad, paciencia, perdón, disciplina, porque la presencia de Dios está en estas expresiones de Su Ser.
En otras palabras, la presencia de Dios en la vida cambia la tristeza y el dolor diario en alegría y gozo.
Dios le contesto este ruego, y le hizo vivir a su siervo Su Presencia, en la roca. Entonces él escribió su experiencia en Éxodo 34:5-7 “Y YHVH descendió en la nube y estuvo allí con Moisés, y exclamó el nombre YHVH.
Además YHVH proclamo: ¡YHVH! ¡YHVH! Dios misericordioso, clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda la misericordia para millares, que carga con la iniquidad, la transgresión y el pecado, pero de ningún modo justifica al culpable, y visita la maldad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces Moisés se apresuró y se inclinó a la tierra y se postro, diciendo: Ahora sí, he hallado gracia ante tus ojos...”
El principal el objetivo de la salvación en Yeshua, en esta vida, es estar avisado del amor de Dios, porque la tristeza y el dolor que trae cada día se transforman en gozo y paz, expresados en canticos de alegría. Porque cada día se ve la misericordia, la paciencia, la clemencia, el perdón, la disciplina de Dios derramarse, como se ve caer la lluvia.
En el caso de Moisés, Dios le hizo comprender su gran amor en el sacrificio de Yeshua, por medio de los ritos y sacrificios del templo.
Moisés añadió a su ruego, el pedido que alegre la vida de sus siervos el mismo tiempo que les ha afligido, con la carga de la semilla de Adan. Y efectivamente, los días de él se volvieron alegres, porque al ver los sacrificios de animales inocentes, valoro el amor del Padre.
Así mismo Moisés le suplico a Dios que le cubra con su bondad para que las obras que haga diariamente, sean firmes, y duraderas. También el Padre le concedió esta suplica, y hasta ahora, todos los días en el mundo, se benefician de la obra del legislador de Israel.
Desde otro lado, se sabe que en los días de Yeshua, el himnario de la judíos eran los salmos, por esto el Maestro, siguiendo este salmo de Moisés, y los que le acompañaban en la última cena, cantaron los salmos “Hallel”, o sea que antes de salir al huerto entonaron uno o varios de los salmos de este grupo, ya que el grupo Hallel está compuesto por los Salmos 113-118. Los salmos 113-118 que canto Yeshua son salmos que cantan el amor de Dios por sus siervos.
También en nuestros días, el efecto de la experiencia diaria del amor de Dios, da el mismo efecto que en Yeshua, es decir que a menudo se cantan salmos e himnos al Padre; como también se leen en Colosenses 3:16 “Que la palabra del Mesías viva en nosotros en abundancia, con toda sabiduría, ensenándonos y amonestándonos los unos a los otros con salmos, e himnos, y cantico espirituales, cantando a Dios en nuestros corazones, con gratitud”
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