Apreciado lector, estas lecciones no son para que usted tenga más información de las Escrituras, sino para que llegue a tener fe.
Por lo tanto, le recomiendo que
no las lea de una vez, sino que cada día un poco, después piense en lo que leyó, y complete la lectura en una semana, para que entienda mejor las citas bíblicas; ya que
la fe empieza al comprender los pasajes referentes a la muerte de Jesús.
Rom 15:13
“Y el Dios de la esperanza les llene de todo
gozo y paz en la fe, para que el poder del Espíritu Santo
sea sin medida en la esperanza.”
También el Nuevo Testamento, al igual que el
Antiguo, revela que Dios es la esperanza, porque Él es la fuente de la vida, y
el Señor del futuro, también este versículo ensena que El extiende a los fieles la cuerda de la
esperanza, mientras les llena de alegría, al mismo tiempo que afirma la comunión con El, haciendo abundar en ellos
el poder del Espíritu Santo, siempre que se mantengan en el marco de la fe
viva.
Romanos 5: 1-4
“Entonces habiendo sido declarados justos de
la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Yeshua, el Mesías.
Por quien hemos entrado a la fe, en esta
gracia, en la cual estamos seguros, así
mismo, nos gloriamos en la esperanza de
la gloria de Dios. Y no solo en esto nos gloriamos, sino también en los
sufrimientos; sabiendo que por medio de los sufrimientos se alcanza la
constancia. A su vez la constancia da el fruto de pasar las pruebas, a su turno
las pruebas producen la esperanza.”
Hay que notar que este pasaje indica,
primero, que gracias a la fe de Yeshua, el Padre nos ha señalado justos, es
decir, el Padre nos ve cobijados con la
conducta de Yeshua, como si la justicia del Salvador fuera un manto. Así mismo,
gracias a Yeshua, quien como una puerta,
nos da paso a la fe y al amor.
Desde entonces empezamos a mirar el futuro. Más allá de lo
que veíamos antes de entrar en la fe. Al mismo tiempo los fieles distinguen la
presencia del Padre en la misericordia, perdón, tolerancia que continuamente reciben. En otras palabras el Padre nos da la esperanza después que hemos creído que Él nos consideró justos en Yeshua, no rodeó de misericordia y nos hizo entrar en la fe.
Dicho de otra forma, primero debemos mirar al pasado, a la historia de Yeshua, para entrar en la fe y el amor, y desde entonces podemos mirar al futuro, más allá de los anos de nuestra vida.
Por otro lado, así como es preciso crecer en la fe, también la esperanza debe aumentar y afirmarse. Se afirma la esperanza en el sufrimiento y en las pruebas.
Recuerde en este punto, que para crecer en la fe son forzosas las pruebas que causan sufrimiento. 1 Ped 1:6-7 “Así que es necesario, que estén siendo un poco afligidos por diversas pruebas, para que la fe de ustedes sea probada, porque esta es más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, es probado por el fuego) sea hallada, en alabanza, gloria y honra, en la revelación de Yeshua, el Mesías.”
Igualmente la esperanza se afirma y aumenta con el sufrimiento, por esto, El Padre da más vigor espiritual para aferrarse a las promesas al que es probado.
También note que Dios nos da la fe con el objetivo de darnos la esperanza en sus promesas. Lea 1 Ped 1:3 “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Yeshua, el Mesías, porque nos cobijó con su gran misericordia, y nos hizo nacer de lo alto, para empezar a tener una esperanza viva, por cuando Yeshua, el Mesías nos resucito de los muertos”
Nacemos de lo alto cuando recibimos la historia de amor del Padre, expresado en Yeshua que murió para salvarnos; y este amor es la base para esperar que tal como resucito a Yeshua, nos resucitara a nosotros, en el futuro.
Colosenses 1:4-5
“Habiendo oído la fe de ustedes en Yeshua, el Mesías, y el
amor de ustedes a todos los santos, con miras a la esperanza reservada para
ustedes en los cielos; y antes escucharon de esta esperanza, en la palabra de verdad del
evangelio”
El Espíritu de Dios insiste en indicar que
una vez que el don de la fe nacida del amor de Dios es recibido, entonces brota
su fruto natural, y este es que las
promesas divinas son aceptadas con seriedad.
Romanos 8:24-25
“Porque fuimos salvos solo en esperanza, ya
que la esperanza (la promesa) que se ve no es esperanza. Entonces ¿para qué
esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con perseverancia lo
esperamos, ansiosamente.”
Estos versículos resaltan el valor de la esperanza, a la vez que se
entiende la relación inseparable entre el amor que motiva la fe y la esperanza.
Así nuestra salvación “ocurrió ya” cuando Yeshua murió, resucito y ascendió. La fe nos
lleva al pasado, al calvario, porque en el pasado “en El” nos salvó; sin
embargo ese hecho del pasado se hará realidad en el futuro, por medio de la
esperanza, es decir solo allí será eliminado el pecado la muerte y pasaremos a
tener la inmortalidad y la inocencia.
Si recuerda que la palabra hebrea traducida
esperanza en el Antiguo Testamento, literalmente significa cordón, podre
repetir en otra forma, que ahora, nuestra
vida espiritual debe estar conectada a
la historia salvadora de Yeshua (el pasado) por la fe, y aferrada al cordón que
nos une al futuro, a ese futuro cuando
la esperanza se transforme en la realidad, es decir, ser cambiados en
inmortales y sin la semilla del mal, que ahora sufrimos.
Hebreos 11`:1
“Entonces, fe es esperar con perseverancia lo
que ya fue hecho; el convencimiento (por
obra de Dios) de lo que no se ve.”
El Espíritu muestra que la historia de amor de Yeshua, es decir la fe continua en las promesas de la resurrección
con la nueva naturaleza humana en su segunda venida, o sea en la espera xe esas
promesas.
1 Juan 3:3
“Y todo el que tiene esta esperanza en Él se purifica así mismo como él es puro.”
Para
purificarnos “ahora” debemos tener claro que Yeshua, en el Getsemaní, se hizo
cargo de nuestros pecados, en cumplimiento de Juan 1:29 “Él es el Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo” Y después que tomo nuestros pecados, fue crucificado, o sea llevo en su cuerpo, a
la cruz los pecados de la humanidad. 1 Ped. 2:24 “El mismo llevo nuestros
pecados, en su propio cuerpo, al madero…”
Y
estando con nuestros pecados en la cruz, murió, y con su muerte nos lavó EN El
“nuestros” pecados. Dicho en otra forma: en el pasado El cumplió su misión y
nos purifico en El. Ahora en presente
debemos purificarnos por medio de la fe en su sacrificio, o sea en su sangre, para
que nuestra esperanza sea real, la de ser transformados a semejanza de Él.¿Cómo se tiene fe en que Yeshua nos purifico con su sacrificio? Pensando en que Yeshua llevo ya mis pecados a la cruz, y con su muerte me purifico en El. Esta fe hay que tenerla continuamente, en respuesta al recuerdo de mis pecados, o en cada tentación.
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