Salmo 23:1-4:
“YHVH es mi pastor, nada me falta. En[F4] herbosas praderas me hace descansar, me
conduce junto a un remanso de aguas.Convierte mi alma y me guía por senderos de justicia, de acuerdo a su Nombre.
Y cuando camine en valle de sombras de muerte, no temeré el mal, porque Tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me consolaran”
La inspiración utiliza muchas actividades conocidas,
para hacer notar el cuidado amoroso de Dios por sus fieles. Por ejemplo, la de un padre responsable con sus hijos, la
de un esposo bueno con su esposa, la de la cabeza con el resto del cuerpo, y en
este salmo, con la de un pastor dedicado a velar por sus ovejas.
David, cuya primera actividad fue la de un pastor,
inspirado por el Espíritu Santo, compara el cuidado que el tenía con sus ovejas
con la relación que Dios tiene con él. David pensó en lo mejor que hizo por sus
ovejas en su oficio de pastor, para describir lo que Dios hace con él. Así en primer lugar, el pastor que tiene
afecto a sus ovejas busca prados de hierba
fresca para que tengan suficiente
alimento, y a la vez que haya agua de corrientes mansas para que las
ovejas calmen su sed y descansen.Fíjese que el Espíritu Santo en este salmo, resalta que Dios es el que hace todo por sus fieles, igual que el pastor por sus ovejas. Por otro lado, la única actividad de las ovejas es oír y seguir al pastor para comer, beber y descansar seguras; en otras palabras, las ovejas son totalmente dependientes del pastor, simbolizando la dependencia de los creyentes, porque el Padre es el Gran Proveedor, y el Eterno Guiador de los fieles.
El conoce lo que necesitamos , por esto hace provisión para suplirnos, y nos guía cada día, usando como instrumento las tareas que nos toquen hacer, o a las personas con quienes nos relacionamos para ser parte de su misericordia, paciencia, bondad, gozo , sufrimiento, o dolor, y así nos conduce al objetivo que tiene para nosotros.
En el versículo tres, El Espíritu Santo cita otra obra del Pastor Celestial por sus ovejas y dice: Convierte mi alma. La palabra hebrea “shub” es traducida convierte, pero significa: arrepentimiento. Esta es la obra de Dios, gracias a la muerte de Yeshua, que nos trae al arrepentimiento; o sea nos pasa del poder de satanás, al poder del Espíritu Divino. Este cambio se realiza en el ámbito de la mente, no obstante abarca toda actividad del fiel.
Sigue el salmista, y escribe: Me guía por senderos de justicia, de acuerdo a Su Nombre. La justicia de Dios es la conducta de Yeshua mientras estaba en esta tierra. Este es el blanco que Dios tiene para cada creyente: Conducirnos de la manera que guio a Yeshua en esta tierra. Hay que considerar que mediante la conducta de Yeshua, el Padre mostro que es: Amor. Por esta razón las enseñanzas y las acciones del Maestro fueron realizadas en el marco de la misericordia, paciencia, bondad, tolerancia, clemencia, perdón, disciplina y castigo.
David, bajo el Espíritu Santo afirma que cuando se acerque su hora final, no tendrá temor de la acción agresiva de satanás , usando la semilla del mal, semilla que planto en la mente humana, en la caída de Adán, el reitero que no tendrá miedo en la hora de su muerte , porque como el pastor reúne, corrige, protege y sostiene a sus ovejas con su vara, también el Pastor divino, está junto al lecho de fiel en el umbral de la muerte, para defenderle de los últimos ataques del malino, y darle consuelo.
Salmo 23:5-6:
“Preparas una mesa delante de mí, para recibir Tu revelación, en mi sufrimiento: Es decir unges
con aceite mi cabeza. Mi copa está rebozando.Estoy seguro que el bien y la misericordia me seguirán todos los dias de mi vida.
Habitare en la casa de YHVH a lo largo del tiempo”
En el versículo cinco, el Espíritu divino tomo una figura diferente
al pastor, para explicar lo que el Padre quiere hacer por los fieles, además de proveer para sus necesidades, ser su
guía cada día de la vida de ellos, y
acompañarles en la hora de sus muertes. En primer término aclaro que esta figura es la de una persona que atiende a
sus invitados a un banquete, con lo mejor que tiene. El Padre considera que
nada hay mejor para el hombre, que saber
por la experiencia personal que Dios le ama, es decir Dios sabe que lo mejor
que puede dar al ser humano es la
revelación de sí mismo. Esta acción divina, que suma a la del pastor, se cumplió
totalmente cuando Yeshua vino a este
mundo, para darnos a conocer al Padre. Esta obra del Hijo es tan contundente,
que gracias a ella podemos estar seguros que el Padre nos ama, y no puede dejar
de amarnos, porque: Dios es amor.
Por esto se puede afirmar que el amor no es un sentimiento, un afecto, ni
una emoción, tampoco una pasión, el amor
no varía, ni deja de fluir. Y gracias a
esta comprensión, el salmista fue movido
a afirmar: que tiene La seguridad que el
bien y la misericordia le seguirán a lo largo de su vida; es decir que el
Pastor divino nunca dejara de amarle.No obstante, mientras no haya la revelación del amor del Padre por medio de su Hijo, el hombre esta inconsciente de los actos incesantes del amor divino hacia él.
Ahora, en los días que David escribió este salmo, no había el templo, porque su hijo, Salomón, lo construyo, así que él no se refiere al templo físico, el de Jerusalén, cuando afirma que habitara en la casa de YHVH por largo tiempo, sino está pensando en el creyente que al estar consciente del amor divino, será el templo de Espíritu Santo.
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