jueves, 2 de agosto de 2012

90. El Evangelio de Juan. Cap. 21

Nota. Apreciado lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le sugiero que no las lea en una vez, sino poco a poco cada día, a lo largo de una semana; enfocándose en los versículos, hasta que los entienda bien.

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Juan 21:1-14 “Además Yeshua se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Estaban juntos Simon Pedro, Tomas llamado el Didimo (el Gemelo), Natanael de Cana de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Entonces Simon Pedro les dijo: Me voy a pescar. Ellos le dijeron: Nosotros también vamos contigo. Así fueron y entraron en la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
Cuando ya amanecía, Yeshua estaba en la playa, pero los discípulos no sabían que era Yeshua.
Yeshua les dijo: Hijos, ¿acaso tienen algo de comer? Ellos respondieron: No. Entonces El les dijo: Echen la red al lado derecho de la barca y hallaran pesca. Ellos la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces.
Ahora, aquel discípulo a quien Yeshua amaba, dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Oyendo Simon Pedro que era el Señor, se puso la ropa, porque se la había quitado para poder trabajar, y se echo al mar.
Sin embargo, los otros discípulos vinieron en la barca arrastrando la red llena de peces, y no estaban lejos de la tierra, sino a unos 100 metros.
Cuando bajaron a tierra, vieron brazas puestas y un pescado colocado sobre ellas, y pan.
Entonces Yeshua les dijo: Traigan algunos peces que acaban de sacar. Simon Pedro subió a la barca y saco la red a tierra, llena, con ciento cincuenta y tres peces grandes. Y aunque había tantos peces, la red no se rompió.
Después Yeshua les dijo: Vengan y desayunen.
Pero ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: ¿Quién eres tú? Porque sabían que era el Señor.
Yeshua vino, tomo el pan y les dio, lo mismo hizo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Yeshua se manifestó a los discípulos, después de haber resucitado de entre los muertos.”

La siguiente vez, la tercera, que Yeshua se apareció a sus discípulos, después de resucitar, fue en Galilea, en el lago Tiberias.
Ocurrió que ellos regresaron de Jerusalén a Galilea, siguiendo las instrucciones tanto de Yeshua, como del Ángel a María Magdalena. Ocho de ellos estaban junto al lago Tiberias, Pedro decidió volver a pescar, y los otros siete discípulos fueron con el.
Toda la noche intentaron, sin éxito, pescar. Entonces, temprano, pudieron ver a un hombre en la playa, que les pregunto si tenían algo para comer; cuando ellos le dijeron que no, Yeshua les dijo que echen la red al lado derecho de la barca; y efectivamente allí encontraron muchos peces.
Solo en aquel momento Juan se dio cuenta que era Yeshua, y le aviso a Pedro, inmediatamente el se puso la tunica, se arrojo al agua y fue hacia Yeshua. Se nota que Pedro amaba a Yeshua, sin embargo se avergonzó de El en el juicio.
Por otro lado, el cambio de la naturaleza física de Yeshua resucitado era tan marcado que los discípulos no le reconocían, aunque ya le habían visto dos veces, después que salio de la tumba.
Yeshua les preparo el desayuno de pescado asado y pan.
Ahora, resalta la misericordia y la preocupación de Yeshua para suplir las necesidades de ellos, al mismo tiempo se ve el espíritu de servicio del Salvador. En otras palabras, Su Divinidad, y Su nueva naturaleza no fueron un obstáculo para hacer la labor de un criado.

Juan 21:15-17 “Cuando acabaron de desayunar, Yeshua dijo a Simon Pedro: Simon hijo de Juan, ¿Me amas mas que ellos?
Pedro le contesto: Si, Señor, Tu sabes que te quiero.
Yeshua le dijo: Apacienta Mis corderos. En seguida, volvió a decirle por segunda vez: Simon hijo de Juan, ¿Me amas?
Pedro le contesto: Si, Señor, Tu sabes que te quiero.
Yeshua le dijo: Pastorea mis ovejas. Inmediatamente Yeshua le dijo por tercera vez: Simon hijo de Juan, ¿Me quieres?
Pedro se entristeció, porque le dijo la tercera vez ¿Me quieres? Y le respondió: Señor tu sabes todo. Tú sabes que Te quiero.
Yeshua le dijo: Apacienta mis ovejas”

Las preguntas de Yeshua eran para que Pedro sepa que El si sabia que Le amaba, a pesar que fallo vergonzosamente cuando le negó, después de afirmarle que iría a la muerte, antes de abandonarle.
Por otro lado, Pedro, después de negar al Maestro, aprendió que no podía confiar en sus afectos. Resalta que la semilla de Satanás deforma aun los afectos mas nobles, con la cobardía y el amor a así mismo.
Ahora para entender la respuesta de Pedro cuando el Maestro le pregunto si le ama, es preciso saber la diferencia entre amar y querer, palabras que son traducidas del griego agapao y fileo. Agapao es el verbo amar, y significa amar con acciones abnegadas, hasta negar los deseos básicos, como el amor de Dios al dar a su Hijo. Pero fileo es amar con los afectos, y sentimientos, y hasta con acciones, pero que no llegan al sacrificio. De este modo, Pedro al decir que Le quería admitió con humildad que le amaba a Yeshua, pero que su amor era solo afectivo que no llega al sacrificio.
Sin embargo, mas tarde en su vida, Pedro, como pastor también exhorta a las ovejas a amarse con sacrificio y abnegación, porque ya recibió el amor abnegado que el Espíritu de Dios derramo en su corazón. (Vea 1 de Pedro 1:22) Y aun mas, el murió como mártir, por amor al Salvador.

Juan 21:18-23 “En verdad te digo, que cuando eras joven te ajustabas el cinto y andabas donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te las ajustara y te llevara adonde no quieras. Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con la que glorificaría a Dios.
Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme.
Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Yeshua amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Yeshua, y que le había preguntado: Señor ¿Quién es el que Te va a entregar?
Así que Pedro al verlo, dijo a Yeshua: Señor, ¿y el, que?
Yeshua le dijo: Si quiero, se queda hasta que Yo venga, ¿a ti, que? Pero tú, sígueme.
Por esto, se propago entre los hermanos el dicho que ese discípulo no moriría. A pesar que Yeshua no le dijo que no moriría, sino: Si quiero, se queda hasta que Yo venga, ¿a ti que?”

A continuación, El Maestro le anticipo a Pedro que en su vejez, con su muerte ensalzara a Dios. Pero para llegar a ese fin, Pedro debía seguirle. Se cumplió esta predicción, y el apóstol murió en una cruz.
Por otro lado, Pedro movido por la curiosidad le pregunto a Yeshua el destino de Juan. El le contesto una suposición: Si yo quisiera, Juan se queda hasta que yo regrese. Luego, en forma clara, le repitió: Sígueme.
Como consecuencia de esta contestación del Maestro circulo el rumor equivocado que Juan no moriría.

Juan 21:24-25 “Este es el discípulo que da testimonio de esto, y el que escribió esto; y sabemos que su testimonio es verdadero.
Además hay muchas otras cosas que Yeshua hizo, que si escribieran con detalles, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían.”

Con estas palabras Juan termina este evangelio.
Sin embargo, aclara que Yeshua hizo tanto, que le ha sido imposible dar todos los pormenores.

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