viernes, 29 de junio de 2012

85. El Evangelio de Juan. Cap. 18 sp.

Nota. Apreciado lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le sugiero que no las lea en una vez, sino poco a poco cada día, a lo largo de una semana.


                                       *********************************

Juan 18:28-32 “En seguida le llevaron a Yeshua de la casa de Caifás al Pretorio, aunque era muy de mañana. Pero ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse, y poder comer la Pascua, por esto Pilato salio afuera, hasta ellos y les dijo: ¿Qué acusación traen contra este hombre?
Ellos le dijeron, si este hombre no fuera criminal, no le hubiéramos entregado.
Entonces Pilato les dijo: Le pueden llevar y juzgarle conforme a su ley.
Le dijeron los judíos: A nosotros no nos es correcto dar muerte a nadie.
Sin saber, dijeron esto para que se cumpliera la palabra que Yeshua había hablado, cuando indico, de que clase de muerte iba a morir”

Los interrogatorios de Anas y de Caifás – aunque el juicio de este sumo sacerdote no es descrito por Juan- se llevaron a cabo durante la noche, haciendo que sean ilegales, sumando a esto, que fueron hechos sin que un tribunal este presente.
Y cuando Caifás logro que, en su casa, Yeshua sea condenado, inmediatamente le llevaron donde el gobernador romano, para que ejecute la sentencia de muerte dictada por ellos; sin importarles que recién amanecía, porque tenían urgencia de cometer su crimen.
Por otro lado, la enorme contradicción de que aunque tenían el asesinato de Yeshua en sus mentes, no querían contaminarse entrando en la casa de un gentil, y estar limpios para comer la Pascua.
Esta celebración, a su vez, figuraba a la muerte del Mesías. De esta manera, el símbolo se haría realidad por medio de los líderes de Israel.
Cuando Pilato les pregunto cual era el delito de Yeshua, ellos le dijeron que no era necesario que el Le juzgue, porque ellos consideraban que El era un delincuente, por lo tanto, solo querían que el gobernador ejecute la sentencia que ellos dictaron.
Pero, el romano les dijo: siendo así, no era necesario continuar el proceso, más bien que ellos le juzguen a Yeshua de acuerdo a su ley.
Por un lado, a pesar que Caifás encontró que Yeshua era blasfemo, cuando afirmo ser Hijo de Dios, pero, por otro lado, según las leyes de ellos, la blasfemia era penada con la muerte, sin embargo, por estar bajo el dominio de los romanos, los Judíos no tenían atribución para cumplir esta sentencia, así que necesitaban de la autoridad romana para ejecutar a Yeshua.
Con la respuesta: “que no les es legal dar muerte a nadie” se cumplió la predicción de Yeshua registrada en Mat. 20: 18-19 “Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y Le condenaran a muerte, y Le entregaran a los Gentiles, y se burlaran de El, Le azotaran y crucificaran, pero al tercer día resucitara”

Juan 18:33-38 “Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamo a Yeshua y le dijo: Tu eres rey de los Judíos.
Yeshua le respondió, ¿Esto lo dices por tu cuenta, u otros te lo han dicho de Mí?
Pilato contesto: ¿Acaso soy yo Judío?
Pero, ten presente que Tu pueblo y los sumos sacerdotes te entregaron a Mí.
¿Qué has hecho?
Yeshua le respondió: Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los Judíos. Por lo tanto, ahora, Mi reino no es de aquí.
Por consiguiente, Pilato le dijo: Entonces Tu eres rey.
Yeshua le respondió: Tú dices que soy rey. Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad.
Todo el que es de la verdad escucha mi voz.
Pilato le pregunto: ¿Qué es la verdad?
Y habiendo dicho esto salio otra vez donde estaban los Judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en El.”

Después del dialogo de Pilato con los dirigentes Judíos, en la puerta de su palacio, entro a la sala del juicio, se dirigió a Yeshua y le dijo: Tú eres rey de los judíos.
Entonces El le pregunto, ¿es este un pensamiento tuyo, o alguien te ha comunicado que Yo soy rey?
El romano le dejo entender que no le interesa quien sea rey de ellos, porque no es Judío: pero, debido a sus funciones como gobernador le toca juzgarle. Por esta razón, inmediatamente le interrogo: ¿Qué has hecho?
Primero Yeshua le aclaro que si fuera Su reino de este mundo, sus servidores hubieran luchado para que los Judíos no le apresen, pero el hecho que nadie le ha defendido indica que su reino no es de ese mundo.- Ahora con esta respuesta no negó que era rey, mas bien lo afirmo, pero también aclaro que Su “reino”, refiriéndose al territorio y a las condiciones que imperaban en esa época, todavía no era posible.
Con esta respuesta Yeshua le afirmo a Pilato que no había hecho nada malo.
Entonces el gobernador entendió que esta contestación de Yeshua indicaba que El aceptaba que es Rey, por esto le dice: O sea que Tú eres rey, pero no de este mundo.
El Salvador le contesto: tú dices que soy rey. Y añadió, he nacido y vine al mundo para dar evidencia concreta de la verdad, o sea de los hechos de Dios. Yeshua se refiere así a Su misión, de dar a conocer la obra que el Padre le mando, tanto, a traer al hombre al seno Divino, como para recobrar el reino de este mundo, que perdió cuando Adán cayo. Además aseguro que todo a quien el Padre atrajo valora sus enseñanzas y obras.
Pero, como era de esperar, Pilato no sabia de que le hablaba el Salvador cuando le menciono de la verdad, por esto le pregunto: ¿Qué es la verdad? Sin embargo no espero la respuesta, sino salio a la puerta de su palacio, para anunciarles a los Judíos que no encontró razón alguna para enjuiciarle.

Juan 18:39-40 “Pilato continuo, y les dijo: sin embargo es costumbre en ustedes que les suelte un preso durante la Pascua. Y en seguida, les pregunto: ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?
Entonces nuevamente, dijeron a gritos: No a Este, sino a Barrabas.
No obstante que Barrabas era un ladrón”

Ahora, Pilato también se suma a la cadena de ilegalidades e injusticias contra Yeshua, que empezaron los dirigentes Judíos la noche anterior y que continuo hasta las primeras horas de la mañana, al asegurarles que no hallo en Yeshua causa para juzgarle y condenarle; no obstante, en lugar de dejar libre al Salvador, soltó al delincuente Barrabas.
Pero de todo este juicio, lo que mas llama la atención es la dignidad real que mostró Yeshua, junto a la mansedumbre y humildad, tanto de Su presencia y de Su porte, como de Sus palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario