Abraham tuvo a Isaac, fruto del milagro de Dios. Isaac se casó con Rebeca que también era incapaz de concebir. Por esto, Jacob y Esaú fueron el resultado del milagro divino. Pero el más grande milagro Dios lo realizo en María, una virgen judía que expreso su fe, diciendo: Hágase en mi según tu palabra.
Romanos 9:11 “Porque Esaú y Jacob todavía
no habían nacido, ni hecho lo bueno, o lo malo. Esto con el fin de que la
elección de Dios sea exhibida, además quede claro que no es por obras sino por
el llamado”
En
la genealogía que Dios levanto en base a la fe en sus promesas, que empezó en
Abraham, culmino en Jesús, y continuo con los tienen en sus pensamientos la
historia de Jesús crucificado, resalta que Dios los eligió, desde la eternidad,
a los que la integrarían. Por esto se lee que Dios eligió a Jacob y le llamo a
la existencia.
Romanos 9:12 “Se le dijo a Rebeca, el
mayor servirá al menor”
Dios
anticipo a Rebeca, la esposa de Isaac, mientras estaba embarazada, que tenía en
su vientre dos criaturas, y que el que nacerá primero, Esaú servirá al que nacerá
después. Así Dios señalo que la genealogía que empezó con Abraham, continuo con
Isaac, seguirá con Jacob, porque El escogió a Jacob y no Esaú.
Romanos 9:13:” Como está escrito: A
Jacob amé y a Esaú aborrecí”
Para
entender este pasaje hay que tener presente que Dios no tiene pasado, ni
futuro, sino siempre presente, por esto cuando El eligió a Jacob, siendo menor
que Esaú, conocía que Jacob sería receptivo de Su misericordia, al sufrir
situaciones dolorosas, al contrario de Esaú que no le daría atención a Dios.
Romanos 9:14 “Por consiguiente ¿Qué
diremos? Que la injusticia sale de Dios,
No. De ninguna manera”
El
hecho que Dios escogió a Jacob, da la impresión que Él es injusto. Pero, por un
lado, Dios es amor; por otro, en la mente hay cierta libertad para aceptar o
rechazar la misericordia divina, o sea aceptar o rechazar relacionarse con El,
de este modo, la relación con Dios depende de la reacción humana al amor
divino.
Romanos 9:15 “Porque le dice a Moisés:
Seré misericordioso con quien tenga misericordia. Seré compasivo con quien
tenga compasión”
La
misericordia y la compasión son las dos expresiones del amor divino. La
compasión es ponerse en la condición del necesitado; esto hizo el Verbo al
hacerse un hombre. La misericordia es ayudar al despreciable y caído. También
Dios le dijo a Moisés que nunca dejara de Ser misericordioso y compasivo con el
que acepte Su amor.
Romanos 9:16 “En conclusión no es del
que quiere, ni del que corre, sino de la misericordia de Dios”
La
voluntad humana, o el esfuerzo del hombre no pueden iniciar el camino hacia la
misericordia divina. Más bien, siendo Dios la fuente infinita de la
misericordia, El busca, sin descanso a personas en quienes derramar su amor.
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