El apóstol para resaltar en los creyentes la importancia de prestar atención a la presencia del Espíritu Santo en ellos, puso el argumento de que los creyentes no deben permitir que les dirijan los sentidos, porque estos son utilizados por el pecado para mantenerles en esclavitud.
Romanos 8:13 “Pero si viven según la
carne deberán morir; pero vivirán, si por el Espíritu hacen morir las obras de
la carne”
El
dominio del pecado, o sea el mal controlando al hombre desde sus sentidos y
emociones, acabo en Jesús, gracias a Su muerte; porque el hombre al prestar
atención a Su historia, recibe el Espíritu Santo; Quien vence el dominio de los
sentidos y emociones en el hombre, entonces tiene la vida eterna.
Romanos 8:14 “Porque todos a los que
guía el Espíritu de Dios son hijos de Dios”
Cuando
Adán cayo perdieron el Espíritu Santo él y sus descendientes, o sea la
humanidad quedo separada de Dios, y bajo el poder de la muerte. Jesús vino para
que el Padre ponga en El los pecados del mundo, y pueda ser restaurado el Espíritu
de Dios al creyente, a fin de que lo guie y le una al Hijo.
Romanos 8:15 “Porque no recibieron
espíritu de esclavitud para nuevamente ser presas del temor, sino que
recibieron Espíritu de adopción como hijos, por el cual exclaman Padre, Padre”
En
el que acepta la historia de Jesús, esta llega a ser parte de lo que él sabe; y
el Espíritu Santo la aflora en sus pensamientos en cada tentación, afirmando así
que el Padre hizo su salvación en Jesús. Así le mantiene libre del temor. Al
mismo tiempo, el Espíritu le aumenta la convicción de que Dios le adopto como
hijo.
Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios”
Una
de las obras del Espíritu Santo es compartir con el creyente los sentimientos
de misericordia y compasión del Padre a los errados, ignorantes y caídos, de
esta manera le muestra que es hijo de Dios. Recuerde que para ser el objeto de
la presencia del Espíritu del Hijo es necesario tener en la mente la historia
de Jesús
Romanos 8:17 “Si somos hijos, también
somos herederos, herederos de Dios, participes de la herencia del Mesías. Ahora
participamos de Sus sufrimientos, a fin de ser glorificados con El”
Jesús,
el Mesías nos representó, para eso se hizo hombre como nosotros, llevo nuestros
pecados en su cuerpo y murió crucificado. Y en Él nos mató a los diez
mandamientos para ser unidos a Él, como el cuerpo a la cabeza, y así fuimos
adoptados como hijos de Dios, a fin de participarnos de Su herencia.
Romanos 8:18 “Pero considero que las
aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria que nos será
revelada”
El
depender de la historia de Jesús, es decir caminar en la fe, requiere pasar
por sufrimientos y pruebas, pero estas
no se pueden equiparar con el brillo o lustre que recibirán los que han
caminado en el camino de la fe, y no han seguido el camino de la obediencia a
la ley, porque en ese camino no camino Jesús.
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