sábado, 16 de julio de 2016

211. El Evangelio del Amor

Romanos 5:3 “Pues no solo esto, también nos regocijamos en  las aflicciones al mirar que las aflicciones producen constancia”
Las continuas aflicciones, sean tentaciones o debilidades que sufre el creyente son necesarias para afirmar en su mente la fe. Porque cada vez que hay una aflicción, hay que repasar Su historia que dice que el Padre puso en el cuerpo de Jesús  nuestros pecados. También  dice que al morir su Hijo, fuimos muertos a la ley, para que nos unamos a Él por la fe, y ya no estemos bajo el  mal.

Romanos 5:4 “La constancia probada produce la esperanza probada “
Resalta que los sufrimientos y las tentaciones encaradas con fe dan el fruto positivo de la esperanza firme, inconmovible. En otras palabras, las aflicciones producen  beneficios que apuntan a la eternidad, hacen a la fe estable y continua en la mente, así mismo la esperanza se afianza segura en los pensamientos. De este modo la fe y la esperanza hacen que la persona sea positiva y confiable.

Romanos 5:5 “Y la esperanza no deshonra, porque Dios derramo Su amor en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo que nos ha dado”
El que espera las glorias futuras que Dios ha prometido no será chasqueado, porque el de la fe, tan pronto tiene fe en la historia de Jesús, recibe el Espíritu Santo, es decir recibe el amor de Dios, porque Dios es amor. Por otro lado, el amor (el Espíritu) “no se almacena”, sino que se expresa en misericordia, compasión, bondad, tolerancia. O sea al recibir el Espíritu, el creyente es un canal del amor.

Romanos 5:6 “A pesar que todavía éramos impotentes, pero al tiempo fijado el Mesías murió por los impíos”
Estando la humanidad bajo el control del maligno, sin embargo, Jesús vino al tiempo que el Padre determino y murió,  y de este modo  libero del poder del pecado a todo el que preste atención a Su historia.

Romanos 5:7 “Porque con dificultad habrá alguien que muera por un justo; por un bueno talvez alguien se atreva a morir”
Talvez algún héroe ha dado la vida para que una persona valiosa viva. Quizá se ha oído que un bombero heroico murió para salvar una vida en un incendio. O que una madre al dar a luz prefirió morir para que hijo sobreviva. Estos casos de abnegación extrema pueden indicar que talvez alguien pueda dar la vida por uno que espera ayuda para no morir.

Romanos 5:8 “Pero Dios nos dio  su amor, que aun siendo pecadores el Mesías murió por nosotros”  
El pecado causo la degradación total del hombre porque lo separo de Dios, además el mismo hombre se sintió enemigo de Dios. Y estando en esa condición el Padre sumo a su amor misericordia y compasión, a fin de que el Mesías se haga cargo de los pecados de la humanidad y muera matándonos a la ley, para ser unidos a Él por el eslabón  de la fe. 

Romanos 5:9 “Por consiguiente ahora  mucho más,  habiendo sido justificados en su sangre, seremos salvados por medio de El (el Mesías) de la ira”
Al que tiene fe en la historia de la muerte de Jesús, el Padre le considera limpio, inocente, justo; y cuanto más será librado del mundo, sobrenaturalmente, por Jesús un tiempo antes de que caigan los justos juicios de Dios sobre la tierra impía.

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