Casi en su juventud, Abraham había perdido la esperanza de llegar a ser padre, porque su esposa era estéril. Pero cuando era anciano Dios le prometió un hijo, él tuvo fe a pesar de su desesperanza, y llego a estar seguro que se cumpliría lo que Dios había dicho de él, que su descendencia seria como la arena del mar.
Romanos 4:19 “Su fe
no se debilito al observar su cuerpo casi muerto, puesto que tenía cerca de
cien años, además la impotencia de la
matriz de Sara”
La fe de Abraham no estaba en armonía con su sentidos,
porque él se veía incapaz de tener un hijo, ya que estaba acabado, viejo, sin
embargo se aferró en su mente al pensamiento contrario, que tendría un hijo
porque Dios le prometió, esa fue su fe. En la vida de fe, el pensamiento guía y
no la vista.
Romanos 4:22 “Por
esta fe Dios le considero justo”
La fe de Abraham es el ejemplo para seguir. El creyó la oferta
de Dios, y su fe se afirmaba al considerarse un anciano, cerca de morir y su
esposa incapaz de concebir, porque pensaba que Dios era poderoso para cumplir su oferta. Así
nosotros, la oferta del hijo se refiere a Jesús, que nos salvó en El. Y se
afirma nuestra fe en que Él nos cubre con su pureza, cuando nos darnos cuenta
de nuestra degradación moral.
Romanos 4:24 “También
a nosotros será contada (la fe) esto es a quienes tenemos fe en El que resucito
de los muertos a Jesús Señor Nuestro”
Hay que tener en cuenta que la fe no solo es en la historia
de Jesús, sino en el Padre que envió a su Hijo, primero, para lavar en El los
pecados de los de la fe, y segundo, para que se
una a ellos, como un esposo con su esposa, y entonces caminen El con el
de la fe juntos en el sendero de la
vida.
Romanos 4:25 “Él fue
entregado por nuestras ofensas, y resucitado para nuestra justificación”
El Padre entrego a Su Hijo al poder del maligno por nuestras
ofensas, aunque El nunca peco. El Padre le hizo pecado porque descargo en El los pecados de la humanidad, para que Jesús
nos lave con su sangre en la cruz. También fue resucitado para compartirnos Su
fe, con el fin de cubrirnos con Su pureza, es decir para justificarnos.
Romanos 5:1 “Por lo
explicado, habiendo sido justificados de la fe, tenemos paz hacia Dios, por medio
de Nuestro Señor Jesús, el Mesías”
El ejemplo de la justificación por la fe de Abraham, sirve
de base para asegurar que los que tienen fe en la historia de la muerte de Jesús,
y obedecen a esta fe, es decir aceptan que sus pecados fueron remitidos en el
cuerpo de Jesús a la cruz, y además que Jesús les mato a la ley para estar
unido a ellos mediante el Espíritu Santo, tienen paz con Dios, es decir están
unidos también al Padre.
Romanos 5:2 “Y por
medio de quien tenemos acceso, por la fe a esta gracia, en la que estamos, y nos
regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios”
Reteniendo en la mente la historia de Jesús, o sea teniendo
fe en El, Su gracia nos cubre, entonces somos canales de Su misericordia,
bondad, tolerancia, lealtad. Y nuestro futuro llega a ser real, definido y
claro, porque vivimos para recibir y compartir nuevos vislumbres de Su amor; es
decir tenemos esperanza.
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