martes, 18 de agosto de 2015

226. Dios es Amor

Juan 13:2”Durante la cena, el Diablo había arrojado al corazón de Judas  Iscariote, hijo de Simón, que Lo entregara”
 Satanás  quería que Jesús muera, para destruir a la humanidad, empezando por el Mesías; para alcanzar este fin puso en la mente de Judas que traicione a Jesús. A su vez,  Dios dejo que satanás tenga éxito en sus planes de asesinar a Jesús, para cumplir Su propósito de que Su Hijo sustituya a los pecadores y  reciba el castigo que la ley les impone, para salvarles.

Juan 13:3 “Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, y que de Dios había salido y a Dios regresaba”
Jesús  no utilizo su divinidad para saber los detalles de Su  misión; sin embargo, todos los días  de Su vida recibió la revelación  de que El Padre le había enviado para cumplir una tarea, por esto  sabía que al completarla debía regresar al  Padre. También era consciente de que  la misión de salvar al hombre estaba  en sus hombros, esto hacia que dependa del sostén continuo del Espíritu Santo.

Juan 13:3-4 “Se levantó de la cena, se quitó el manto,  tomo una toalla y se la ciño, entonces puso agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies a los discípulos, y a secarlos con la toalla que llevaba puesta”
Jesús les dio Su amor haciendo la labor de un criado, siguiendo los ritos de purificación judíos, para limpiarles  de todo lo que les impedía sentir necesidad de  Su misericordia.  También les lavo los pies para ensenarles a servirse unos a otros, porque la ley del cielo es servirse abnegadamente  los unos a los otros. El servicio humilde es una de las expresiones del amor divino.

Juan 13:6 “Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo ¿Tú me vas a lavar los pies?
Jesús había lavado los pies a algunos discípulos, antes de acercarse a Pedro; este,  tan pronto  vio que el Señor  venia, le hizo una pregunta, que indicaba que él  no estaba de acuerdo que el Maestro haga la tarea de un criado;  esto dijo porque no entendía que el que quiera ser el primero debe ser como un  criado de los demás. La humildad  es el primer paso para ser misericordioso.

Juan 13:7 “Jesús le contesto: lo que Yo hago ahora tu no lo disciernes, pero lo conocerás después”
Pedro no entendía muchas cosas que Jesús decía o hacía, el lavamiento de los pies es un ejemplo,  no discernía que el servicio abnegado a los demás es la ley del Reino;  pero Jesús le anticipo al apóstol que comprendería después. Esto se cumplió cuando le negó al Maestro  en el juicio, entonces Pedro recibió la mirada llena de misericordia de Jesús, que le transformo.

Juan 13:8 “Le dijo Pedro: Jamás Me lavaras los pies. Le respondió Jesús: Si no te lavo, no tienes parte conmigo”
Pedro no presto atención a lo que Jesús le  dijo, que no entendía porque debía lavarle los pies, por esto  el Maestro le contesto: Si no te lavo no participas conmigo. Es decir, en Jesús, en Su crucifixión, muerte y resurrección se haría la salvación de Pedro. Y, Pedro  al dejarse  lavar los pies por su Superior,  le permitía que Jesús le lave de su orgullo, y acepte Su misericordia salvadora derramada desde la cruz.

Juan 13:9 “Simón Pedro le dijo: Señor no solo los pies, sino también las manos y la cabeza”
Pedro no  entendía el motivo del lavamiento de los pies, porque creía que  la salvación consistía en recibir las bendiciones prometidas en la ley, a los obedientes, que además acepten que Jesús era el Mesías. Posteriormente entendió, gracias a las enseñanzas de Pablo, que toda la salvación fue hecha en el calvario, para todos los que acepten el amor de la historia de Jesús.        

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