martes, 19 de mayo de 2015

213. Dios es Amor.

 Juan 10:25 “Jesús les contesto: Les he dicho y ustedes no tienen fe; las obras que Yo hago en el nombre del Padre, estas dan testimonio de Mi”
Jesús contesto la pregunta de los judíos afirmándoles  que Él les había dicho varias veces que es el Mesías, además les indico que ellos eran presa de la duda porque no reconocían  los milagros que hacía por encargo del Padre. El Señor señaló que el mayor problema que tenían era que no prestaban atención a Sus  enseñanzas, por mantenerse sujetos a las lecciones sin vida de los rabinos, es decir no tenían fe.  
Juan 10:26 “Pero ustedes no tienen fe, porque no son Mis ovejas”
El Padre es El que guía una persona a Jesús; Él lo hace por medio de los 10 mandamientos, con alguien que  intenta cumplirlos con sinceridad, poco a poco, esa persona se da cuenta que continuamente los quebranta, entonces el Padre le presenta la vida, muerte y resurrección de Su Hijo como la solución a sus fracasos. Estas personas son las ovejas de Jesús, porque han valorado Su historia, o sea tienen fe.
Juan 10:27 “Mis ovejas oyen Mi voz, yo las conozco, y ellas me siguen”
Las personas que el Padre ha hecho ovejas de Jesús distinguen la voz de Él,  de otras voces, y Su voz les  protege, les guía, nutre, también les calma la sed espiritual. Así mismo, también aprenden de Él. Los creyentes escuchan la voz de Jesús, y le siguen en el camino que pasando por la cruz llegara hasta el lugar de la fiesta de bodas del Cordero, que se celebrara en el cielo.
Juan 10:28 “Yo les doy la vida eterna, y no morirán jamás, y nadie les arrebatara de Mi mano”
Jesús dijo que  dará la vida eterna a los creyentes; esta promesa era opuesta al pacto mosaico, vigente en aquellos días, ya que, según ese pacto, la vida eterna se obtenía por obediencia a los 10 mandamientos. Así mismo, la salvación no depende de la fidelidad del creyente, sino del poder de Jesús para retenerles en su mano a los de la fe; es decir una vez salvos, siempre salvos.
Juan 10:29 “Mi Padre que me las dio es mayor que todos, por esto nadie las puede arrebatar de la mano del Padre”
Los creyentes fueron traídos a Jesús por acción del Padre,  por medio del pacto mosaico, es decir por la creencia que a Dios se puede agradar por la obediencia a los 10 mandamientos, para tener vida; pero cuando los reflexivos  reconocieron que su obediencia había sido un fracaso, entonces fueron entregados por el Padre a Su Hijo, Quien les cubrió con  Su sangre, para nunca permitir que se pierdan. 
Juan 10:30 “Yo y el Padre somos Uno”
El  Padre y el Hijo están unidos en la salvación de los creyentes, es decir, está asegurada la salvación de los que tienen en su mente la historia de Jesús y responden a esa historia  aceptando, 1. El perdón de sus pecados, y  2. El hecho que en su cuerpo,  Jesús les mato a la ley liberándoles del yugo del pecado y “uniéndoles” a Él. Por esto el Señor aseguro que nadie puede arrancar  a los creyentes de Su mano.
Juan 10:31 “Por esto los judíos, nuevamente,  tomaron piedras para apedrearle”
Jesús les dijo a los judíos que el Padre y El están unidos para conservarles salvos a los creyentes, pero  ellos  consideraron que Jesús  blasfemo; entonces  tomaron piedras para lapidarle, porque según la ley mosaica debía morir  apedreado el que cometía semejante pecado. Resalta que  los judíos  no podían aceptar que Jesús y el Padre son UNO, tal como se revela  en  el Antiguo Testamento.
 

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